Las cenas de empresas llenan los salones

El viernes 16 es la fecha preferida por las empresas para celebrar que 2022 llega a su fin. Tanto es así que en la mayoría de los restaurantes guipuzcoanos conseguir mesa para comer o cenar es prácticamente imposible. Lo mismo sucede el sábado siguiente e incluso el día anterior. «Lo siento, no hay sitio» es la frase que se repite tras el hilo telefónico para aquellos rezagados que quieran festejar con sus compañeros de trabajo los doce meses juntos ese fin de semana.

«Es el fin de semana preferido por todos», cuenta Garbiñe Ariztimuño, del restaurante El Tenis, en San Sebastián. «Tenemos completo el 16», añade. «¿Los demás días? Depende qué quieras, pero está apretado», resume. «Ese es el fin de semana clave. Algunas han tenido que trasladar la celebración al sábado a mediodía e incluso al jueves», dice. «La semana que viene es algo rara con los dos días festivos, mucha gente aprovecha para cogerse unos días de fiesta. Y la del lunes 19 estamos ya inmersos en las Navidades con Santo Tomás a la vuelta de la esquina y la Nochebuena», explica. Así que «todo el mundo quiere» la semana del lunes 12 «pero claro, lo más cerca del fin de semana y cena». Como ha venido este año el calendario «se ha quedado todo bastante apretado para poder organizarse de otra manera».

La pandemia del coronavirus dejó durante los dos últimos años reducidas a la nada las cenas de empresa. Imposible pensar en diciembre del 2020 y en el de 2021 en juntarse para celebrar. El riesgo no solo estaba en contagiarse, también en que si lo hacían muchos trabajadores, la empresa no podía funcionar. Así que, como en el resto de las cosas, las cenas de empresa resurgen. «La gente se está moviendo y van llamando, el viernes 16 a mediodía tenemos ya completo», cuenta Iván Arzadun, del restaurante Araeta, en Zubieta, donde el teléfono suena una y otra vez y el libro de reservas tiene las líneas cada vez más completas. «Se nota que han vuelto las ganas de reunirse», indica.

Lo más habitual es que cuando se organiza una comida o cena para grupos cerrados grandes es que el menú se haya decidido de antemano. «Es lo más sencillo», explica Iván. «Nosotros solemos mandar unas propuestas y ellos eligen». El menú a la carta «es más habitual» en las reuniones de grupos más pequeños, «en reservas de seis personas o menos es más fácil que pidan la carta». De momento no tienen ninguna petición especial en cuanto a la comida. «Nuestra idea es luego ofrecer una copa de cava a los clientes para festejar el fin de año», indica. Por el momento nadie se ha animado a pedir baile después de la cita. «Que si nos lo piden, lo organizamos en la sala más grande. No hay problema», concluye Iván acostumbrado a manejarse con un gran número de comensales.

En el caso del Tenis el menú cerrado también es el más habitual. «Vemos que hay ganas de celebrar pero no de echar la casa por la ventana, no están los tiempos para eso», manifiesta Garbiñe. «Hay ganas de juntarse y de estar, pero con un gasto contenido». La misma sensación tienen en otro clásico restaurante donostiarra acostumbrado a tener mucho ajetreo en estos últimos días del año. «Nosotros tenemos mucha comida de empresa y especialmente los sábados están ya totalmente ocupados», dice Andrés, del restaurante Kaskazuri, que también han notado cómo han subido las reservas. El menú cerrado es la opción elegida por su clientela. Llegan a ofertar hasta una docena de propuestas culinarias que rondan entre los 33 y los 70 euros. «Es lo más sencillo y quienes vienen lo acogen bien», explica.

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