Montaña rusa térmica para despedir julio

La temperatura es de las pocas cosas que este verano está verdaderamente dentro de los parámetros de la «normalidad», y eso que los termómetros despegaron ayer y en muchos puntos de Gipuzkoa superaron los 30 grados con holgura. No se llegó a los 37 augurados, pero en Arrasate, Oñati o Bergara llegaron a registrar 35. También en Beasain u Ordizia, donde se vieron los 34, o Eibar, Tolosa y Zumarraga, que arrancaron la semana a nada menos que 33 grados. Algo más ligeras fueron en la costa, donde la brisa que entró al mediodía contuvo el mercurio y no permitió que superara los 27 grados.

La jornada calurosa de ayer vino precedida de varios días típicamente veraniegos, pero lo que está por venir para terminar el mes de julio es tiempo variable y con una montaña rusa térmica casi diaria. Por de pronto, hoy entrará un frente frío con viento del noroeste, que refrescará el ambiente hasta 10 grados en el sur de Gipuzkoa y alrededor de 6 en la costa. El territorio guipuzcoano quedará cubierto por las nubes y se espera que pueda caer algo de lluvia «intermitente, pero débil» en la costa guipuzcoana, comenta la directora de Aemet en Euskadi, Margarita Martín.

Este breve impasse servirá para coger algo de aire antes de las dos jornadas abrasadoras que estarán por venir. Martín prevé que para mañana el viento role a nordeste, vuelva a despejarse el cielo y el mercurio empiece de nuevo el ascenso, aunque el regreso del calor se notará principalmente durante la noche de mañana al jueves, «porque no bajarán las temperaturas», augura.

El Gobierno Vasco ha activado el aviso amarillo por calor para el jueves desde las 12 hasta las 21 horas. Las temperaturas podrían alcanzar los 35 grados en la zona costera y los 39 en el interior.

Así, tras una noche de esas en las que es preferible dormir con la ventana abierta, se espera una mañana calurosa para el jueves, aliviada gracias al viento sur que se agudizará en las horas centrales del día. En cuanto a la temperatura, se repetirán o incluso superarán los índices de ayer, y tanto en el interior como en la costa se sobrepasarán los 30 grados. El freno lo pondrá a última hora de la tarde una galernilla, -«no creo que llegue a ser galerna», dice Martín-, que rolará el viento a oeste y habrá una bajada «brusca» de la temperatura, «aunque volverán a subir por la noche hasta los 25 grados», señala.

La mañana del viernes, día de San Ignacio, será el último momento de buen tiempo, al menos hasta el 4 de agosto. El viento rolará a noroeste y en adelante se esperaran «bajada continuada de la temperatura, y chubascos leves al mediodía y más intensos por la tarde», que continuarán durante el fin de semana.

A escasos tres días de que julio llegue a su fin, casi se puede corroborar las predicciones que se realizaron al inicio del verano y que apuntaban a una temporada estival dentro de la normalidad.

La temperatura media registrada en julio en el Observatorio de Igeldo es de 19 grados. «19,1º ya se considera cálido, por lo que ha sido un mes normal tirando a cálido», explica Margarita Martín, que recuerda los 20º de media del año pasado, debido a que el 23 de julio fue efemérides máxima anual por los 39 grados que se alcanzaron en Igeldo.

Respecto a las precipitaciones, julio ha sido un mes seco. Hasta el domingo se habían recogido 64,3 litros por metro cuadrado, cuando los índices de la normalidad son a partir de 76 litros. «En los próximos días deberían caer 12 litros para que se situará en parámetros normales, y no creo que vaya a suceder», concluye.