Gorriones se acercan a una persona que les da de comer. AFP

Donostiarras de altos vuelos

Ornitología ·

Ornitología. El primer Atlas de las Aves de San Sebastián desvela que gorriones, mirlos y petirrojos son las especies dominantes en una ciudad donde se han avecindado las urracas y se pueden ver hasta cárabos de caza por las noches

Borja Olaizola

San Sebastián

Lunes, 31 de mayo 2021

¿Viven en San Sebastián más aves que personas? Es muy probable que muchos de los que hayan paseado estos días por alguna de las ... zonas verdes de la ciudad den una respuesta afirmativa a esa pregunta. La llegada de la primavera revoluciona a la fauna urbana y hace que los pájaros multipliquen su actividad y llenen de música los parques con sus trinos y gorgoritos. Es una banda sonora que traslada la impresión de que Donostia es una enorme colonia avícola, una urbe poblada por un número casi infinito de pájaros. «Es una ciudad con una población de aves considerable, pero de momento somos más las personas que los pájaros», sonríe Juan Arizaga, doctor en Biología y director del departamento de Ornitología de Aranzadi.

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Arizaga es el coordinador del Atlas de Aves Nidificantes de San Sebastián, un trabajo en el que han participado más de 60 voluntarios y que ha contado además con la colaboración del consistorio y asociaciones como Seo/Birdlife, Ugatza, Itsas Enara y la sección ornitológica del Club Vasco de Camping. Se trata de un libro de más de 200 páginas que retrata con precisión la fauna avícola de la ciudad y hace a la vez un censo de todas las especies que la habitan. «La publicación verá la luz el mes que viene y es el resultado de cuatro años de trabajo de observación», explica el especialista, que puntualiza que en España solo Barcelona cuenta con un atlas como el que ha elaborado Aranzadi. «Va a ser una referencia importante para ver la evolución que tienen las diferentes aves en el futuro. Se puede decir que a partir de ahora vamos a tener un termómetro fiable para detectar las tendencias de las poblaciones de pájaros en San Sebastián», añade.

Variedad de ecosistemas

El atlas confirma la riqueza ornitológica de Donostia, que gracias a su variedad de ecosistemas acoge toda clase de especies. «Tenemos bosques, campiñas, acantilados marinos, playas, paisaje urbano, manzanales, un río, regatas... Hay un poco de todo, es como una Gipuzkoa en miniatura, sólo nos faltaría una zona alpina», resume Arizaga. Esa diversidad de hábitats determina que a lo largo de los cuatro últimos años se hayan contabilizado un total de 93 especies que nidifican en el término municipal. «Es una cifra muy alta, por encima de las 83 que se censaron en Barcelona, lo que habla del buen estado de conservación en líneas generales del medio ambiente en San Sebastián».

El atlas de Aranzadi, que verá la luz en junio, contabiliza hasta 93 especies en el municipio

variedad

El ave que reina en los cielos de la ciudad es el gorrión, con una población estimada de unos 28.000 ejemplares. A diferencia de otras ciudades europeas donde los gorriones están en franca regresión, la colonia de Donostia permanece estable. «Puede que se aprecie una cierta tendencia a la baja, pero desde luego nada que ver con los retrocesos de los que se habla en otros lugares», acota el responsable de Ornitología de Aranzadi.

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El también ornitólogo José Manuel Cabrita, de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), corrobora las impresiones de su colega y apunta que tanto los gorriones como otras aves tradicionalmente asociadas a los entornos urbanos cada vez tienen más dificultades debido a los cambios en los edificios. «Las casas antiguas -indica Cabrita- tenían más resquicios y oquedades que los pájaros aprovechaban para anidar. En las nuevas construcciones y en las rehabilitaciones que se hacen ahora las superficies son más herméticas y eso hace que muchas aves se vean obligadas a nidificar en los árboles, donde sus crías están expuestas a los depredadores y son mucho más vulnerables».

Un mirlo en un parque de San Sebastián. Un carbonero apostado en un árbol. Una urraca descansa apoyada en una rama en el entorno de Donostia. Juan Arizaga y Kirsten Olsen

Ese problema estaría detrás del descenso de poblaciones como la del vencejo común, un ave tradicionalmente asociada al verano que tenía en Donostia una colonia mucho más nutrida hace unos años. «Los vencejos -explica Arizaga- solo crían en los aleros de los edificios pero como las construcciones son cada vez más cerradas y con materiales lisos en vez de rugosos se están quedando sin sitio para hacer sus nidos». Eso explica que el atlas haya reducido hasta 3.000 los vencejos que frecuentan la ciudad durante los veranos. «Es una pena porque sus vuelos y sus cánticos durante los atardeceres son el símbolo del verano por excelencia», lamenta el responsable de Ornitología de Aranzadi.

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Pico amarillo

El mirlo y el petirrojo siguen al gorrión en lo alto de la lista de especies más abundantes en San Sebastián. El primero, fácil de reconocer por su color negro y su pico amarillo (los machos), es una ave forestal que se ha adaptado al medio urbano y que se ve con frecuencia en parques y jardines. El 'txantxangorri', por su parte, es también muy reconocible gracias a su cuello anaranjado y a su desparpajo a la hora de acercarse a los humanos. El atlas de Aranzadi estima que cada una de esas dos especies tiene unos 10.000 individuos afincados en la ciudad.

El censo depara alguna que otra sorpresa a los que no están muy familiarizados con la fauna avícola urbana. Por ejemplo, que en Donostia hay una colonia bastante nutrida -unas cien parejas- de cárabos, una rapaz de la familia de los búhos de hábitos nocturnos. «Están presentes en los principales parques y hemos podido confirmar su presencia por medio de sensores de movimiento. Lo que pasa -precisa Arizaga- es que salen a cazar de noche y por eso son difíciles de ver». El halcón peregrino que anidaba en la torre del Buen Pastor antes de que se acometiese su restauración ha abandonado la ciudad, pero aun así en San Sebastián se contabilizan al menos otro centenar de rapaces como el gavilán, el cernícalo o el ratonero.

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«Hay ya unas 300 urracas afincadas en Donostia yno tardaremos en verlas por el Boulevard»

adaptación

También sorprende la presencia en el censo de especies como la urraca, que hace unos años sólo se podía ver en áreas rurales. «Es un córvido que se ha adaptado muy bien a las zonas urbanas y que cada vez está más presente en las ciudades», dice el experto de Aranzadi. Hostigada en los entornos rurales por su condición de ave de mal agüero, la urraca se ha aclimatado a las mil maravillas a San Sebastián, donde se contabilizan ya unos 300 individuos. «De momento solo se puede ver en los parques y en el cinturón verde, pero no creo que tardemos mucho en verla en el Boulevard», aventura Arizaga.

Control de la paloma

Otra especia antaño perseguida que cada vez es más habitual en San Sebastián es la paloma torcaz, de la que se contabilizan unos 1.000 ejemplares. La tórtola turca suma una población similar diseminada en zonas residenciales con mucha zona verde como pueden ser Ulía y Aiete. La paloma bravía es la única especie que está sujeta a control por parte del Ayuntamiento, que cada cierto tiempo lleva a cabo campañas para frenar la expansión de su población, estimada a día de hoy en unos 4.000 individuos.

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Paloma torcaz, especie que empieza a aclimatarse a San Sebastián. JUAN ARIZAGA/ ARANZADI

Aunque la fauna avícola presenta en líneas generales un buen estado de salud, el atlas de Aranzadi recoge una serie de propuestas para hacer la ciudad aún más acogedora para las aves. Una de ellas sería habilitar espacios para la nidificación en edificios y construcciones, algo que ya se ha empezado a hacer por ejemplo en la rehabilitación del muro de San Bartolomé, donde se han integrado cajas para que aniden los vencejos.

«También estaría bien que en determinadas zonas verdes y en determinadas épocas no se cortase la hierba cada dos por tres como si fuese un campo de golf porque esos entornos son muy importantes para las aves. Se trataría -concluye Arizaga- de hacer una ciudad más amable para las aves, que a la postre son uno de los principales indicadores de la salud medioambiental. ¿A quién no le gusta pasear por un entorno arbolado arrullado por el canto de las aves?».

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LOBO ALTUNA

«La población de gaviotas se va a reducir»

La población de gaviotas en San Sebastián está estabilizada y en los próximos años va a experimentar un descenso sustancial. Es el pronóstico del responsable de Ornitología de Aranzadi, que considera fuera de lugar la alarma suscitada por su presencia en las playas o en los alrededores del estadio de la Real cuando estaba abierto a los aficionados. Privadas del recurso de los vertederos, que durante tiempo fueron su principal fuente de sustento, las gaviotas buscan alimento donde pueden y tanto las playas en época estival como el estadio después de un partido con público ofrecen restos de comida en abundancia. «Se han acostumbrado a la gente y hay ejemplares aislados que cada vez se toman más confianzas, pero ni son agresivas ni atacan», señala Juan Arizaga. Hay indicios, añade el ornitólogo, que apuntan a un descenso de la población, cifrada ahora en unas 1.000 parejas en San Sebastián. «Estamos viendo que la reproducción va a peor y que el índice de supervivencia de los polluelos es cada vez más bajo. Todo apunta en que va a pasar lo mismo que en Bizkaia, donde las colonias descendieron de tamaño de forma muy rápida con el cierre de los vertederos».

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