Los nacionalistas vascos se proponen aislar su campaña de las elecciones catalanas
El PSE confía en capitalizar el 'efecto IIla' mientras PNV y Bildu acogen con «respeto» la decisión de Puigdemont
Los partidos vascos quieren blindar la campaña vasca de la influencia de las elecciones catalanas, unos comicios de un gran calado político que alejan ... el foco de la contienda en Euskadi, sobre todo después de conocer la voluntad de Carles Puigdemont, de volver a presentarse como candidato a presidente de la Generalitat. Oficialmente, PNV y EH Bildu se limitan a expresar su «máximo respeto» por Puigdemont, sin entrar en el terreno vidrioso de las tensas relaciones entre Junts y Esquerra Republicana y su competencia interna.
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Los jeltzales subrayan que su objetivo para el 21-A se centrará en «el bienestar de la ciudadanía vasca»
El PNV –que no va a concurrir a las europeas en coalición con Junts al igual que hace cuatro años– confía en trazar su propia hoja de ruta para Euskadi. «No creemos que tenga ninguna afección en las elecciones vascas, desde el PNV seguiremos poniendo todo el empeño en las cuestiones que atañen al bienestar de la ciudadanía vasca», señalaron ayer fuentes del EBB.
Desde EH Bildu se va en la misma línea. «Estamos centrados en la campaña vasca», señalaron. Otra cuestión es lo que se piensa en un ámbito privado. Porque PNV y EH Bildu se han mostrado muy cautelosos con la estrategia de Puigdemont y coinciden en que la dinámica de agravios emocionales que aún condiciona su discurso tiene poco que ver con las prioridades de la sociedad vasca. El PNV lo tienen muy claro. Los jeltzales despliegan hacia ese mundo un abanico de relaciones fluctuante. Han pasado de la distancia inicial –cuando el lehendakari Iñigo Urkullu intentó sin éxito una mediación para impedir la Declaración Unilateral de Independencia y la aplicación del artículo 155 de la Constitución– al acercamiento actual entre Andoni Ortuzar y el vicesecretario general de Junts, Jordi Turull.
En Bildu se asume en privado que Puigdemont da un vuelco a la campaña del independentismo
Por otra parte, ERC tiene una alianza formal con EH Bildu, si bien mantiene una buena interlocución con el PNV. En el seno de Bildu se tiene la íntima convicción de que el factor Puigdemont es un movimiento que altera por completo la campaña catalana y constituye un golpe emocional de un gran impacto en el mundo independentista que puede trastocar las relaciones de fuerzas entre Junts y Esquerra. En principio no tiene por qué afectar a Euskadi, en donde existe una hoja de ruta específica de rivalidad entre PNV y Bildu que, al menos en este momento, por primera vez no gira alrededor de la cuestión nacional ni del derecho de autodeterminación.
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El revulsivo Illa
Por su parte, aunque el PSE piensa que las elecciones vascas tienen una dinámica centrada en la Sanidad o en el problema de la vivienda, y no en las reivindicaciones identitarias, confía en poder capitalizar el 'efecto Salvador Illa', que puede insuflar energía al candidato socialista Eneko Andueza, que necesita también reivindicar su espacio transversal en la centralidad para combatir el achique de espacios del nacionalismo. El auge del PSC en las encuestas se ha convertido en un inesperado aliado de los socialistas vascos.
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