La tripulación asiste a la embarcación. S.M.H.

El 'Aita Mari' pone rumbo a Bari para desembarcar a los trece migrantes rescatados «que se encuentran bien y tranquilos»

Iñigo Miganjos, capitán del buque humanitario, relata cómo fue el rescate en el que se encontraron con dos menores no acompañados

Beatriz Campuzano

San Sebastián

Miércoles, 20 de agosto 2025, 09:11

Los rescates se siguen sucendiendo en el Mediterráneo Central. No hay día en el que los buques humanitarios no se encuentren con una embarcación llena ... de migrantes en busca de una vida mejor a la deriva. Ayer, el 'Aita Mari', buque humanitario guipuzcoano, tuvo que asistir a un bote que navegaba sin rumbo. Rescató a trece personas que iban a bordo y «estaban deshidratadas y agotadas, pero ya están todos bien y tranquilos», cuenta Iñigo Mijangos, capitán del barco. Entre los rescatados hay tres mujeres y tres menores, «dos de ellos son no acompañados».

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A diferencia de otras veces el 'Aita Mari' no recibió una llamada previa de aviso. Fue casual. Mientras navegaban cerca de la zona SAR libia avistaron la embarcación y pusieron rumbo a ella. Se encontraron con un bote con trece personas a bordo. «Todos los migrantes que han subido al barco ya se encuentan bien y tranquilos. Son de nacionalidad marroquí y tunecina y llevaban cinco días navegando sin rumbo. Presentaban síntomas de deshidratación, agotamiento y mareos, pero ya están bien y ahora nos dirigimos rumbo al puerto», añade.

El antiguo atunero reconvertido en barco de rescate se dirige ahora hacia Bari donde desembarcará a los migrantes este mismo sábado. Serán cinco días de travesía. «Esta vez nos han asignado un puerto lejano y tardaremos más días pero bueno», se lamenta Amaia Iguarán, vicepresidenta de la oenegé. El 'Aita Mari', al haber realizado horas este rescate, «ya no tiene permiso para embarcar a ninguna persona más», recuerda.

La tripulación de la oenegé guipuzcoana no es la única que se encuentra actualmente en el Mediterráneo. El 'Sea-Watch 5', operado por la ONG alemana Sea Watch, rescato también ayer a cien personas que iban en dos embarcaciones.

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Dos rescates en la misión 16

El 'Aita Mari', que partió el jueves pasado desde Castellón en su misión 16, ya ha tenido que intervenir en varios rescates. El primero fue el viernes pasado en aguas de Mallorca, donde prestó ayuda a dos botes en los que navegaban un total de 40 personas, entre ellos mujeres y niños, que posteriormente fueron atendidos por la Guardia Civil y la embarcación Salvamar Mimosa.

En las última semanas, con el buen tiempo, la flota civil ha sido testigo de la salida de miles de personas desde las costas de África en naves sobrecargadas. Muchos de los migrantes son capturadas en alta mar por las autoridades libias y devueltos a tierra, donde, según las Naciones Unidas, no se respetan los derechos humanos de las personas que migran. Y es que diez años después de la revuelta en Libia, apoyada por la OTAN, y que terminó con 42 años de dictadura de Muamar Gadafi, el país sigue siendo escenario de conflictos y caos y la población está cada vez más empobrecida. La caída de Libia en la anarquía ha convertido al país en el principal centro de tráfico de migrantes del norte de África, desde donde decenas de miles de personas tratan de llegar a Europa en peligrosos viajes en barco.

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Desde que comenzó la crisis migratoria en 2015 el Mediterráneo Central ha sido el escenario donde miles de personas han muerto ahogadas. Otras, sin embargo, han corrido mejor suerte y durante su travesía hacia el suelo europeo han sido interceptadas por barcos de rescate y llevadas a puerto seguro. Pero lo cierto es que aunque lleguen a tierra firme la realidad con la que se topan dista mucho, en la mayoría de los casos, de la que se imaginan. De hecho, en el mejor de los casos acaban tramitando una petición de asilo desde un campo de refugiados. Una petición que puede durar años y cuya resolución para muchos subsaharianos suele ser rechazada al no considerarse que vienen de países en guerra o que estos no huyen por una persecución política o religiosa.

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