Un jet privado se cruza con un ATR de Air Nostrum en la pista de Hondarribia. mikel fraile
Aeropuerto de San Sebastián

Los vuelos privados y comerciales repuntan en Hondarribia con cifras récord tras el Covid

Las más de 300 operaciones privadas en lo que va de año y el aumento de las conexiones de líneas regulares anuncian una marca histórica

Miguel Villameriel y Amaia Chico

San Sebastián

Lunes, 27 de junio 2022, 06:26

El aeropuerto de Hondarribia bulle de actividad este verano con las ocho rutas comerciales que oferta, lo que supone un récord absoluto en la ... historia del aeródromo guipuzcoano, pero en paralelo desarrolla una 'cara B', menos conocida para el gran público, que también contribuye a su promoción. Se trata de los jets o vuelos privados que utilizan personas de alto nivel adquisitivo o empresas para llegar de una forma directa y rápida a nuestro territorio, ya sea por placer o por negocios, y que ya han recuperado los niveles prepandemia tras el bajón que supuso el estallido del Covid en 2020. El año pasado se batió la mejor marca histórica del aeropuerto de San Sebastián con 621 operaciones de vuelos privados y este 2022 va por el mismo camino, ya que hasta mayo se habían registrado 312 operaciones, cuando aún no había llegado el fragor del verano, siempre más propicio para los viajes turísticos.

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A esta marca se le añade la que se espera sobrepasar los meses estivales con ocho destinos diferentes operados por cinco compañías, algo nunca visto en la historia del aeropuerto. A las conexiones actualmente activas de Iberia (Madrid), Vueling (Barcelona), Volotea (Málaga y Sevilla), Binter (Gran Canaria), Volotea (Palma de Mallorca y Menorca), que permitirán al aeródromo guipuzcoano seguir acercándose a las cifras prepandemia, se le sumará el próximo 8 de julio un nuevo enlace con el aeropuerto británico de London City a cargo de British Airways. Con esta conexión, con vuelos los lunes a las 17.25 horas y los viernes a las 12.35, Hondarribia podría estar en condiciones de batir sus mejores registros de viajeros.

Un dato curioso de los vuelos privados que operan en el aeródromo, facilitados por Aena, es que el aumento del número de operaciones no se corresponde con una mayor afluencia de viajeros en estos jets. Si en 2014 pasaron por Hondarribia casi 4.000 viajeros en 295 vuelos, en 2021 fueron 924 en 621 jets. Y, en lo que va de año, han sido 423 pasajeros en 312 operaciones. Lo que demuestra que la pandemia ha potenciado los jets reducidos y selectos en detrimento de otros vuelos tipo chárter para grupos más amplios.

El aeropuerto de Hondarribia mantiene también una intensa actividad de avionetas de vuelo recreativo que incrementa aún más el número de operaciones no comerciales, pero las cifras expuestas hasta el momento se limitan a los vuelos privados no recreativos. Sin embargo, esta actividad lúdica sí que explica por qué Francia encabeza por mucho la lista de países extranjeros que sirven de origen y destino a los vuelos de Hondarribia, ya que muchos de estos vuelos privados conectan con aeropuertos cercanos como los de Biarritz, La Rochelle o Pau.

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A pesar de sus reducidas dimensiones, Hondarribia opera como un aeropuerto internacional, lo que le permite recibir vuelos directos de otros países, siempre que las aeronaves cuenten con la tecnología necesaria para aterrizar en la pista de la bahía de Txingudi. La mayoría de los jets privados son relativamente pequeños, por lo que lo hacen sin problemas. En la lista de países que han sido origen de vuelos privados este año en Hondarribia destacan algunos lejanos como Estados Unidos (cinco vuelos hasta mayo), Rusia (1) o Kuwait (1). Estos reactores privados son capaces de despegar en Nueva York y aterrizar en Hondarribia sin escalas.

José Manuel Sánchez, director del aeropuerto de San Sebastián, constata que los vuelos privados «han recuperado un volumen de operaciones semejante al que había antes de la pandemia» y explica que este tipo de vuelos tienen su importancia por «la riqueza que esos viajeros traen a Gipuzkoa. Pueden ser pasajeros de negocios que en ocasiones vienen a cerrar tratos importantes con empresas del territorio o pueden ser viajes de placer, en cuyo caso suelen acudir a establecimientos hoteleros y de restauración de prestigio, lo que también repercute en la economía del territorio».

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Estos viajeros de alto nivel adquisitivo suelen llegar a Gipuzkoa en lo que en el argot del aeropuerto llaman «vuelos ejecutivos», que se diferencian de los vuelos de «aviación general», que se corresponderían más con las aviones y avionetas de estudiantes de pilotaje o de aficionados. Las tarifas que deben afrontar unos y otros para hacer uso del aeropuerto son diametralmente opuestas. «Dependiendo del tamaño de la aeronave de un jet privado, las tasas pueden ser de hasta 15.000 euros por vuelo o incluso más, y eso que las tasas de los aeropuertos regionales suelen ser más bajas». Ese precio puede parecer una locura para un ciudadano normal, pero desde el aeropuerto aseguran que para algunas de las personas que acostumbran a volar en jets privados esa cantidad «puede ser calderilla».

Varios pasajeros de un vuelo comercial aterrizan en el aeropuerto guipuzcoano. de la hera

Por su parte, las tasas que deben afrontar las avionetas son mucho más bajas. La explicación se encuentra en que Aena establece unos precios «muy bajos» para los aficionados «como una especie de colaboración social para promocionar la aviación en general».

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«Es muy cómodo»

Una de las ventajas con las que cuenta el aeropuerto de Hondarribia y que lo hace tan atractivo para estos viajeros 'ejecutivos' es su comodidad. «Desde que aterrizan hasta que salen del aeropuerto discurre poco tiempo. Deben pasar los controles como el resto de viajeros, pero no esperan colas para embarcar ni para recoger sus maletas. Apenas tardan 15 minutos. «Las distancias son muy cortas y el servicio muy ágil», defiende Sánchez. «Estos viajeros buscan aterrizar lo más cerca posible de su destino y para eso el aeropuerto es muy cómodo».

¿Los aviones son suyos? Hace años era habitual que algunas personas con mucho dinero dispusieran de un avión propio para moverse por el mundo, pero en eso los tiempos han cambiado. «Ya casi nadie tiene un avión particular». No compensa. Lo normal es alquilarlo a una compañía, lo que tampoco está al alcance de todos los bolsillos.

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Sánchez explica que en el aeropuerto de Hondarribia «no hay límite de estacionamiento, pero es caro dejar un avión en tierra». Más que por las propias tasas del aeropuerto, «porque esas horas que el avión permanece estacionado en tierra hay que pagárselas al dueño» de la aeronave por su disfrute, ya esté en el aire o descansando en la pista. Así que la permanencia de muchos de estos vuelos privados es de uno o dos días, o incluso de horas.

Otra gran ventaja de Hondarribia es que no tiene un límite temporal fijado para avisar a los controladores aéreos de la intención de aterrizar. La planificación del vuelo no es problema, «se puede hacer con poca antelación», explica Sánchez. El único requisito es que no coincida con otro aterrizaje o despegue en esa franja, pero como en el aeródromo guipuzcoano rara vez se dan más de diez operaciones comerciales en un día, «no suele haber problema para encontrar un hueco».

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«Algunos aterrizan, comen en un 'tres estrellas' y se van»

Una de las razones que hacen del aeropuerto de Hondarribia un destino muy preciado para los jets privados es que «San Sebastián, y Gipuzkoa en general, son un destino turístico muy potente que cuenta con atractivos que otros lugares no tienen, y además muy cerca», explica el director del aeródromo, José Manuel Sánchez. Entre los principales reclamos está su importante oferta gastronómica y la concentración de restaurantes de primerísimo nivel en pocos kilómetros a la redonda. Así que no es extraño que algunos vuelos privados hagan una visita relámpago. «A veces ya hemos visto un jet que aterriza con varias personas a bordo, se van a comer a un 'tres estrellas Michelin', vuelven y se marchan. O un plan similar pero pasando la noche en un hotel cinco estrellas...».

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