Habitación propia, tal vez; calle, casi nunca
Día Internacional de la Mujer ·
Callejero. La mayor parte de los municipios de Gipuzkoa no tiene una sola vía, plaza o parque con el nombre de una mujerLunes, 8 de marzo 2021, 07:59
«En realidad, si la mujer no hubiera existido más que en las obras escritas por los hombres, se la imaginaría uno como una persona ... importantísima; polifacética: heroína y mezquina, espléndida y sórdida, infinitamente hermosa y horrible a más no poder, tan grande como el hombre, más según algunos. Pero ésta es la mujer de la literatura». Este primer párrafo lo escribió Virginia Woolf (Londres, 1882-Lewes, Sussex, 1941) en su ensayo 'Una habitación propia', en cuyas páginas inventó el personaje de una hermana de William Shakespeare, para denunciar la vida simple que le habría correspondido, tan distinta a la del 'Bardo', por el hecho de ser mujer. Era 1927, pero su crítica siguió vigente décadas después. Continuaba así: «(La mujer «reina en la poesía de punta a punta de libro; en la Historia casi no aparece. (...) Algunas de las palabras más inspiradas, de los pensamientos más profundos salen en la literatura de sus labios; en la vida real, apenas sabían leer, apenas escribir y eran propiedad de su marido».
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Woolf, que consideraba que una mujer debía tener dinero y una habitación propia si deseaba poder escribir novelas, explica en buena medida en su ensayo la escasa presencia de mujeres en los libros de historia, a menudo supeditadas a la figura de un hombre. Esa deuda histórica se refleja en nuestros callejeros. Les propongo un juego: por un puñado de conciencia, digan mujeres que hayan dado nombre a una calle de su municipio que no sean reinas, ni santas, ni vírgenes. Un, dos, tres, responda otra vez... Probablemente se sorprenderán.
En Donostia, solo el 7% del callejero tiene nombre de mujer, un porcentaje que dobla al de Bilbao. En Gipuzkoa la proporción también es menor que en la capital. Hay calles dedicadas a Santa Teresa, Bateleras, Agustinas, Cigarreras... Pero poquísimas con nombre y apellido. Y en la mayoría de localidades, ninguno. En los últimos años hay una voluntad por fomentar las placas con nombre de mujer -algunos municipios abogan por discriminarlas positivamente- para saldar la escasez de nomenclatura femenina, tristemente anecdótica.
Los ejemplos son variados. Hernani, por citar una localidad despierta al feminismo, consciente de la carencia de mujeres en su callejero, recuperó en 2015 su Andre Kale, que era como se llamó a finales del siglo XIX una calle céntrica que luego, y durante casi un siglo, fue Padre Kardaberaz.
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Significativo es el caso de Arrasate, que un par de años antes subsanó lo que parecía una injusticia, al aprobar que el paseo Maisu Felix Arano (1979) debía llevar también el nombre de su mujer, Teresa García, pues ambos compartieron su labor como docentes de varias generaciones de arrasatearras y ella la siguió desarrollando en las escuelas Viteri tras enviudar en 1929. Falleció en 1957 y en 2013 se le hizo hueco en Arano eta Garcia Maisu-Maistrak kalea.
La docencia es el mérito más repetido en nuestro callejero femenino por detrás de monjas y santas: Prudencia Arbide (hasta la década pasada era junto a la poeta Juncal Labandibar la única mujer con placa en Irun), Agustina Lizarazu (única en Lezo), Patxita Etxezarreta (Zumaia) o varias de las destacadas en el friso superior de estas páginas. Y es que la enseñanza no fue obligatoria para la mujer en España hasta 1857..., aunque el acceso a la universidad ya fue otra cosa, como se palpa hoy en las calles.
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Formó en Donostia a las primeras licenciadas
Alice Gordon Gulick (San Sebastián)
Alice Gulick (Boston, 1847-Londres, 1903). De familia protestante, enviudó pronto y en unas misiones conoció a su segundo marido, Wiliam Gulick. Juntos desarrollaron su pedagogía en España: en Santander y luego en Donostia, donde en 1881 fundaron el Instituto Internacional, un centro con alumnas de todo el Estado, entre ellas 3 de las 13 primeras licenciadas. Luego lo trasladaron a Biarritz (con la Guerra Hispano-Americana) y Madrid, aunque murió antes de su inauguración.
Precursora pese a Franco de las ikastolas
Elbira Zipitria Irastorza (San Sebastián)
Elbira Zipitria (Zumaia, 1906 -Donostia, 1982) se crio y estudió en Donostia, y con 20 años se inició como maestra. Euskalzale, tras la sublevación franquista se refugió en Iparralde. Regresaría a su casa, donde empezó a dar clases en euskera a menores de 9 años. Para poder expedir la cartilla de escolaridad a mayores, impulsó la Escuela Parroquial Santa María, nombre oficial de la en realidad ikastola Orixe. Trasladó su método innovador a fundadoras de varias ikastolas.
Primera periodista y corresponsal española
Carmen de Burgos 'Colombine' (San Sebastián)
María del Carmen Ramona Loreta (Almería, 1867-Madrid, 1932) fue la primera periodista profesional y corresponsal de guerra de España, además de maestra y escritora. Desarrolló su carrera desde que en 1901 dejó a su marido, que la maltrataba. Defensora del divorcio, solía firmar sus artículos como 'Colombine', nombre de su calle en Bidebieta. No tuvo vínculo especial con Gipuzkoa, pero se le reconoce su reivindicación de la mujer en la vida política, social y cultural.
Comadrona en Zarautz toda su vida
María Eizagirre Lopetegi 'Etxetxiki'(Zarautz)
Maria Eizagirre (Zarautz, 1886-1975) nació en el caserío Añurbe, pero desde que a los 21 años se casó con Antonio Leunda vivió en el Etxetxiki, al que se debe el nombre de Maria Etxetxiki kalea. Madre de 11 hijos -en la fotografía, su hija Antonia, fallecida en 2016, ante una imagen de María-, fue toda su vida comadrona en su localidad, donde siempre estuvo disponible para quien la solicitó. Fue partera del doctor Evaristo Uranga, muy reconocido en su época.
Camarera de reina y donante de retablo
María de Lezo (Errenteria)
María de Lezo (Errenteria, ?-Inglaterra, 1554) fue camarera dos décadas de la reina de Inglaterra Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos y esposa de Enrique VIII. Retornaría a Errenteria, pero nuevamente fue requerida en las islas por la nueva reina María I, hija de Catalina y proclamada en 1553. María de Lezo (sobre estas líneas en un dibujo de Eusko Ikaskuntza) murió al año siguiente. Se le atribuye la donación del retablo actual de la parroquia errenteriarra.
Antinazi mugalari de judíos y aviadores
Maritxu Anatol Aristegui (Irun)
Maritxu Anatol (Irun, 1909-1981) integró la Red Comète, que evacuaba a combatientes perseguidos por los nazis. Tras la Guerra Civil, su familia (tuvo un hermano químico y otro futbolista) pasó a Béhobie, pero su casa la confiscaron los nazis. Maritxu ayudó a cruzar la muga a 113 aviadores y 39 judíos (los conducía desde París) y dio cobijo a muchos otros. Se carteó con Marshal y Eisenhower y fue detenida por la Gestapo. Dirigió con su esposo su agencia de aduanas
La única calle armera, para una profesora
Polonia Etxeberria Orbea (Eibar)
La única calle de Eibar dedicada a una mujer es la de Polonia Etxeberria (Eibar, 1865-1947), aquí en una caricatura de Ane Lopez. Nacida en una familia popular -su padre, Bonifacio, fabricó las pistolas automáticas Star-, estudió magisterio en Logroño, pese a ser infrecuente que una mujer estudiara y más en otra ciudad. Primero como profesora ayudante y desde 1889 como titular, impartió enseñanza en la escuela de mujeres de Eibar, por donde pasaron varias generaciones.
Reina, ordenó traducir la biblia al euskera
Jeanne d'Albret, Juana III (San Sebastián)
Sobrina de Francisco I de Francia, Jeanne d'Albret (Saint-Germain-en-Laye, 1528-París, 1572) fue Juana III de Navarra desde 1555 hasta su muerte, se cree que asesinada aunque la autopsia reveló que padecía tuberculosis. Mujer protestante, impuso el calvinismo en Navarra y Bearn. Fue madre del célebre Enrique IV, primer rey Borbón en Francia. A ella se le debe la primera traducción al euskera del Nuevo Testamento, que encargó a Joanes Leizarraga
Una pediatra de matrícula de honor
María Luisa Agirre Azurmendi (Tolosa)
De padres zegamarras, María Luisa Agirre (Tolosa, 1919-Leaburu, 2013) estudió Medicina entre Madrid y Salamanca gracias a una beca del Ayuntamiento tolosarra por aprobar bachillerato con matrícula de honor, y a la ayuda, según explicaría ella misma, de personas como el industrial Patricio Echeverría. Se especializó en Santander como pediatra, labor que desempeñaría durante años en su consulta en Tolosa y en urgencias en domicilios de los alrededores.
Exiliada y pionera del impulso a las ikastolas
María Dolores Goia Mendiola (Donostia)
Maria Dolores Goia (Donostia, 1913-1986) se inició de andereño en Donostia. Luego hizo prácticas en Plentzia, donde le cogió el bombardeo de Gernika. Con 95 alumnos (y 3.500 niños), huyó en barco a Inglaterra. Luego vivió en París e Iparralde. En 1941 regresó a su ciudad, donde eludió la cárcel por su huida a la isla de Wight. Primero en Ergobia y luego en Gros, dio clases en euskera, labor en la que le ayudaría su hija Miren Egaña. Fue referente para la creación de las ikastolas.
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