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«Si no es por el trabajo de los arrantzales igual aún teníamos chapapote del 'Prestige' en el bañador»

«Si no es por el trabajo de los arrantzales igual aún teníamos chapapote en el bañador»

La flota vasca, con 2.000 pescadores y 250 barcos, recogió en aguas de Euskadi más de 21.000 toneladas de residuos, casi la mitad de lo que se recuperó en el mar

Lara Ochoa e Izania Ollo

San Sebastián

Sábado, 12 de noviembre 2022, 07:09

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Si en Galicia el trabajo de los voluntarios retirando a palazos el chapapote de playas y rocas fue esencial para contrarrestar el daño medioambiental del 'Prestige', en Euskadi los héroes de esta tragedia viajaron en barco con el salabardo en la mano. La extraordinaria labor de la flota vasca evitó que las imágenes de una costa gallega teñida de negro se repitieran en nuestras playas. «Si no es por los arrantzales igual aún teníamos chapapote en el bañador», bromea Eugenio Elduayen con la licencia que el paso del tiempo da ahora sobre aquella crisis.

El actual presidente de la Cofradía de Pescadores de Gipuzkoa fue uno de los 2.000 arrantzales que hace veinte años salió a la pesca de fuel en el Golfo de Vizcaya. Repartidos en 250 embarcaciones recogieron en aguas vascas más de 21.000 toneladas de residuos –fuel, agua y todo tipo de material manchado de petróleo–, casi la mitad del total recuperado desde la costa gallega hasta la francesa.

Toneladas de fuel recogido

1.059

Limpieza en tierra en

las costas de Gipuzkoa

1.988

Limpieza en tierra en

las costas de Bizkaia

Toneladas de fuel

emulsionado

recogidas en el mar

por pesqueros vascos

21.095

57,9% del total

Desde el accidente al 20/07/04

Euskadi

21.095

57,9%

Galicia

7.825

21,5%

Cantabria

5.362

14,7%

Francia

1.383

3,8%

Asturias

741

2,0%

La flota estaba formada por 250

barcos de arrantzales

= diez unidades

Más de 3.000 personas se vieron implicadas en la gestión de la crisis en el País Vasco

= diez unidades

Toneladas de fuel recogido

1.059

Limpieza en tierra en

las costas de Gipuzkoa

1.988

Limpieza en tierra en

las costas de Bizkaia

Toneladas de fuel

emulsionado

recogidas en el mar

por pesqueros vascos

21.095

57,9% del total

Desde el accidente al 20/07/04

Euskadi

21.095

57,9%

Galicia

7.825

21,5%

Cantabria

5.362

14,7%

Francia

1.383

3,8%

Asturias

741

2,0%

La flota estaba formada por

250 barcos de arrantzales

= diez unidades

Más de 3.000 personas se vieron implicadas en la gestión de la crisis en el País Vasco

= diez unidades

Toneladas de fuel recogido

1.059

Limpieza en tierra en

las costas de Gipuzkoa

1.988

Limpieza en tierra en

las costas de Bizkaia

Toneladas de fuel

emulsionado

recogidas en el mar

por pesqueros vascos

21.095

57,9% del total

Desde el accidente al 20/07/04

Euskadi

21.095

57,9%

Galicia

7.825

21,5%

Cantabria

5.362

14,7%

La flota estaba formada por

250 barcos de arrantzales

Francia

= 10 unidades

1.383

3,8%

Asturias

741

2,0%

= diez unidades

3.000

Personas se vieron implicadas en la gestión de la crisis en el País Vasco

Toneladas de fuel recogido

1.059

Limpieza en tierra en

las costas de Gipuzkoa

1.988

Limpieza en tierra en

las costas de Bizkaia

Toneladas de fuel

emulsionado

recogidas en el mar

por pesqueros vascos

21.095

57,9% del total

Euskadi

21.095

Desde el accidente al 20/07/04

57,9%

Galicia

7.825

21,5%

Cantabria

5.362

14,7%

Francia

1.383

3,8%

Asturias

741

2,0%

La flota estaba formada por 250

barcos de arrantzales

= diez unidades

= diez unidades

3.000

Personas se vieron implicadas en la gestión de la crisis en el País Vasco

«Al principio parecía que la marea negra no iba a llegar aquí», recuerda Eugenio. Así lo creyeron también en Azti. «Con la información que teníamos los primeros días pensamos que las probabilidades eran remotas, pero nos equivocamos», indica Manuel González, uno de los técnicos del centro tecnológico que asesoró al Gobierno Vasco en aquella crisis.

Los vientos del suroeste y las corrientes hicieron que un gran manto de fuel, aproximadamente la mitad del vertido del petrolero, superara el cabo de Estaca de Bares y entrara en el Cantábrico. «Unas 30.000 toneladas de fuel se fueron a Galicia y otras tantas al Golfo de Vizcaya», detalla. En contacto con Ajuria Enea, arrantzales y expertos decidieron ir a lo que se denominó 'la gran mancha', «que tenía el tamaño de la isla de Menorca» y estaba a unas 100 millas al oeste de Santander. «Ahí fuimos conscientes de la dimensión de lo que se nos venía encima», explica Eugenio.

Tareas de limpieza

Cuando el vertido llegó al Cantábrico tenía una consistencia más plástica y era más fácil de recoger

Los primeros restos contaminantes llegaron a aguas guipuzcoanas el 8 de diciembre. Tres días antes lo habían hecho a Bizkaia. Afortunadamente, tanto las instituciones como los pescadores vascos supieron reaccionar a tiempo para poner en marcha un operativo para frenar la contaminación que a la postre resultaría un éxito. «Habían pasado varias semanas del accidente del 'Prestige' en Galicia y nos dio tiempo a organizarnos. La flota vasca tenía barcos y personal muy bien preparado y además para cuando el fuel entró al Golfo de Vizcaya llevaba ya un mes en el agua y tenía una consistencia más plástica que lo hacía más fácil de recoger», explica el experto de Azti.

Precisamente, esa nueva textura hacía inviable que los buques europeos especializados que se sumaron a la recogida en Galicia pudiesen trabajar aquí. Estaban equipados con 'skimmers', que es el sistema que se utiliza para succionar hidrocarburos de la superficie del mar. «Servían para el fuel líquido pero no para ese formato más plástico con el que llegó aquí», detalla Manuel. «Al entrar en contacto con el mar, el fuel capta agua y forma una emulsión, una especie de mayonesa, al principio se mezcla un kilo de agua por cada kilo de fuel, luego con el tiempo (semanas, cuando llegó a la costa vasca) esa mezcla va envejeciendo y va perdiendo agua», especifica el experto.

Impacto medioambiental

En las playas vascas se retiraron veinte veces menos residuos que en los arenales gallegos

Descartados los medios mecánicos, no quedó otra que tirar de brazos. Nada más y nada menos que los de 2.000 arrantzales vascos que trabajaron a destajo durante meses. Entre ellos Eugenio, patrón por aquel entonces del 'Guadalupeko Izarra' con 16 tripulantes a su cargo. «Fabricamos unos salabardos para recoger todo ese fuel desde los barcos. Al principio se nos doblaban por el peso, pero los fuimos perfeccionando. Era un trabajo manual muy laborioso», recuerda. «El fuel lo metíamos en unos contenedores a los que habíamos puesto unos sacos de obra. Según se llenaban los metíamos en la bodega y cuando el barco estaba lleno nos acercábamos a puerto a descargar», prosigue.

Miles de manchas dispersas

Desde diciembre hasta finales de febrero «centenares de manchas de las dimensiones de un barco de hasta diez metros de largo» viajaron dispersas por el Cantábrico a merced del viento y las mareas. «Con la información que recogíamos sobre esas manchas desde los helicópteros y los barcos y con nuestros modelos oceanográficos hacíamos un boletín diario con una previsión para el día siguiente de hacia dónde podían dirigirse las manchas y enviar allí a la flota», explica. «Funcionábamos casi como en un ejercicio militar», rememora Eugenio, que fue también uno de los dos coordinadores de la flota guipuzcoana.

De esta forma retiraron un total de 25.095 toneladas –las 21.095 en aguas vascas a las que hay que sumar otras 4.000 que recogieron en Cantabria–, frente a las 15.500 que los buques especializados recogieron en Galicia. «Nuestro objetivo era evitar que el fuel llegara a la costa. O al menos que su impacto fuera el menor posible», explican. Los datos demuestran que lo consiguieron. En las playas vascas se recogieron un total de 3.211 toneladas de residuos, veinte veces menos que en Galicia. «En tierra, para recoger un kilo de fuel hay que retirar entre 5 y 10 kilos de materiales manchados», aclara Manuel.

La primera gran oleada de chapapote del 'Prestige' llegó a las playas guipuzcoanas el 5 de febrero dejando estampas como esta en La Concha Postigo

Las primeras 'galletas' de chapapote asomaron en las playas guipuzcoanas el 10 de enero, aunque la peor oleada de la estela contaminante llegó a principios de febrero. Para entonces, los arrantzales ya llevaban dos meses retirando fuel en alta mar. Las mareas siguieron dejando restos de petróleo sobre la arena hasta otoño de 2003, pero «sin esa labor de los pescadores nuestra costa hubiera acabado como la de Muxia», insiste Eugenio. Desde Azti ponen en valor también ese trabajo. «Si no es por los arrantzales hubiésemos estado dos años recogiendo pequeñas manchas de fuel en nuestras playas. Al paso de cada borrasca hubiese seguido llegando fuel. La respuesta de la flota pesquera fue excepcional. Fue un éxito mayúsculo», afirma.

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