Aurelio vuelve a andar a los 90 años
Una empresa de Urretxu desarrolla un exoesqueleto que ha permitido a un vecino de Barakaldo volver a caminar
sergio llamas
Urretxu
Jueves, 9 de mayo 2019, 06:22
Aurelio Relloso ayer volvió a caminar en Urretxu. Fueron sólo unas decenas de metros, pero bastaron para que este baracaldés de 90 años pudiera dejar atrás su silla de ruedas durante un par de horas. Una mielopatía –lesión de la médula espinal– le robó la capacidad de andar. Ocurrió en octubre de 2017, literalmente de la noche a la mañana. Un día estaba vendimiando en la huerta de la residencia que la Fundación Miranda tiene en Barakaldo, de la que es usuario, y al siguiente había perdido la movilidad en las piernas. Ahora, gracias al programa 'Último deseo', un exoesqueleto fabricado por una empresa de Urretxu le ha devuelto durante un rato la sensación de caminar.
«Cuando dejas de andar lo echas todo de menos. Es como un pájaro al que encierras en una jaula. A mí me cortaron las alas y ahí me quedé», describió ayer el hombre, emocionado durante la tercera y última sesión con el exoesqueleto en las instalaciones que la empresa Gogoa tiene en la localidad guipuzcoana. Antes de la primera, el 30 de abril, se veía incapaz de ponerse en pie. Tanto que había prometido a uno de los ingenieros biomédicos, Iker M. Arrizabalaga, que si llegaba a caminar se haría socio de la Real Sociedad. Ayer, durante su pequeño paseo, trataba de negociar las cláusulas. «Lo más destacable de Aurelio es su actitud. Hay gente más joven y con otras patologías que no se lanza, pero él al tercer día ya está dando varios pasos seguidos», felicitó Arrizabalaga.
Aurelio se reconoció orgulloso tras la sesión. «Estoy contento con cómo ha salido. Si mañana me piden que haga otro experimento, para allá que voy», aseguró este veterano, que deseó servir de inspiración a otros. Él fue agricultor hasta los 32 años y luego trabajó como conductor de ambulancias para Osakidetza. «Me gustaba mucho. Me parieron dos en la ambulancia, se me murió gente, salvé muchas vidas y expuse la mía para salvarlos cuando la situación era urgente», rememoró orgulloso el hombre, que también afirmó haber corrido en Sanfermines. «Pero lo hice un rato antes de que salieran los toros», confesó más tarde. El pequeño paseo de este baracaldés también ha dejado huella en Gogoa. Ninguna persona mayor de 60 años había usado su dispositivo. «Lo hemos disfrutado mucho. Gracias a Aurelio ahora seguiremos con más ilusión», afirmó la ingeniera Elene Santos.
La clave
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Dispositivo Utilizado en rehabilitación, puede multiplicar hasta por 160 la fuerza que haceel usuario con las piernas
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El paciente «Si mañana me piden que haga otro experimento, para allá que voy», apuntó el hombre tras la prueba
La firma urretxuarra nació en marzo de 2016 y tiene 11 trabajadores. Es una de las cinco que tiene el exoesqueleto homologado en Europa c omo dispositivo médico empleado en la rehabilitación. Lo usan instituciones como el Hospital Nacional de Paraplégicos, en Toledo, o la Asociación de Daño Cerebral de Navarra (ADACEN). «Era imposible decirle que no a esta petición», reconoció su director técnico, Juantxo Martín.
Seis articulaciones
El exoesqueleto que utilizó Aurelio destaca por disponer de seis articulaciones: dos en la cadera, dos en las rodillas y, lo más diferenciador, otras dos en los tobillos. Es capaz de multiplicar por 160 la fuerza que hace el usuario con las piernas. «Permite realizar 35 Nm (newton metro) al caminar, cuando una persona sana emplea unos entre 18 y 20», detalló Martín, que apuntó que la empresa ha entrado también al sector industrial con exoesqueletos para la parte superior que ayudan a los trabajadores a mantener los brazos en alto, y otros de cadera para coger y dejar cosas. «Está viviendo un boom gracias a una tecnología muy reciente, de apenas año y medio», añadió.
Ayer la médico de Aurelio en la residencia, Mari Jose Albizua, se debatía entre la alegría y el amargor. «Hace unos días me preguntó si había salido alguna cosa nueva 'para lo suyo'», señaló la mujer, que lamentó que cuando se le diagnosticó el problema no se le hicieran más pruebas, y criticó que a veces sólo se mira «la edad» de los pacientes. «Si pillamos esto hace año y medio…», repetía viendo a Aurelio caminar.
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