Elecciones en Euskadi

Las palabras clave que usarán los partidos en campaña

Después de presentar su programa electoral, la formación jeltzale buscará igualmente desgranar sus planes de inversión más llamativos y las medidas concretas que pondrá en práctica si logra de nuevo hacerse con el poder. Las cosas del comer. Y todo ello, presentando por todos los rincones de Euskadi a Imanol Pradales, un candidato hasta ahora desconocido que jugará en la centralidad.

La bronca política es un escenario del que EH Bildu quiere escapar durante esta campaña electoral. Todo hace indicar que el aumento de escaños será considerable y las encuestas le sitúan en la pugna por ganar las elecciones. La coalición abertzale tiene el viento de cola y no quiere fallar. Por eso evitan entrar al «barro» y prefieren «hablar de propuestas para Osakidetza, vivienda o economía».

El candidato a lehendakari de la coalición abertzale, Pello Otxandiano, no ha reaccionado a las acusaciones del PNV de tener «una agenda oculta» ni a las referencias sobre ETA y el pasado. Hasta ahora ha sido Arnaldo Otegi quien ha cubierto al aspirante en esas situaciones, como pasó tras los altercados y cargas de la Ertzaintza el mes pasado. Así, el aspirante de la izquierda independentista esquiva el cuerpo a cuerpo con los jeltzales y se centra en «las cosas del comer».

Otxandiano quiere dejar clara su capacidad para ser el próximo lehendakari y en precampaña presentó un ensayo político en el que reflexiona sobre el cambio de ciclo político y económico, y la necesidad de recuperar la ambición de país. Y esos son los temas que ha abordado durante sus actos. El Concierto Económico o el autogobierno han sido algunos de los temas que ha tratado. Ni rastro de confrontación con los demás partidos, tampoco de independencia.

EH Bildu se muestra en estas elecciones como «la alternativa al 'statu quo' que suponen el PNV y el PSE». Aunque Otxandiano también ha puesto sobre la mesa la posibilidad de llegar a acuerdos con los jeltzales.

El lema del PSE-EE con el que concurrirá a las urnas es un buen resumen del mensaje que lanzarán los socialistas vascos a lo largo de toda la campaña: 'Vota al que decide'. Y es que Eneko Andueza es consciente de que el partido que lidera será decisivo para la gobernabilidad de Euskadi, quien tendrá la llave para decantar las mayorías. Así que esa será su estrategia: destacar la relevancia y el protagonismo que adquirirán los socialistas, ya no solo en la conformación del próximo Gobierno Vasco, que también, sino en las políticas públicas que se pondrán en marcha si los suyos vuelven a ocupar alguno de los departamentos que conforman el Ejecutivo de Vitoria. «Es un momento decisivo», señalan en el partido. Así que desplegarán alas para convencer a los electores de los beneficios de asentar políticas de izquierdas y progresistas en Euskadi. Como el fomento del uso del transporte público, abordar los retos del cambio climático, la digitalización en la industria, o la ampliación de la plantilla de Osakidetza... Y, sobre todo, intentarán no quedarse en tierra de nadie y tratarán de esquivar el perjuicio que supone la fuerte polarización entre el PNV y EH Bidu.

Todo ello envuelto de otro mensaje clave al que recurrirán: que serán ellos los garantes de la estabilidad en Euskadi para frenar cualquier aventura soberanista que se quiera plantear a lo largo de la próxima legislatura.

Javier de Andrés tratará de beneficiarse del 'efecto Feijóo' que tan buenos resultados otorgó al PP en Galicia. Aunque el escenario es muy diferente y los populares en Euskadi tienen el gran reto de recuperar el voto de centroderecha que han ido perdiendo a lo largo de las últimas citas con las urnas para no quedarse estancados en el córner de la política vasca. Y también tratarán de sacarle partido a sus escaños en el Parlamento Vasco en caso de que los números les otorguen un papel clave para la conformación de un Gobierno tras el 21-A. Como sucedió por ejemplo en Gipuzkoa después de los comicios forales del año pasado, cuando PNV y PSE no alcanzaron la ansiada mayoría absoluta. Esa será una de las estrategias que el PP pondrá en marcha durante la campaña: movilizar a su electorado tradicional.

Y el mensaje con el que intentarán reconquistar ese terreno perdido será el de situar al PP como «única alternativa real» a las políticas «continuistas» que se podrían instaurar en Euskadi. Un cuerpo a cuerpo contra el «bloque de cuatro» partidos que dan aire a Pedro Sánchez -PNV, EH Bildu, PSE y Podemos- en el que De Andrés colará mensajes más provenientes de Madrid que de Euskadi. Y, sobre todo, arremeterán contra el partido jeltzale por haber impuesto, dicen, un «ecosistema ideológico». Por ello, defenderán una Euskadi en la que «no se levantes muros».

La formación morada, que hace ocho años logró 11 escaños, lucha por sobrevivir en el Parlamento Vasco. Una vez superada la traumática ruptura con Sumar han querido transmitir a su potencial electorado que ellos no tuvieron la culpa y que pusieron todo de su parte para formar la coalición. Han vuelto a recuperar la idea de formar un gobierno de izquierdas y su candidata, Miren Gorrotxategi, ha señalado que apoyará a EH Bildu si estos pudiesen liderar el Gobierno Vasco.

En todo caso, creen que la polarización entre las dos formaciones nacionalistas «es un falso antagonismo», ya que la coalición abertzale «se está jeltzalizando en materias estratégicas y estructurales como cambio climático, educación, patrimonio natural». Elkarrekin Podemos se afana en hacer una defensa de los servicios públicos y pone el foco en la educación, asegurando que derogará la norma actual.

El escenario que auguran las encuestas, en el que lograrían desde tres asientos hasta ninguno, es poco alagueño. EH Bildu ha capitalizado la mayoría del voto logrado por Elkarrekin Podemos en los últimos años y es posible que lo siga atrayendo. A eso se suma ahora la aparición de Sumar, que también aspira al electorado situado en la izquierda confederal vasca. Los morados confían en que las dos legislaturas que han estado en la Cámara vasca les avalen para repetir un tercera.

Contar con quienes fuesen los socios de Elkarrekin Podemos en anteriores comicios es una de las fortalezas de Sumar, que coaliga con Berdeak-Equo y Ezker Anitza-IU. Esta última formación ha tenido dos parlamentarios los últimos cuatro años. La candidata, Alba García, es la más joven de todas las opciones, y quiere aprovechar el impulso que le da Yolanda Díaz a su partido para hacerse un hueco entre los votantes de izquierda.

Se juegan mantener su presencia en el Parlamento Vasco con un escaño que disputarán al PP en Álava. En Gipuzkoa apenas alcanzaron el 1,3% de los votos en 2020. La baza principal de la formación de ultraderecha es que van, según defiende la formación de Abascal, «con la verdad por delante» y si consideran que «la inmigración ilegal hay que asociarla con el crecimiento de la inseguridad» lo harán.