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Desde azoteas y fachadas cubiertas de vegetación, huertos en altura, refugios climáticos o sistemas de recogida de aguas pluviales. Son algunos ejemplos de soluciones basadas en la naturaleza (NBS, por sus siglas en inglés) que desde hace unos años son visibles en diferentes municipios de Gipuzkoa y que se presentan como las grandes aliadas para combatir el cambio climático. El despliegue de esta política, promovida por el Gobierno Vasco, basada en soluciones «que ayudan a gestionar de manera sostenible y a restaurar ecosistemas», abarca ya un total de 54 municipios vascos y 90 proyectos puestos en marcha durante los últimos 15 años.
La Sociedad Pública de Gestión Ambiental, Ihobe, presentó recientemente el informe 'Soluciones basadas en la naturaleza en Euskadi: 20 casos de éxito para adaptarse al cambio climático', en una jornada celebrada en Bilbao, donde se detallaron los ejemplos más destacados que han permitido plantar cerca de 54.000 árboles, arbustos y plantas aromáticas, y se han renaturalizado más de 490.000 m2 entre patios escolares, plazas, aparcamientos, zonas industriales, bajos de viaductos o viales de tráfico. Asimismo, se han renaturalizado unas 35 hectáreas de plantaciones forestales, llanuras de inundación y litoral costero.
Esta apuesta sitúa a Euskadi como «una región referente en Europa», según destacó en su intervención Paola Lepori, responsable de la Comisión Europea de políticas de Soluciones Basadas en la Naturaleza. «Este tipo de soluciones nos ayudan a hacer frente a la crisis climática y adaptarnos a sus impactos, porque estamos enverdeciendo las ciudades, permeando el suelo, regulando flujos de agua, buscando zonas sombrías y por otro lado también nos ayuda a incrementar nuestra capacidad de absorción de CO2. Esto es, abordamos la crisis climática desde el punto de vista de mitigación y desde el punto de vista de adaptación. Pero de forma paralela también nos ayuda a mejorar la biodiversidad y por ende nuestra calidad de vida», explica Mari Mar Alonso, directora de Acción Climática de Ihobe del Gobierno Vasco. A su juicio, resulta «fundamental» seguir avanzando en esta dirección «porque es más eficiente y tiene un menor coste. Es mucho mejor tener un edificio con tejados o fachadas verdes que gastarte un montón de dinero en climatización para combatir las olas de calor», pone como ejemplo.
A pesar de la lista de beneficios que detalla Alonso, aún hay empresas de construcción reticentes a llevar a cabo este tipo de iniciativas, «por eso tenemos que poner ejemplos prácticos encima de la mesa para que se venzan esas barreras, tanto por parte de los equipos de ingeniería y arquitectura y de la propia administración, y demostrar que esto no es más caro, sino otra forma de hacer».
Entre la ciudadanía «va calando poco a poco esta idea» aunque a veces la opinión no sea favorable. «Es como ocurrió con las peatonalizaciones. Al principio nadie quería peatonalizar y ahora todos lo tenemos claro», añade Alonso, que se apoya también en los resultados de estas iniciativas 'verdes' a la hora de defender su desarrollo en plazas, barrios o infraestructuras del territorio. «Hay un montón de hectáreas regeneradas, sistemas de depuración, reforestaciones, etc. Se trata de hacer las cosas mejor con múltiples beneficios a nivel social, económico y ambiental».
El proyecto de la Natur Eskola surge de la necesidad de llevar a cabo la rehabilitación integral de la escuela municipal. En la cubierta del edificio se proyectó 420m² de superficie vegetada con plantas suculentas. En las fachadas se utilizó paja como material aislante. También se han creado 5 baños y 2 urinarios secos para la gestión ecológica de los residuos fecales y orina.
La plaza de Arteleku es el principal punto de conexión entre el río y el barrio de Txomin Enea y se diseña pensando que pueda ser una extensión del parque fluvial. La solución adoptada combina sistemas de drenaje sostenible con los de recogida convencional mediante alcantarillado de rejillas. Además se han construido pozos de grava para favorecer la infiltración en el terreno.
El parque infantil de Laubide no disponía de una cubierta que permitiera un aprovechamiento en épocas de lluvia o de calor intenso. Se creó una cubierta plana de madera local de alerce situada sobre una estructura de acero y revegetada con 12 variedades de plantas suculentas. La cubierta retiene el agua, antes de ser canalizada hacia un foso de drenaje bajo el pavimento del parque.
La primera fase comenzó con la tala de las plantaciones forestales de ciprés de Lawson y roble americano. La elección de especies se realizó mediante observación de la vegetación autóctona presente de forma espontánea en la zona; es decir, roble común en la mayor parte de la superficie, y aliso en las vaguadas con regatas
El núcleo urbano de Aduna carecía de un parque con vegetación que proporcionara sombra para aliviar la sensación térmica en los días de calor intenso. Se han plantado un total de 22 árboles y 228 arbustos para mejorar el confort térmico. Además, parte del parque está destinado a una zona de juegos de agua para niñas y niños, y otra zona con sombras y merendero.
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Martin Ruiz Egaña e Izania Ollo (Gráficos) | San Sebastián
Miguel González | San Sebastián y Oihana Huércanos Pizarro
Patricia Rodríguez | San Sebastián
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