La llegada de menores extranjeros a Gipuzkoa baja y cada vez más deciden quedarse aquí
Ahora lo más habitual es que los jóvenes, de 16 años de media, arriben con visado y el traslado lo hagan directamente sus familiares o tengan hermano o primo que les espera en el territorio
El perfil del menor extranjero que llega a Gipuzkoa ha cambiado. La mayoría siguen siendo chicos, magrebíes y de unos 16 años, pero ahora vienen ... con la documentación bajo el brazo, trasladados por su propia familia, y con la intención de trabajar y afincarse en el territorio. Si antes lo habitual era que salieran de su casa a escondidas de sus padres para arriesgar su vida en una patera o meterse en los bajos de un camión hasta llegar a Gipuzkoa, ahora estos casos se han convertido en excepcionales. «Los duros procesos migratorios llenos de riesgos y penurias prácticamente han desaparecido entre los menores que llegan al territorio», describen fuentes del departamento de Cuidados y Políticas Sociales de la Diputación de Gipuzkoa.
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El fenómeno migratorio de los llamados 'menas' evoluciona. De hecho, la cifra de llegadas ha descendido. En concreto, el año pasado 198 menores extranjeros llegaron a Gipuzkoa, un 18% menos que en el ejercicio anterior. Llegan menos y se quedan más. Gipuzkoa, por su situación geográfica de frontera con Francia, es un territorio de paso migratorio, pero cada vez más también es un lugar de destino, como demuestran los datos a los que ha tenido acceso este periódico. Si antes de la pandemia los menores que decidían quedarse no superaban el 10%, el año pasado se instaló en el territorio el 40% de los que llegaron.
Es el caso por ejemplo de Hamza Nouali, marroquí de 22 años que arribó a Donostia con 16, después de unas vacaciones de quince días en Granada con sus padres. «Tenía el visado en regla y me marché a San Sebastián, donde me esperaba un primo. Mis padres se quedaron las dos semanas restantes que les permitía el visado en Andalucía por si necesitaba algo o me arrepentía, pero no fue así», reflexiona desde Andoain, donde reside en la actualidad.
«Llegan con toda su documentación y la entregan según entran en el sistema», atestiguan desde el Departamento de Políticas Sociales de la Diputación, responsable de la acogida y protección de estos menores. «Se ha convertido en normal que la persona menor de edad llegue con visado y el traslado lo hagan directamente sus familiares hasta Gipuzkoa» o, en caso de que no les acompañen hasta el territorio, tienen algún familiar, como un hermano mayor o un primo, esperándoles. Suelen ser personas con las que «mantienen una relación» y que «previamente han migrado» al territorio.
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Su objetivo, relatan las mismas fuentes, es «estudiar y prepararse para poder desarrollar una socialización en inserción laboral exitosa». Esto es, formarse y poder encontrar un trabajo estable, de ahí que «los procesos que desarrollan estos menores son en general exitosos y orientados a permanecer entre nosotros», remarcan desde la Diputación, como ha hecho Achraf Najib, que está a punto de cumplir los 19 años. Llegó a Gipuzkoa desde su Marruecos natal con 16 y, después de estudiar un curso de Formación Profesional sobre electromecánica de coches, ahora trabaja en una empresa de Zegama, donde espera «quedarse mucho tiempo y seguir aprendiendo más para tener una vida mejor».
Los datos aportados por el Departamento que dirige la jeltzale Maite Peña así lo corroboran. El año pasado, dos de cada cinco 'menas' que llegaron a Gipuzkoa (el 40%) decidió quedarse, frente al 37,3% de 2023, y el 12% de antes de pandemia. «Las cifras de los que se quedan se han incrementado significativamente», subrayan
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Territorio de destino
Esto muestra que «si bien Gipuzkoa ha sido tradicionalmente una zona de paso hacia Europa, en estos momentos está cambiando la tendencia y un porcentaje bastante significativo tiene nuestro territorio como destino de su proyecto», tal y como recogen los datos. En lo que va de año, por ejemplo, han llegado 61 menores, la mayoría provenientes del Magreb (80,4%), y han decidido quedarse unos 25, casi la mitad. El modo de llegar ha cambiado, con procesos «cada vez más ordenados», pero también ha variado el número de menores extranjeros que arriban a Gipuzkoa, que ha descendido en el último lustro. En 2019, después del 'boom' de llegadas de migrantes, fueron 408 los nuevos menores extranjeros no acompañados que acogió el sistema de protección foral. Son un 106% más que las llegadas del último año, 2023, cuando arribaron 198 'menas' al territorio.
De momento dos de cada cinco de los jóvenes que este año han llegado al territorio se han quedado
La tendencia ha variado en los últimos cinco años. Si bien desde 2019 no se registra una cifra tan alta de llegadas, en 2021 y 2022 volvieron a subir, después del parón por la pandemia de 2020. Así, en 2021 hubo 211 llegadas de menores extranjeros no acompañados a Gipuzkoa, y 242 en 2022. Pero desde entonces la cifra ha bajado, un 18% si se compara con 2023. En lo que va de año han llegado 61 menores y en la actualidad la red foral acoge a 140.
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Salir de su país natal en patera o bajo un camión se ha convertido en algo excepcional últimamente
La atención y el itinerario de todos ellos está definido por sus «necesidades y capacidades», explican desde el departamento de Políticas Sociales. Tras analizar su situación se determina qué programa deben seguir, además de activar los recursos que son necesarios para su adecuada integración en la sociedad. En la actualidad los 140 se encuentran en acogimiento residencial. Hay recursos específicos para ellos, aunque el resto de servicios de la red de acogimiento residencial están también abiertos a estos menores, a excepción del nuevo centro para menores con conflictos familiares tras el alza de casos abierto recientemente. El proyecto 'Etxean' está dirigido solo a familias que viven en el territorio.
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