Aitor Uriondo y Alberto Medrano, en un aula de la ikastola Axular.

La escuela salta a la red

La ikastola Axular pone en marcha un sistema para aprovechar la conectividad de los alumnos en el entorno educativo

JAVIER GUILLENEA

Sábado, 28 de noviembre 2015, 13:08

Quién sabe. Quizá llegue un día en el que el adolescente que camina como sonámbulo con el único horizonte de un móvil ante sus ojos no esté ocupado en intercambiar mensajes con sus grupos de whatsapp sino colaborando con sus amigos para resolver entre todos un problema de matemáticas. Puede que amanezca la mañana en la que los abuelos transmitan sus conocimientos no solo a sus nietos sino también a sus compañeros de clase. O que todos los colegios estén conectados entre sí para desarrollar proyectos y colaborar entre ellos. Pueden ocurrir muchas cosas porque es tiempo de que ocurran.

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El sistema educativo ha llegado a una encrucijada, lo que explica la proliferación de nuevos modelos pedagógicos innovadores. La enseñanza bulle de ideas, sus profesionales están saliendo de un mundo para entrar en otro aún inexplorado y saben que serán ellos los que tendrán que abrir camino. Aunque no todos.

Al tsunami tecnológico y social que está modificando todo lo establecido se le une la transformación de la plantilla docente. La legión de profesores que comenzaron a trabajar en el sistema educativo vasco a finales de los 70 y principios de los 80 del siglo pasado ya ha encarado la última recta hacia la jubilación. Por si fuera poco, los alumnos de aquellos tiempos no son los mismos de hoy; ahora se les llama nativos digitales y a muchos les cuesta concentrarse demasiado tiempo en la página de un libro.

Son tiempos de cambio y al sistema educativo le toca la tarea de adaptarse para no verse arrollado por nuevas generaciones que reclaman otra manera de enseñar. Este camino es el que han emprendido en la ikastola donostiarra Axular Lizeoa con la red social educativa Sargoi, definida por sus autores como «un nuevo ecosistema de comunicación privada y segura entre profesores, alumnos y sus familiares donde, además, participan organizaciones y personas ajenas al entorno educativo».

«Los niños están más conectados que nunca a las redes sociales y en tiempo real», afirma Aitor Uriondo, profesor de la ikastola Axular y desarrollador pedagógico de la red, que ha sido creada por la empresa The Humans Network, dirigida por Alberto Medrano. El trabajo de ambos ha dado como fruto www.sargoi.eus, que trata de aprovechar la conectividad de los alumnos para llevarla al entorno educativo.

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La red dio sus primeros pasos de forma piloto hace cuatro meses en la ikastola Axular. En la experiencia participan 250 alumnos de 5º y 6º de Primaria y de 1º y 2º de Bachillerato. «La participación es enorme, los niños se comprometen y los profesores ven que es una tendencia imparable y beneficia a los chavales», asegura Alberto Medrano.

Todo comenzó cuando alumnos de 6º de Primaria de Axular se presentaron el curso 2013-14 al certamen Gazte Irekia, convocado por el departamento vasco de Educación. Se trataba de grabar un vídeo con ideas para hacer de Euskadi un lugar mejor para la población más joven, lo que es tarea complicada pero no imposible. Los planteamientos de los estudiantes gustaron al jurado, que premió su iniciativa al valorar su esfuerzo «por presentar una propuesta concreta y realizable, así como su grado de argumentación».

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Es habitual que palabras de este tipo pronunciadas por un jurado no pasen de ser un mero formulismo, pero en este caso no sucedió así. Sargoi es hija de los alumnos de 6º del curso 2013-14. Ellos plantearon en su propuesta que, además de tenerse en cuenta en la enseñanza aspectos académicos y actividades concretas evaluables, se valoraran también las buenas acciones y la humanidad de los estudiantes.

Entorno seguro

Este fue el germen de Sargoi, que pretende complementar la educación tradicional, basada en la formación y valoración de las capacidades puramente técnicas, con una enseñanza en valores. En esta nueva red social participan alumnos, profesores y padres -que podrán valorar la evolución de sus hijos-, en un entorno en el que las actividades de los chavales son monitorizadas y controladas. «Está dirigida a menores, por lo que el componente de seguridad está garantizado», recalca Alberto Medrano.

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Sargoi mantiene en contacto a estudiantes y profesores pero no es una mera extensión de las aulas. «No consiste en hacer los deberes en casa desde un ordenador ni tampoco una herramienta para el ocio», dice Aitor Uriondo. En la red los alumnos elaboran un manifiesto vital en el que reflejan, entre otros aspectos, sus ideas para cambiar el mundo y muestran sus sentimientos a sus compañeros. Los profesores cuentan además con un acceso integral a la actividad académica, social, cívica y emocional de los alumnos a lo largo de su vida escolar, con lo que pueden detectar mucho más fácilmente situaciones problemáticas.

También es un lugar en el que desarrollar en euskera, castellano e inglés tantos proyectos como alcance la imaginación y que están divididos en tres bloques: cultural, artístico y deportivo; natural, científico o tecnológico y humanidades y ciencias sociales. Los alumnos han creado un club del lector en el que comparten virtualmente comentarios y resúmenes escritos de lo que lee cada uno de ellos. Y han formado el club del sabio, que permite a los abuelos de los niños tomar parte en la educación de todos los alumnos

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Más proyectos. En Sargoi participan jugadores del Gipuzkoa Basket, la Real Sociedad y agentes culturales, que se relacionan directamente cono los jóvenes. Un niño que se ha ausentado durante diez días al extranjero contará a través de Sargoi sus experiencias a sus compañeros jornada tras jornada. Y también es posible hacer que un profesor de matemáticas plantee un problema y todos sus alumnos debatan en la red social la manera de resolverlo.

Los autores de Sargoi han mantenido reuniones con el Gobierno Vasco y colegios para extender el proyecto. Las escuelas que deseen información pueden solicitarla en info@sargoi.eus. «Es un sistema flexible y adaptable a cada centro. Estamos incorporando otros colegios, se va a convertir en una herramienta vertebral del sistema educativo», asegura Aitor Uriondo.

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