«Está bien si se hace solo los domingos»
Peatonalización ·
Decenas de personas sustituyeron ayer a los coches en el paseo de La Concha, una iniciativa que viene para quedarse los días festivosSalió día de perros, pero no hay quien frene un domingo a los viandantes en el paseo de La Concha. Máxime si llegan con la lección aprendida y con ganas de tomar la calzada. El Ayuntamiento ha adoptado la decisión de convertir de forma permanente esta arteria en peatonal los domingos y festivos, lo que fue ayer aprovechado por decenas de personas para vivir la experiencia de pisar el asfalto de este trayecto sin miedo. Casi todas los consultados por DV coincidieron en que la iniciativa es positiva. Eso sí, si se deja como está, limitada a los días festivos. Pocos ven la virtualidad de peatonalizar por completo este vial y cortar de forma definitiva la comunicación rodada directa entre el Centro y el Antiguo. Algunos, incluso, juzgaron la medida como un exceso, cuando hace solo un año que se ha ampliado el espacio para peatones y ciclistas al reducir de tres a dos los carriles de circulación.
No era la primera vez que se prohibía la circulación de vehículos por el paseo de La Concha. En septiembre, se adoptó una iniciativa parecida, aunque aislada, en el marco de la Semana Europea de la Movilidad Sostenible. La de ayer no fue una prueba sino el primer fin de semana de muchos en que este vial se cerrará al tráfico rodado. El Departamento de Movilidad anunció hace unos días la decisión de dejar sin coches la calzada para siempre los domingos y festivos. La justificación descansa en la pandemia –ofrecer más espacios libres para peatones y ciclistas–, pero tiene más que ver con los planes municipales de restringir progresivamente el acceso de los coches al centro de la ciudad.
Claro que ayer a media mañana había casi más surfistas en el Pico del Loro que viandantes en el paseo. Una furgoneta y una moto de los agentes de Movilidad bloqueaba, con las luces azules encendidas, el acceso al paseo en la avenida Satrustegui. Los pocos ciclistas que circulaban lo hacían por el bidegorri, pero algunos caminantes se atrevían a bajar al asfalto. Miren y su acompañante veían con buenos ojos la iniciativa porque la acera junto a la barandilla de La Concha suele estar «intransitable» los fines de semana. Ambos pensaban que este tipo de medidas deberían extenderse a otras zonas de la ciudad, y con la garantía de que las calles peatonalizadas no sean copadas por terrazas hosteleras «como Peña y Goñi».
«Acabará peatonalizado. Cuando se construyó el bidegorri oímos de todo, pero hoy nadie concibe el paseo sin bicis»
Xele se llevó a sus tres hijos –Alain, Julen y Mixele– caminando por la calzada hasta el túnel Antiguo. «Residimos en Ulia y queríamos vivir una experiencia diferente. La pena es que no nos hemos traído el balón». El aita se sorprendía de que la mayor parte de los viandantes optara por circular por la acera teniendo toda la calzada. Y es que muchos no querían renunciar al atractivo de contemplar la playa y el mar en su caminata dominical, por mucho espacio que se liberara junto al talud ajardinado de Miraconcha.
Marisol andaba sola, tras haberse cruzado unos metros antes con su cuñado. Fue una de las pocas voces que no le veía sentido a impedir que los coches circulasen. «Acaban de ensanchar las aceras, han quitado un carril de circulación... No me parece lógico. Perturba más que beneficia». Otros intentaban atisbar la intención final del Ayuntamiento: «¿No será una excusa para soterrar la circulación bajo el paseo, no?», se preguntaba José Mari, quien rechazaba de plano esta opción.
Algunas voces critican la medida cuando hace pocos meses se ha quitado un carril de circulación para ensanchar la acera
La pareja formada por Julen y Ana, residentes en Gros, veía bien el ir ganando espacio al coche en el centro de la ciudad. «Nos gusta la idea, mientras se adopten medidas para que los residentes y personas con problemas de movilidad puedan llegar a sus casas y funcione el transporte público». Estefanía García e Imanol Aranburu consideraban que cortar la circulación los domingos era algo «asumible», pero no entre semana, cuando la limitación a un carril por sentido produce «caravanas» en horas punta. Una opinión con la que coincidieron Eva, Raquel y Ana, dos residentes en Riberas de Loiola y una en Berio, entre quienes se encontraba una conductora de Lurraldebus: «Esta es una zona muy transitada». También lo veían así Iratxe (Pasai Antxo) y Patxi (Bidebieta): «Esto es salud, pero cortar la calzada todos los días sería demasiado».
Félix Hernández opinaba que la iniciativa podía estar justificada durante los fines de semana del verano, «¿pero en enero, febrero, marzo...? Es más para quitar el tráfico del centro que para favorecer a los peatones».
María Jesús, jubilada del Antiguo, veía cumplido «un sueño» y no dudaba en afirmar que algún día el paseo será completamente peatonalizado. «Se necesitan espacios abiertos. A los coches hay que darles la utilidad que tienen, no más. Cuando hicieron el bidegorri de La Concha lo que tuvimos que oír... Ahora no se concibe el paseo sin bidegorri. Con la peatonalización pasará lo mismo. Ya empiezo a saborear lo bueno que será el Antiguo sin tanto coche».
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