Las prisas y los ambulatorios

El duelo electoral entre el PNV y EH Bildu está servido en bandeja y se va a librar en el seno de las clases medias

Alberto Surio

San Sebastián

Jueves, 28 de marzo 2024, 01:00

Arnaldo Otegi aseguraba el martes que no tiene prisa ni ansiedad para lograr la independencia y que. aunque no renuncia a los objetivos soberanistas, hay ... en este momento otras demandas que tienen más o menos protagonismo. Para muchos a los que aún les escuece lo que fue ETA en este país, la frase puede resultar chirriante. Ahora no hay prisa, pero durante muchos años no es que hubiera prisa, es que primaba la intransigencia a la hora de justificar el rupturismo y la violencia. El posibilismo y el gradualismo pactista estaban prohibidos y eran considerados una traición a las esencias patrias. Los tiempos cambian, EH Bildu apuesta por la vía política y las palabras también mutan con una velocidad asombrosa. Los presos –la verdadera razón del pragmatismo abertzale en Madrid– y las prisas son algo más que una enorme paradoja.

Publicidad

El duelo electoral nacionalista está servido en bandeja. El último Sociómetro así lo refleja. Los dos partidos mayoritarios, PNV y EH Bildu, capitalizan su pulso mientras el PSE, que mantiene su representación, tendría la llave del futuro de las mayorías y las alianzas.

Se trata de una batalla previsible que, sin embargo, se vive con mayor frialdad que en anteriores ocasiones. El foco está puesto en Cataluña y la política vasca ha perdido morbo aunque la apuesta de la izquierda independentista por dar el sorpasso, que es posible, no deja de sorprender a muchos porque pone de relieve la velocidad de determinada transformación que ha ido gestándose en la sociedad. De entrada, EH Bildu, impulsada por nuevas generaciones, parece envolverse en la bandera del cambio, y recoge buena parte del voto de Podemos, mientras el PNV paga un desgaste por sus años en el poder. Veremos si al final hay pulsión de relevo o los jeltzales logran movilizar a última hora a muchos de su indecisos. Pero el empate puede reflejar que una parte de la clase media ha perdido el miedo a la izquierda soberanista, antes abertzale, que se ha hecho más posibilista para captar nuevos sectores.

El Sociómetro da también otras claves que explican algunas cifras. La sociedad vasca se sitúa en el centroizquierda y asume un asombroso equilibrio identitario entre el sentimiento nacionalista vasco y el no nacionalista. Todo ello, junto con la inquietud por los problemas económicos, dibujan una sociedad en la que se ha apaciguado. la pulsión identitaria. La paradoja es que, siendo mayoritariamente abertzale en lo político, el factor nacional se vive con menor dramatismo que en el pasado. El fin de ETA es determinante. El péndulo vasco ha pasado del extremismo revolucionario a la estabilidad socialdemócrata. El Aberri Eguna escenificará este reciclaje, que reemplaza el esencialismo de reafirmación por un discurso más flexible e híbrido anclado en el bienestar social. No renuncia al 'Zazpiak bat', pero los ambulatorios son la prioridad. Ese es el verdadero cambio vasco.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad