Urkullu garantiza que no habrá recortes públicos para la reconstrucción de Euskadi

La sombra de la duda la puso EH Bildu hace dos días al vaticinar que Iñigo Urkullu aplicará recortes para adaptar los Presupuestos vascos a la nueva coyuntura que ha provocado el Covid-19 en el caso de que gane las elecciones, pero el lehendakari y candidato del PNV a la reelección quiso despejar ayer cualquier atisbo de incertidumbre sobre el asunto: no llevará a cabo recortes en las políticas públicas para paliar las consecuencias de la crisis económica.

Al menos ese fue el compromiso que adquirió este viernes en su primer día de campaña durante una entrevista en Radio Euskadi, horas antes de acudir al parque natural de Pagoeta. Consciente del esfuerzo que supondrá afrontar el escenario de declive económico que se avecina para el próximo Gobierno que salga de las urnas el 12-J, Urkullu dio su palabra de que, si sale reelegido jefe del Ejecutivo vasco -algo que dan por sentado todas las encuestas- «pondrá en pie» a Euskadi sin acometer ningún recorte público.

«Yo tengo muy claro que tenemos que priorizar la garantía de los servicios públicos, apostando también por las políticas sociales», dijo antes de admitir que se prevé una caída de recaudación que podría oscilar entre los 2.000 o 3.000 millones de euros. Es decir, un desplome del 18%. Un escenario delicado para las arcas públicas que Urkullu tratará de compensar, según manifestó, «con una capacidad de endeudamiento y un mayor objetivo de déficit que está por acordar con el Gobierno español». Por eso, pidió convocar cuanto antes la Comisión Mixta del Concierto Económico donde se llevará a cabo la negociación. «Tendremos que ir adecuando el Presupuesto, priorizando, pero manteniendo las políticas públicas sociales y la innovación porque es la base de la competitividad para la generación de economía en el futuro», insistió.

Urkullu, en todo caso, puso en valor la capacidad que tiene la Comunidad Autónoma Vasca para ponerse en pie después de sufrir el desgarro de una crisis económica «como en los años 80-90 y en 2008». Por eso, aseguró estar dispuesto a liderar la reconstrucción de Euskadi sin dejar a nadie en la estacada. Menos aún, a los sectores más vulnerables de la sociedad vasca. «No hay que dejar a nadie atrás», dijo, para defender las ayudas a personas y colectivos más desfavorecidos, mientras EH Bildu y Elkarrekin Podemos arremetían contra él al acusarle de que ya está aplicando recortes en sanidad y educación. Urkullu, sin embargo, hizo caso omiso a las acusaciones de sus adversarios políticos e insistió en que «hay que mirar al futuro con confianza, con la experiencia adquirida en estos últimos años atrás para salir de crisis anteriores». En este sentido, aseguró que «hay vías» para evitar los recortes. En esta línea destacó «la solvencia que muestra la capacidad de la Administración vasca, en su conjunto, particularmente la del Gobierno Vasco, en base a la capacidad de endeudamiento, por haber podido reducir la deuda en el pasado». «Otra vía -añadió- es la que provenga de los remanentes que hayamos podido tener en ejercicios superavitarios y que hayamos podido destinar también fondos de liquidez, que hemos implantado en esta pandemia».

Más allá de las declaraciones que hizo a este respecto -también confesó que espera que, en caso de que haya un nuevo rebrote en otoño, el autogobierno no vuelva a estar «tutelado» por el Gobierno central- Iñigo Urkullu inició este viernes su particular carrera para alojarse de nuevo en Ajuria Enea con una visita a Pagoeta, en Aia, para mostrar su compromiso con el medio ambiente. Su discurso electoral estuvo centrado este viernes en la transición energética y medioambiental como «palanca» para lograr «una nueva Euskadi más sostenible y próspera». «Euskadi está comprometida con el desarrollo sostenible y los objetivos climáticos acordados internacionalmente», dijo. «Desde un país pequeño podemos aportar mucho contra el cambio climático», insistió.

Acompañado por la 'número dos' por Gipuzkoa, María Eugenia Arrizabalaga, Urkullu manifestó que el PNV apuesta por el transporte público, el vehículo eléctrico y las energías renovables como herramientas para luchar contra el cambio climático. De ahí que enumerase cinco compromisos de la formación jeltzale en esta materia: una nueva ley de cambio climático; elevar hasta el 20% las energías renovables en el consumo final; un plan de movilidad sostenible en todas las comarcas con el objetivo de aumentar un 20% la movilidad a pie o en bicicleta e impulsar los productos locales y de temporada; «infraestructuras verdes y las soluciones basadas en la naturaleza»; y «10.000 nuevas hectáreas de superficie arbolada en Euskadi».

Urkullu se trasladó después a Bilbao, donde encabezó el acto 'Acuerdo por la Juventud', donde se comprometió a liderar un plan de choque que posibilite un empleo y una primera experiencia laboral a 30.000 jóvenes.