El pastoreo busca seguir su camino
Pastores y ganaderos del Parque Natural de Aralar demandan pistas para llegar a sus bordas
GAIZKA LASA
Domingo, 22 de enero 2017, 09:04
Ellos y ellas necesitan a Aralar para seguir ejerciendo el pastoreo y Aralar les necesita para conservar los valores que le otorgan la condición de Parque Natural. Por los siglos de los siglos, amén. Esta centenaria relación de correspondencia que ha deparado a la sociedad productos de primera calidad y a la naturaleza un patrimonio ecológico, biológico y paisajístico esplendoroso podría languidecer sin el más elemental medio de conexión: el camino. Es el esquema planteado por Andoni, Mariano, Ana Rosa y Kontxi en representación de los 120 hombres y mujeres que se dedican al pastoreo extensivo en Aralar.
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Plan infructuoso (2002) .
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La Mancomunidad de Enirio-Aralar traza unas necesidades que no serán satisfechas en quince años.
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Grupo de trabajo.
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En enero de 2016 se crea una comisión con cuatro pueblos que lindan con Aralar (Ataun, Zaldibia, Abaltzisketa y Amezketa), más Ordizia, sindicatos agrarios, ganaderos y la Diputación.
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Lista de necesidades.
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La Mancomunidad aprueba en octubre un documento de necesidades prioritarias con 9 votos a favor, 5 abstenciones y una ausencia.
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Plan de Gestión foral.
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En diciembre de 2016 la Mancomunidad aprueba el plan foral de inversiones con 10 votos a favor. Cuatro representantes de EH Bildu no participan en la votación y Baliarrain se abstiene.
Muy a su pesar, sin embargo, la vía o senda que transporta al ser humano monte arriba y abajo está siendo objeto de polémica durante las últimas semanas. Así lo refleja el sabotaje sufrido en octubre por las máquinas que trabajaban en la construcción de una pista -la de Goroskintxu-, la denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa presentada por los grupos ecologistas Eguzki y Landarlan contra esa obra o la reciente comparecencia en las Juntas Generales de Gipuzkoa de la sociedad de ciencias Aranzadi advirtiendo de que los caminos que se proyectan en Aralar causarán «un impacto severo e irreversible».
Lo que no tendría vuelta atrás sería, sin embargo, «la desaparición de un sector que está en el origen mismo de la configuración actual de Aralar como Parque Natural», sostiene Andoni Murua, ganadero de Zaldibia. Añade que depende de los caminos «la subsistencia de esta actividad así como la subsistencia de los que vienen a ejercerla en el futuro».
Aporta su ejemplo Mariano Imaz, pastor de Ataun. «He tenido que dejar de ordeñar las ovejas porque no tenía medios para hacerlo en condiciones». Tenía un trayecto de media hora entre el punto donde dejaba el coche hasta la borda, por encima de la cual pastaban sus ovejas. Las ordeñaba allí, arriba, pero necesitaba bajar la leche y el queso dos veces al día, para lo que se ayudaba de una mula. «No me duraba un año», asegura. «¿Qué ha pasado? Que no puedo seguir ordeñando las ovejas». Tiene clara la moraleja: «si te ponen esos límites, no te están expulsando de palabra, pero te están echando por la vía de los hechos».
Plan foral de dos millones
Matiza que la demanda «es de hace muchos años» y celebra que «por fin nos han escuchado y han entendido que nos tienen que adaptar las condiciones para poder seguir adelante con la actividad que desarrollamos». Se refiere al plan de gestión elaborado por la Diputación foral de Gipuzkoa que recoge inversiones por valor de dos millones de euros para satisfacer durante la presente legislatura una lista de necesidades trasladadas por parte de la Mancomunidad de Enirio-Aralar. Esta entidad titular del monte público está formada por representación de quince municipios, diez de la comarca de Goierri (Ordizia, Beasain, Lazkao, Itsasondo, Altzaga, Arama, Ataun, Legorreta, Zaldibia y Gaintza) y cinco de Tolosaldea (Amezketa, Abaltzisketa, Orendain, Baliarrain e Ikaztegieta).
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Desde la dirección de Montes, se defiende que ese plan de inversiones no responde a la necesidad de saciar una serie de intereses del sector sino «a cumplir los compromisos adquiridos con los objetivos de un espacio catalogado como Parque Natural desde el 26 de abril de 1994».
En definitiva, tal y como recoge el decreto de creación de dicho parque, «la actividad del pastoreo redunda en beneficio de la flora y fauna del monte público». Si a eso se añade que la normativa que distingue esta área montañosa como zona de especial conservación (ZEC) exige el adecuado mantenimiento de los pastos, la dirección de Montes tiene claro que la manera más eficaz para preservar este valor de la naturaleza es «mantener la actividad tradicional del pastoreo». Conclusión: «Si como consecuencia de esa actividad se genera un beneficio a la sociedad, tenemos la obligación de facilitar los medios para que la puedan desarrollar en condiciones dignas», sostienen fuentes forales.
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El citado plan de inversiones obedece a una lista de necesidades aprobada por la junta de la Mancomunidad de Enirio-Aralar en octubre del año pasado. Y entre las prioridades, la primera, por encima de todas, es el camino. Andoni Murua explica que «el camino puede llevar agua, pero el agua no lleva al pastor. El camino permite hacer el producto arriba, transportarlo para acercarlo a la gente, subir y bajar con normalidad la ropa, las bombonas, el cuajo para el queso, los niños, la comida...».
Y cita otra derivada. «Facilita la vinculación con los caseríos y el pueblo de abajo. Aralar también es necesario aquí abajo. El pastor no vive todo el año en el monte. Perder el pastoreo arriba conllevaría perder las explotaciones ganaderas abajo y viceversa», sostiene Murua en su acérrima defensa de los caminos como nexo.
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La junta de la mancomunidad aprobó el 20 de diciembre el citado plan de inversiones que priorizaba las pistas, aunque el clima de la votación tuvo un componente político que no ha ayudado a apaciguar el debate. Diez municipios se manifestaron a favor, pero de los siete que pertenecen a EH Bildu, cuatro no participaron en la votación. Una semana antes, las Juntas Generales de Gipuzkoa habían aprobado una moción de los sindicatos agroganaderos Ehne y Enba «a favor de la dignidad de las personas pastoras y ganaderas de Aralar», pero Podemos votó en contra y EH Bildu se abstuvo.
Con todo, el plan aprobado sigue adelante, aunque desde el departamento de Montes se deja claro que «no hay pistas aún proyectadas porque con cada una de las tres que se contemplan hay que hacer un estudio de impacto ambiental, otro arqueológico y un proyecto de obra».
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Kontxi Lertxundi, pastora de Zaldibia, relata otro episodio que vincula las infraestructuras de tráfico rodado con la dignidad del oficio. «Una de mis hijas sufrió un problema de salud en la época en la que vivíamos arriba y teníamos que bajar todos los días a rehabilitación con una mula». También Ana Rosa, pastora de Azpeitia, lleva 21 años viviendo en una borda de Aralar entre mayo y septiembre, donde han crecido sus hijos de 13 y 15 años, «teniendo que jugarse el tipo cada vez que hacía mal tiempo y tenía que bajar», apostilla su colega Mariano. Ana Rosa se pregunta «si solo plantea problemas Aralar porque en otros sitios como Aizkorri no pasa nada».
El veterano pastor apunta a Picos de Europa para comprobar la relación directa entre la limitación en los accesos y la pérdida de la propia actividad. «En los últimos veinte años, casi desaparece el pastoreo allí», advierte. Y, por contra, afirma que «en Iparralde, donde los caminos hasta están asfaltados en montes tan altos como Aralar, nos están dando una demostración. En la denominación de origen Idiazabal aquí no llegamos a 500 pastores, y allí en su denominación ya son 1.500».
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Murua se queda más cerca y afirma que «en la parte Navarra de Aralar hay muchos más caminos y en ningún lugar han salido signos de erosión o contaminación». Y lanza una pregunta. «¿Quién puede decir que se ha detectado algo malo en el agua de los acuíferos hallados?». Agrega que «ahora se hacen los caminos de manera mucho más natural, utilizando todo el material reciclado del propio monte».
Además del argumento nuclear de que su actividad favorece al medio natural, Imaz asegura que «queremos ser un sector activo, que crea productos ecológicos de gran valor y los acerca a la ciudadanía, que potencia la vida de pueblos pequeños que, de otro modo, están abocados a la desaparición. Tenemos ganas y proyectos para potenciar el sector». Murua complementa su discurso diciendo, por ejemplo, que «el camino contribuiría a dar un empujón ecológico a los productos. El queso es un tesoro labrado en el monte que algún día se pondrá a la altura de las angulas».
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