El perfil

Maddalen Iriarte: La imagen transversal que quería EH Bildu

Fue fichada por sorpresa en 2016 como sustituta del entonces inhabilitado Arnaldo Otegi para pelear a Iñigo Urkullu el puesto de lehendakari, pero los intrincados caminos de la política le han llevado a ganar las elecciones forales en Gipuzkoa. Su sorpresivo triunfo de anoche, pese a que esa posibilidad entraba en algunas quinielas, ha confirmado a Maddalen Iriarte Okiñena (Donostia, 1963), como todo un referente en el seno de la coalición independentista. Su victoria ante el PNV ha graduado a esta mujer independiente, que llegó sin carné de ningún partido, y que representa justo la imagen de transversalidad que ansiaba EH Bildu para crecer.

«Es que es una líder nata, una persona con carisma, de las que tiene que hacerse 'selfies' con la gente en los mítines», explica una de sus compañeras de la coalición que se ha recorrido junto a ella toda Gipuzkoa en esta campaña. Su paso a la política desde el periodismo, que fue lo que dio fama a Iriarte por ser durante muchos años la imagen informativa en euskera de ETB, se realizó con paciencia. Confirmada la inhabilitación de Otegi por su condena en el caso Bateragune, Iriarte pasó de ser la número dos de la lista de Gipuzkoa en las autonómicas de septiembre de 2016 a convertirse en la candidata 'de facto' a lehendakari ante un Urkullu muy consolidado, al que no pudo batir en las urnas pese a sus buenos números.

Iriarte ha logrado concitar a su alrededor a todas las familias de EH Bildu, coalición formada por Sortu, Eusko Alkartasuna, Alternatiba, la antigua Aralar e independientes. Una política nueva, euskaldun y feminista, y de amplio espectro. Nunca formó parte de la izquierda abertzale tradicional, pero sí se ha visto en dificultades para desmarcarse de la violencia de ETA con rotundidad, utilizando equilibrios dialécticos para evitar la palabra condena. En esta última campaña, con la polémica de las listas de EH Bildu, mostró un perfil más bajo que, por ejemplo, su homólogo en Bizkaia, Iker Casanova, que llegó a calificar de «hiriente» la inclusión de exetarras.

En todo caso, con ella EH Bildu ha tratado de ensanchar sus caladeros electorales y pescar en aquellos sectores soberanistas que simpatizaban con el exlehendakari Ibarretxe y su encendida defensa del derecho a decidir. A tenor del resultado arrojado por las urnas, lo va consiguiendo.

Falta por ver si los pactos le convierten o no en la primera mujer en la historia en ostentar el cargo de diputada general de Gipuzkoa. Si lo logra, de nuevo una periodista se sentaría en el trono del Palacio Foral de la donostiarra plaza de Gipuzkoa, tras el triunfo de Martin Garitano en 2011, aunque Iriarte llegaría con la lección aprendida de los errores cometidos en aquella ocasión.

Casada, tiene cinco hijos, uno todavía menor de edad, lo que ha obligado a la candidata a compaginar la ayuda en sus exámenes de fin de curso con los mítines. Vive en Durango aunque no es difícil verla por la donostiarra calle Matía, en El Antiguo, su barrio, donde ayer votó en el Instituto Luberri. Durante sus treinta años en la televisión pública vasca, entrevistó a numerosos políticos, y estuvo al frente del informativo en euskera Gaur Egun, del que fue su presentadora más icónica. Procedía de la cantera de Loiola Herri Irratia. Si finalmente se convierte en diputada general pegará un salto similar al que dio para acceder a la política y necesitará aplicar toda la «empatía» que le alaban sus más próximos.

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