«Se agradecen las mascarillas, pero podrían repartirlas más días»
La DYA y Protección Civil volverán a entregar hoy protectores respiratorios higiénicos entre los usuarios de transporte público en Gipuzkoa
macarena tejada
Miércoles, 15 de abril 2020, 06:02
María Pérez llegaba ayer justa de tiempo a coger el autobús en una de las paradas del Boulevard, en Donostia, cuando una voluntaria de ... la DYA se le acercó con una mascarilla. Eran las ocho de la mañana y, como otros 60.000 guipuzcoanos, volvía a su puesto de trabajo después del parón de las actividades no esenciales. Tenía prisa, pero «concienciada del peligro de no tomar medidas de seguridad» frente al coronavirus, se paró a coger una de las 162.000 unidades que se comenzaron a repartir ayer y se seguirán distribuyendo hoy en el transporte público.
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La reactivación de la industria y del sector de la construcción -a excepción de las obras en lugares habitados- dibujó una singular imagen en Gipuzkoa. San Sebastián amaneció tranquila en una atípica vuelta a la rutina, en la que no faltaron las mascarillas higiénicas gratuitas repartidas por DYA y Protección Civil en todo el territorio. «A las 6.30 horas había muy poquita gente. Hasta las 9.00 todo ha estado muy calmado, mucho más de lo esperado», explicaba la presidente de DYA Gipuzkoa, Irene Tapia, que estuvo toda la mañana en la estación del Norte de Donostia.
«Cualquier protección es poca», se escuchaba cerca de la entrada de Renfe. Cuando Ane Hernández se enteró de que a su vuelta a la rutina laboral contaría con mascarillas para el trayecto hasta la oficina respiró tranquila. «Vemos que los días pasan y aunque los datos son mejores todavía impactan». Tiene «algo de miedo», por lo que «agradece muchísimo» este reparto que impulsó el Ministerio de Sanidad, aunque «podrían darlas más días. Al menos hasta que podamos comprar alguna en la farmacia a finales de semana o la que viene. Hasta entonces, las instituciones deberían garantizar nuestro bienestar».
Hernández no es la única con esa opinión. A Maribel Lecaroz, peruana residente en la capital guipuzcoana, también le parece más adecuado que se prolongue el tiempo de distribución. Tener material para dos días «está genial, pero ¿qué vamos a hacer después? Deberíamos tener una nueva cada vez que cogemos el autobús o el tren». Ella va a lavar «como pueda» la que le entregaron ayer para poder reutilizarla, aunque quiere «evitar la psicosis. Llegará un momento en el que nos tengamos que inmunizar y dejar de preocuparnos tanto».
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Pese a que ese día tendrá que arribar, todavía los consejos lanzados por las autoridades sanitarias son claros: lavarse las manos muy a menudo y mantener una distancia de seguridad de entre uno y dos metros, así como la obligación de permanecer en casa sin salir más que para lo sumamente necesario.
Una por persona
Desde hace pocos días, además, recomiendan el uso de las mascarillas en el transporte público, de ahí el reparto de ayer y hoy, que tanto han agradecido los usuarios de Lurraldebus, Dbus o Euskotren, entre otros. Una unidad por persona, según insistían los voluntarias.
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Conchi Otazua, usuaria habitual del autobús que volvía a trabajar, se hizo con la suya. Lleva tiempo intentando comprar una en las boticas, sin suerte. «Son muy necesarias, todos tendríamos que tener alguna, al menos para momentos puntuales».
«Que nos repartan una en el autobús está genial, ¿pero qué vamos a hacer cuando se acaben?», se pregunta una usuaria
Pese a que son de usar y tirar y duran cuatro horas, los ciudadanos que no tienen ninguna mascarilla en casa la reutilizarán
Ángela Gamez no dudó «ni un segundo» en ponerse el protector respiratorio que le entregaron ayer. Pese a ser solo una recomendación y no obligación, ella intenta cuidarse «todo lo posible». Consiguió unas mascarillas hace unas semanas, pero como eran de usar y tirar no fueron suficientes. No le quedan más. Por eso cogió «encantada» la mascarilla higiénica, que no sanitaria, que le proporcionó un voluntario de la DYA en San Sebastián. «Tengo que salir a la calle por obligación, y además solo tengo una manera de ir a trabajar, que es el autobús». Ante la falta de protección de estas últimas jornadas, «andaba con miedo», por lo que limpiará con un poco de «agua y jabón» su nueva mascarilla e intentará darle otro uso, para «ir cubierta al menos durante toda esta semana. Luego ya veré qué hago».
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Pese a que varios usuarios tenían la misma idea que Ángela, la de reutilizar la tela protectora, cabe recordar que las mascarillas higiénicas son un modelo desechable que solo dura en buenas condiciones alrededor de cuatro horas. Es más, a priori su uso es una medida que no resulta eficaz por sí sola, porque solo evita que la saliva del usuario se expanda a su alrededor.
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De todas formas, «mejor limpiarla y que me dure más que ir sin nada. Quizá sea efecto placebo, pero voy más tranquila con la boca y la nariz cubiertas», explicaba desde el otro lado del torno de la estación del Topo de Easo de San Sebastián Amaia Etxabe mientras terminaba de colocarse bien el protector respiratorio. El lado azul por la parte de fuera y el blanco, hacia adentro.
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Esa fue precisamente una de las dudas y preguntas más repetidas a lo largo de la mañana de ayer. ¿Cómo me la pongo? ¿Más arriba o hacia abajo? Ante la duda, las indicaciones son sencillas. Lo mejor, «guiarse por el color. Azul hacia la calle». Además, la parte de arriba se identifica fácil gracias a una tira para ajustar la zona de la nariz.
También en la oficina
Ante la duda, Ane Zuloaga bajaba del Topo en Easo procedente de Errenteria con la mascarilla que le acababan de dar. Como la mayoría de los que estos días pisan la calle, ella también lo hace para ir a trabajar. Pese a que, por lo general, el transporte público va mucho más vacío que antes del inicio de la pandemia, «para aquellos momentos en los que es difícil guardar la distancia viene genial ir tapada». De aquí en adelante ella usará un protector respiratorio en el tren.
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Hasta ahora solo tenía uno en la oficina, que se lo ponía cuando le tocaba hablar cara a cara con algún cliente. El que tiene en la empresa lo desinfecta para poder volvérselo a poner, pero el higiénico tiene menos esperanza de vida. Así, propone que den modelos más fuertes para que «aguanten mejor un par de lavados».
El transporte público en Euskadi recupera las cifras previas a la hibernación
El transporte público en Euskadi recuperó ayer las cifras de usuarios previas a la hibernación de las actividades económicas esenciales, que finalizó ayer. A primera hora del día, hacia las siete de la mañana, coincidiendo con la hora punta de acceso al trabajo, la afluencia de viajeros fue muy baja y se registró un descenso del 10%. De todas formas, finalmente se volvió a los números registrados a finales de marzo y el descenso acumulado en el transporte ferroviario como Euskotren o el Topo fue solo del 2%.
Precisamente en Gipuzkoa el Topo sufrió una bajada del 7% hasta las ocho de la mañana, pero la afluencia de personas se recuperó pronto. A las diez se igualó el número de pasajeros del 25 de marzo, con 1.646 viajeros, y hasta las doce del mediodía incluso aumentó en un 1%, llegando a los 2.060 en total.
La sensación general era de mucha tranquilidad en el territorio, sobre todo en la capital. Pese a la vuelta a la rutina laboral de miles de guipuzcoanos, los principales núcleos de transporte estaban calmados. Poca gente. El tráfico, en cambio, era mayor. Todo apunta a que los ciudadanos han seguido las recomendaciones del Gobierno y han optado por el vehículo propio para ir al trabajo. Para evitar posibles contagios se aconseja utilizar lo menos posibles el autobús o el tren y coger el coche, la moto o desplazarse a pie a la empresa.
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