Buzos de la Ertzaintza rastrearon la zona del río Urola donde fue abandonado el cuerpo. MICHELENA

El crimen de Aintzane Pujana en Aizarnazabal sigue en instrucción dos años después

La donostiarra, de 32 años, murió apuñalada tras ser secuestrada y obligada a prostituirse por dos jóvenes de 23 y 24 años

Aiende S. Jiménez

San Sebastián

Miércoles, 4 de enero 2023, 06:46

Hace hoy dos años, el 4 de enero de 2021, se halló el cuerpo sin vida de Aintzane Pujana, vecina de Donostia de 32 años, ... en una zona de matorrales junto al río Urola en Aizarnazabal. Había sido apuñalada en más de seis ocasiones. Días después, la Ertzaintza detuvo a los presuntos autores de su muerte, un joven de 24 años y su pareja, una chica de 23, a los que además del homicidio se les imputaron los delitos de retención ilegal y explotación sexual de la víctima. Ambos se encuentran en prisión provisional desde entonces y el caso continúa en fase de instrucción judicial en los juzgados de Azpeitia.

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Aintzane residía desde principios de diciembre de 2020 con la pareja en un apartamento de la casa rural Haizeaberri de Aizarnazabal, aunque todo indica que lo hacía obligada por ambos. El crimen se cometió en la noche del 1 al 2 de enero, cuando se produjo una discusión entre ellos, al parecer por el hecho de que estuviese siendo forzada a prostituirse. Tras apuñalarla reiteradamente hasta matarla, la metieron en el maletero de su coche y la abandonaron a unos metros de la casa, en una zona de matorrales junto al río Urola. Su cuerpo sin vida lo encontraron unos operarios dos días después cuando estaban limpiando una zona rural en el barrio de Etxabe.

Después de dejar el cadáver, los presuntos asesinos trataron de deshacerse de todas las pruebas que pudieran incriminarles. Se dirigieron hasta Getaria, donde arrojaron objetos personales de la víctima por un acantilado al mar. Entre ellos se sospecha que estaba el cuchillo utilizado para acabar con su vida. Después se dirigieron a Tolosa para comprar productos para limpiar la escena del crimen y el coche en el que fue transportado el cadáver. Tal y como se pudo ver en las grabaciones de las cámaras de seguridad de un supermercado difundidas por la Ertzaintza, los acusados, con una actitud de aparente normalidad, adquirieron varios productos de limpieza, como lejía, amoniaco, servilletas de papel y toallitas húmedas. Todo ello lo utilizaron para limpiar de forma concienzuda ambos escenarios, tanto que la policía científica tuvo que emplearse a fondo, aunque finalmente sí consiguieron encontrar restos biológicos de la víctima.

Ambos estaban en el punto de mira de la Ertzaintza desde el primer momento y fueron interrogados, como todas las personas que residían en la casa rural, aunque estos señalaron que Aintzane se había marchado de casa la noche del 1 de enero y que no habían vuelto a saber de ella. El cerco se fue estrechando sobre ellos y la policía comenzó a hacerles un seguimiento hasta que, finalmente, fueron detenidos el 12 de enero cuando se dirigían caminando hacia su casa.

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La pareja era de Errenteria y tenían antecedentes previos por delinquir juntos. El hombre no realizó ninguna declaración tras ser detenido y tampoco en sede judicial, si bien la mujer aseguró que actuó coaccionada por él. La jueza del juzgado de Instrucción número 1 de Azpeitia les envió a ambos a prisión como coautores del crimen de Aintzane Pujana, pero además les imputó otros dos delitos, por retención ilegal y explotación sexual.

Según pudo saber este periódico, no era la primera vez que obligaban a una mujer a prostituirse. Un mes antes, en noviembre de 2020, habían retenido a otra joven en un alojamiento rural de donostialdea, a la que trasladaban a los domicilios de clientes para que mantuviera sexo con ellos.

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La fiesta de Nochevieja

Antes de resolver el crimen este se relacionó con una fiesta de Nochevieja en la que participaron unos 20 jóvenes en la misma casa rural y en la que tuvo que intervenir la Ertzaintza, ya que no estaba permitida por las restricciones Covid. Todos los participantes fueron interrogados, e incluso llegó a difundirse un bulo sobre la detención de uno de ellos, pero finalmente se descartó cualquier relación con el crimen.

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