«Una carta o un recuerdo pueden ayudar a aliviar el dolor tras la muerte de un familiar»

- ¿Cómo ha cambiado la forma de despedir a un ser querido con las restricciones de la pandemia?

- Al sufrimiento producido por la muerte hay que añadir ahora la dificultad de enfrentarse a nuevas maneras de celebrar los ritos de cierre y despedida, que son tan importantes para poder elaborar nuestro duelo. Las restricciones de aforo, la distancia de seguridad o las dificultades para el desplazamiento de familiares complican cerrar emocionalmente esta etapa y deja de ser una experiencia compartida con familiares, amigos y conocidos. Ya no hay abrazos, incluso las expresiones de afecto no verbales deben realizarse desde la distancia.

- La pandemia ha impedido que muchas familias se despidieran de sus seres queridos. ¿El duelo está siendo más complejo?

- Sí. Un elemento clave, como es el apoyo social, queda limitado por las medidas de aislamiento. Este hecho se agrava si el familiar además debe quedar en cuarentena. La separación traumática por la hospitalización, la incapacidad de ver o hablar con el ser querido, no poder acompañarlo en los últimos momentos, no poder llorar sobre el cuerpo, así como la ausencia de afecto complican el proceso de duelo.

- ¿Cuándo ese proceso se vuelve traumático?

- El duelo es un proceso natural ante la pérdida de un ser querido que nos permite adaptarnos a la nueva situación. Es una vivencia imprescindible y hacerlo bien tendrá una influencia importante en el estado emocional del doliente y los rituales de despedida. Es necesario para asimilar y afrontar la pérdida e ir restableciendo nuestro propio equilibrio emocional. Hablamos de trauma cuando el equilibrio de control se rompe y la persona no sabe gestionar sus respuestas emocionales. La muerte en este contexto tiene características que pueden desbordar y desequilibrar, produciendo un alto impacto emocional y psicológico, aumentando las posibilidades de un duelo complicado. Cada persona tiene diferentes recursos psicológicos y estrategias para afrontar hechos traumáticos.

- Muchas personas han fallecido cuando semanas antes estaban bien. ¿A ese dolor de la muerte se añade que es inesperada?

- La forma repentina en la que se producen la separación y la muerte provoca en los dolientes una fuerte sensación de irrealidad. Las personas sienten que no han podido controlar la situación y se encuentran en un estado de shock emocional. La muerte de sus familiares ha sido consecuencia de un acontecimiento precipitado y traumático. En un espacio de tiempo muy corto, los dolientes han pasado de tener una vida normal a tener que enfrentarse a la muerte de su ser querido.

- ¿Qué consecuencias puede tener un duelo pospuesto?

- En los duelos pospuestos hay un déficit en la aceptación y asimilación de la realidad de la pérdida, que dificulta la elaboración y puede llevar a una evolución complicada. Ello puede originar problemas psicológicos, como depresión, trastornos de ansiedad... La persona puede quedar 'atrapada', dificultando la vuelta a la vida cotidiana.

- Familiares que han perdido a un allegado y no pudieron hacer una despedida, ¿qué pueden hacer ahora?

- En las primeras fases de la pandemia posiblemente habría personas que ni siquiera realizaran ningún rito sustitutorio y, según sus necesidades personales y estado emocional, puede ser aconsejable dar un último adiós. Por ejemplo, se puede escribir una carta, crear un altar al que poder rezar, reunir objetos, recuerdos y fotografías del difunto e incluso compartir estas ceremonias a través de reuniones virtuales con familiares y amigos.

- Durante la primera ola del Covid un equipo especializado en Emergencias y Catástrofes atendió a familiares de personas ingresadas en la UCI. ¿Cuáles eran sus emociones más comunes?

- Las personas asistidas presentaban un estado de shock emocional con síntomas de ansiedad, miedos, incertidumbre y sensación de irrealidad. En el ámbito de una asistencia voluntaria solidaria se atendió a 17 familias y se proporcionó atención a más de un miembro en algunos casos. Se realizaron 90 sesiones de apoyo psicológico vía telefónica. El servicio estuvo operativo desde el 23 de marzo hasta el 11 de mayo, pero se continuó prestando atención.

- Esta pandemia está relacionada con la muerte. ¿Cuáles son los efectos de esta crisis sanitaria en nuestra salud mental?

- El confinamiento ha aumentado los problemas psíquicos debido al distanciamiento social, que puede favorecer estrés, irritabilidad, miedo, enfado, frustración, trastorno del sueño, estrés postraumático en algunos casos, e incluso suicidios. Las personas que además han sufrido un duelo traumático puede que se sientan desbordadas y experimenten una sensación de rabia, irrealidad o incredulidad. Pero quiero trasmitir un mensaje de ánimo. La epidemia nos está obligando a aprender a convivir con la incertidumbre.