Juan Karlos Izagirre, Maddalen Iriarte y Arnaldo Otegi celebran los resultados logrados el domingo. Gorka Estrada

Elecciones municipales y forales

La estrategia de EH Bildu para lograr el 'sorpasso'

La izquierda abertzale rentabiliza su apuesta por los pactos en Madrid y por candidatos transversales alejados de la imagen más dura del partido

Jorge Sainz

San Sebastián

Miércoles, 31 de mayo 2023, 06:38

Los buenos resultados de EH Bildu el pasado domingo en las urnas demuestran que ha logrado amarrar a sus votantes, frente al resto de ... partidos castigados por la abstención. Decisiones como entrar en el juego de los pactos en Madrid o acercarse al mundo empresarial han sido claves en su estrategia para aspirar a ser una alternativa de gobierno.

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    La apuesta por Maddalen Iriarte

    Una candidata transversal

Cualquier analista tenía claro que para poder competir en Gipuzkoa EH Bildu tenía que arriesgar y poner a una mujer con tirón como número uno. Y la coalición soberanista lo logró llevando a Maddalen Iriarte del Parlamento Vasco a la liza por la Diputación. Con ella buscaba la imagen transversal que quiere reflejar EH Bildu, una persona independiente de los partidos que conforman la entente y que no tuviera relación con la izquierda abertzale ortodoxa. La apuesta le ha salido bien pese a que su campaña electoral fue más bien conservadora, sin grandes propuestas y evitando meterse en jardines y polémicas, como se vio con sus tibias valoraciones sobre la inclusión de exetarras en las listas. En esta ocasión han tirado algo menos de Arnaldo Otegi como protagonista.

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    Acuerdos en Madrid

    Pactos que suavizan su imagen

EH Bildu tiene entre ceja y ceja el reto de presentarse como un partido útil que influye. Para ello han sido decisivos sus pactos en Madrid con el Gobierno central, que le han normalizado como un actor más del juego político, suavizando su imagen y rompiendo el cordón sanitario que aislaba a la izquierda aber-tzale cuando estaba vigente la violencia de ETA. Además, los acuerdos entre EH Bildu y Pedro Sánchez han sido en su mayoría de contenido social (pensiones, ley de Vivienda) lo que ha permitido rentabilizarlos en las urnas.

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    Papel de oposición

    Sin desgaste por la gestión

EH Bildu sufrió en sus carnes el desgaste que provoca la gestión en la legislatura 2011-2015, cuando lideró la Diputación de Gipuzkoa. El polémico sistema de recogida de residuos puerta a puerta carbonizó sus opciones de seguir en el poder. Alejada ahora de los charcos, solo ha tenido que sentarse a presenciar cómo la gestión penalizaba al PNV. La coalición se ha camuflado tras plataformas más o menos afines que son las que han llevado a la calle las protestas en sectores como la Sanidad o las residencias. A la vez, ha sorteado la contestación interna en temas sensibles para la izquierda abertzale como los parques eólicos en pueblos que gobierna, o el proyecto del Basque Culinary Center en Gros, que en otros tiempos hubieran desatado una mayor oposición en su seno. Es insólito que un partido logre dar un giro de semejante calado a su estrategia sin que sus seguidores le penalicen.

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    Cambio de estrategia

    Relaciones con la empresa

En esta estrategia de transversalidad, ha llamado la atención el acercamiento al mundo de la empresa, amenazado durante los años de terrorismo de ETA con atentados y el impuesto 'revolucionario'. Maddalen Iriarte no es una candidata que provoque miedo en el sector empresarial y el propio Arnaldo Otegi no ha tenido problema en ponerse la chaqueta para hablar en foros como el Forum Europa, con tratamiento de 'don'. Pese a las profundas discrepancias con las patronales o las grandes empresas, EH Bildu sí quiere acercarse a sectores productivos importantes para Gipuzkoa como la pequeña y mediana empresa.

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    Caladero de votos

    Los jóvenes y el final de ETA

Han pasado casi doce años desde que ETA dejó de asesinar y cinco desde su disolución. El tiempo no pasa en balde y muchos jóvenes que se incorporan a las urnas tienen escasos recuerdos, por no decir ninguno, de aquellos negros tiempos del terrorismo. A estas nuevas generaciones plurales y no ideologizadas les cuesta menos elegir la papeleta de EH Bildu por encima de otras opciones que a gente de más edad que padeció lo que supuso la violencia en Euskadi, y a los que les puede costar más dar su apoyo a la coalición. También se aprecia que EH Bildu va pescando parte del voto de izquierda que ha abandonado a Podemos, aunque en el cómputo global, el crecimiento en número de votos de EH Bildu no es especialmente llamativo respecto a 2019. Eso sí, la coalición tiene todavía margen de crecimiento si profundiza en la necesaria autocrítica sobre la injusticia de los atentados de ETA.

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    Cohesión interna

    Militancia fiel ante los cambios

El giro de EH Bildu a posiciones más posibilistas, con candidatos en los municipios de perfil alejado de la tradicional ortodoxia de los tiempos de Batasuna no parece que haya generado contradicciones entre las bases de Sortu, el partido de la izquierda abertzale tradicional. La mayoría de alcaldables y cabezas de lista responde a ese patrón de modernidad y aperturismo. El voto independentista se ha caracterizado históricamente por su fidelidad y así se mantiene pese a conflictos como el de los jóvenes de GKS.

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    Polémica en campaña

    Los exetarras en las listas

Pese a los nuevos tiempos, EH Bildu sí ha incluido a exmiembros de la antigua Batasuna en puestos intermedios o finales de sus listas. Su campaña se tambaleó al inicio por la polémica a raíz del descubrimiento de que siete exetarras con delitos de sangre concurrían en varios municipios, como denunciaron víctimas del terrorismo. La coalición reaccionó relativamente rápido retirando a estas personas y lo ocurrido le ha pasado más factura al PSOE que a ellos.

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