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Clientas y dependientas de una tienda ayer en San Sebastián. Arizmendi
Adiós a la mascarilla

Los jueces piden al Gobierno más claridad en el decreto del fin de las mascarillas

Una parte de la población se resiste a aparcar los cubrebocas y entre las empresas hay división de parecer. La administración lo tiene claro y deja que su personal se lo quite

P. RODRÍGUEZ /A. ANSA / L. OCHOA

Jueves, 21 de abril 2022, 06:31

Quitarse la mascarilla o no... Esa es la cuestión. Gipuzkoa afronta el estreno de la nueva etapa sin mascarillas en la mayoría de interiores ... con cierta precaución e incertidumbre. El El texto publicado en el BOE sobre la eliminación de los cubrebocas ha generado dudas sobre su aplicación no solo entre los ciudadanos sino también entre los empresarios y los trabajadores. Expertos jurídicos critican la inseguridad jurídica del real decreto del Gobierno y advierten que si la empresa decide mantenerla, el empleado debe obedecer. Señalan que el documento menciona su uso en la exposición de motivos, pero no lo recoge en el articulado de la ley, lo cual a su juicio no se entiende. Consideran que el Gobierno «se ha lavado las manos» en este asunto

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Los especialistas también alertan de que el real decreto habla de modificación del uso obligatorio de las mascarillas, no de eliminación. No descartan, además, que en los próximos días se publique una nueva normativa con correcciones o modificaciones. Se basan en que, a su juicio, una empresa o un ciudadano quiere tener seguridad jurídica para poder hacer su trabajo y proteger a los trabajadores, y eso se lo tiene que dar el Gobierno, no los jueces. Recuerdan que no es la primera vez que ocurre durante la pandemia del coronavirus, y que las interpretaciones que ha tenido que hacer cada Tribunal Superior de Justicia sobre los decretos aprobados se deben a esta indeterminación jurídica.

En cuanto a si se puede obligar a los clientes de un establecimiento a llevar el cubrebocas, expertos jurídicos señalan que el decreto habla del uso responsable de la mascarilla en centros cerrados donde se reúnan muchas personas. No es obligatorio, pero se recomienda usarla. Creen que habrá muchos establecimientos que no la exijan por no salir perjudicados o tener problemas con sus clientes.

Con este panorama tan incierto, muchos guipuzcoanos dudaban ayer si desprenderse de la mascarilla para entrar en la panadería o en el supermercado o seguir con ella puesta. Incluso en marquesinas y paradas de tren o autobuses, la mayoría de los usuarios seguía portando el protector desde primera hora, ya fuera por temor o por simple rutina; algunos, eso sí, llevaban el cubrebocas en el mentón, gesto convertido en cotidiano. También fue día de 'descubrir' rostros que no se conocían sin mascarilla.

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Era un momento anhelado, pero ahora que ha llegado, las ganas de liberarse de este elemento protector se mezclan con la cautela. Lo mismo sucede por parte de muchas empresas, que siguen estudiando la norma con los servicios de prevención. Así, la primera jornada sin la obligatoriedad de las mascarillas en interiores fue de lo más dispar tanto entre la población y los diferentes sectores del territorio.

USO DE LA MASCARILLA EN ESPACIOS INTERIORES

  • OBLIGATORIO

  • En hospitales Hospitales y centros de salud, excepto los pacientes ingresados cuando estén en sus habitaciones.

  • En otros entornos sanitarios Como farmacias o centros de transfusión de sangre.

  • En residencias de la tercera edad Obligatoria para trabajadores y visitantes, pero no para los residentes.

  • En medios de transporte En aviones, ferrocarriles, autobuses, servicios VTC y taxis. También en el transporte marítimo, excepto si se garantiza una separación de 1,5 metros.

  • RECOMENDADO

  • Personas de riesgo Mayores de 60 años, inmunodeprimidos, personas con patologías previas y embarazadas.

  • En reuniones con personas de riesgo.

  • En eventos multitudinarios Estadios de fútbol, conciertos, conferencias, etc.

  • ¿QUÉ SUCEDE EN LAS EMPRESAS?

  • No será obligatorio su uso en el interior de las oficinas, aunque todo dependerá de la evaluación de riesgos que haga cada empresa y lo que decida su comité de salud.

Tras la publicación ayer de la norma en el Boletín Oficial de Estado, para muchos resultaba inquietante desprenderse de los cubrebocas con el patógeno aún pululando por las calles. Otros, sin embargo, celebraban desde ayer mismo poder verse por fin las caras en los espacios interiores –salvo en centros sanitarios, residencias de ancianos, transporte público y farmacias, donde aún continúa siendo obligatoria–.

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A pesar del levantamiento de la prohibición, las mascarillas también se seguirán viendo en muchas empresas y oficinas. Según la nueva norma del Ministerio de Sanidad, los servicios de prevención de riesgos laborales de las empresas serán quienes adopten una decisión sobre la utilización o no de los protectores. En este sentido, el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, Osalan, ha publicado una guía informativa sobre la conveniencia o no de mantener las mascarillas, teniendo en cuenta aspectos como la ventilación de los espacios o el tiempo de permanencia en las estancias. Desde la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco anunciaron ayer que el uso de las mascarilla deja de ser obligatorio para sus trabajadores.

Decisión personal

En muchos de los locales consultados por este periódico estudian aún el real decreto para tomar una decisión al respecto, aunque la mayoría ha optado por que sea el empleado quien decida si llevarla o no. Desde la asociación Hostelería Gipuzkoa aseguran que la «disparidad» es la tónica en el sector en la primera jornada sin la obligatoriedad de mascarillas en interiores. Así, «hay empleados que han optado por llevarla, otros que no. Lo mismo en el caso de los clientes», afirma su secretario general, Kino Martínez. Desde la asociación explican que, sin intención de marcar pauta alguna, «esperaremos a riesgos laborales para hacer una recomendación» al sector.

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En el comercio, donde los empleados trabajan en contacto directo con los clientes, se está optando por diferentes vías, aunque con la «precaución» como punto en común. El presidente de la Federación Mercantil, Julen Maiz, traslada que «la mayoría de los comercios me han transmitido que van a dejar que sean los empleados los que decidan si quieren llevar mascarilla o no en su puesto de trabajo». Aunque que el protector deje de ser obligatorio no quiere decir que haya que quitárselo. «Por supuesto, el cliente puede decidir entrar al local con o sin mascarilla», recuerda. En su caso concreto, Maiz ha decidido «de momento recibir al cliente con mascarilla y si él quiere que me la retire, lo haré».

En los centros comerciales, si bien no es obligatorio portar la mascarilla, sí se aconseja hacerlo en las zonas comunes, según transmiten desde Garbera, Urbil y Mendibil. Una vuelta por estos centros daba cuenta de esa «prudencia» con la que transitaban muchos clientes que hacían sus compras sin desprenderse de las mascarillas, pese a que los carteles de su uso obligatorio se fueron retirando de las paredes. «En las zonas comunes, la decisión de llevarla o no es del usuario, ya que no es obligatoria en ningún caso, aunque sí aconsejable por ser un edificio de tránsito público y permanencias prolongadas». No obstante, «dentro de cada establecimiento, será el propio local quien tome sus medidas. Hay empresas que han decidido que sus trabajadores lleven la mascarillas y otras que no», aclaran.

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Las posturas también son dispares en los supermercados. Mientras en Eroski informan que al menos «hasta el próximo 2 de mayo la mascarilla será obligatoria para los trabajadores», la cadena de supermercados BM aún medita su decisión. «Estudiaremos minuciosamente las directrices y las condiciones que marca el nuevo real decreto, para adoptar la postura más adecuada respecto al uso de mascarillas y las medidas de seguridad», informan.

En centros culturales como Tabakalera y bibliotecas, estudiantes y lectores comenzaban ayer a verse las caras. Ese es el caso del Koldo Mitxelena, en Donostia, donde el protector ya no es obligatorio si al menos hay 1,5 metros de distancia entre los usuarios. Se acabaron también las mascarillas en los cines, aunque «quien quiera podrá llevarla», recuerdan desde Cines Sade.

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En los polideportivos y gimnasios, los más madrugadores tuvieron que sudar aún con la mascarilla puesta hasta que se publicó el decreto en el BOE. En Irun, ya «no es obligatorio el uso de mascarilla en los polideportivos municipales Artaleku y Azken Portu», eso sí, añaden una excepción: en «las sesiones de fisioterapia seguirá siendo obligatorio su uso por considerarse un servicio sanitario». En los de Donostia, tampoco exigirán su uso. Para muchas personas, es cuestión de respeto hacia los demás, como es el caso del gimnasio Metropolitan San Sebastián que si bien la mascarilla «no es obligatoria, nosotros la estamos llevando por respeto a los clientes, para que se sientan seguros».

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