La construcción acaricia ya la recuperación de todo el empleo perdido en la pandemia lusa

Euskadi debe recuperar aún algo más de la mitad de los empleos perdidos por el Covid

La industria vasca tiene todavía 6.205 afiliados menos que en febrero del año pasado, la hostelería está aún peor y la construcción, menos castigada por el Covid, roza los niveles previos

Sábado, 17 de abril 2021, 07:40

La factura que ha dejado el Covid ha sido histórica en algunos registros, como es el caso del PIB (-9,5%). En otros como ... el empleo, ha sido algo menos abrupta gracias a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que han amortiguado la caída, aunque la huella ha sido también considerable. Y de hecho, cuando ya se ha rebasado el año de pandemia se empieza a ver algo de luz al final del túnel con un mes de marzo que ha arrojado nuevamente aumentos de afiliación en Euskadi, con lo que ya se encadenan dos meses consecutivos de creación de empleo.

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Todo apunta a que a partir de ahora se producirá un aumento sostenido de cotizantes, siempre que se mantenga el ritmo de vacunación y no haya grandes sobresaltos. Tras el primer desplome que se produjo entre marzo y junio del año pasado, la afiliación se ha ido recuperando, con algunos descensos puntuales. Pero todavía quedan muchos empleos por restablecer.

De hecho, Euskadi cerró el mes de marzo con 18.092 afiliados menos que en febrero del año pasado, el último mes antes de que se decretara el estado de alarma. Si tenemos en cuenta que en lo peor de la pandemia, es decir, hasta agosto, se perdieron casi 35.000 empleos, aún quedan por recuperar algo más de la mitad de los puestos de trabajo destruidos.

Si desglosamos por regímenes, todavía restan 16.609 trabajadores por cuena ajena para llegar a los niveles prepandemia, mientras que hay 1.106 autónomos menos que en febrero del año pasado.

18.092 empleos quedan por recuperar en Euskadi de los casi 35.000 perdidos por el Covid

Pero a esta situación hay que añadir los 28.576 trabajadores que estaban todavía en ERTE en febrero y 10.810 autónomos cobrando la prestación especial, como indica Pablo Martín, responsable de Economía de Confebask. «Es decir, que hay casi 40.000 trabajadores en una especie de limbo, ya que figuran como activos, pero mientras algunos pueden engrosar la lista del paro otros retomarán la actividad pero no se computarán como nuevos afiliados porque no han dejado de serlo», remarca.

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Si nos fijamos en los sectores de actividad, los servicios son los peor parados, ya que todavía tienen 11.429 afiliados menos que antes de la pandemia. La industria también arrastra 6.241 cotizantes menos, mientras que a la construcción le restan 620. Sin embargo, el sector primario ha recuperado el empleo perdido y suma 199 más. Con estos datos, Pablo destaca que los servicios aglutinan el 63% del empleo perdido y la industria el 34%.

El 63% de los puestos destruidos pertenecen a Servicios y el 34% a la Industria.

A continuación desgranamos las ramas de actividad más significativas, al tiempo que algunos responsables sectoriales analizan la evolución durante la pandemia y la previsión para los próximos meses.

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Más en actividades sanitarias

Si nos fijamos en el régimen general, es decir, los trabajadores por cuenta ajena, hay un dato que llama poderosamente la atención, aunque también es lógico, como es la recuperación del empleo en las actividades sanitarias y servicios sociales. Y es que a marzo de este año había 2.469 afiliados más que en febrero de 2020. Algo que parece explicable dado que la pandemia ha exigido reforzar los servicios sanitarios.

La Administración pública también ha ganado 606 cotizantes, mientras que la educación tan solo ha sumado 6. No solo el ámbito público ha tirado del empleo, ya que las actividades administrativas y servicios auxiliares ganan cotizantes (415), al igual que las actividades inmobiliarias, aunque en menor medida (43). Y entre los que recuperarn empleo se cuela uno de los sectores clásicos, la agricultura, con 88 afiliados más.

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Y aquí se acaban las alegrías, porque el resto de ramas de actividad más significativas arrastran todavía pérdidas de empleo y algunas bastante significativas. La industria manufacturera, que es el motor de la economía, tiene todavía 5.763 afiliados menos en el régimen general tras cerrar marzo con 144.508 cotizantes.

199 afiliados más tiene el sector primario, el único que se ha recuperado del impacto.

La construcción, que ha sufrido menos el golpe del Covid en su actividad, está más cerca de recuperar el empleo perdido, con 718 afiliados menos. En la misma línea se encuentra el transporte y almacenamiento, con un déficit de 377 cotizantes.

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Peor lo tiene el comercio y reparación de vehículos, que todavía arrastra 2.572 empleos menos que en febrero del año pasado, y la hostelería, a la que aúnle restan 6.698 afiliados para recuperar el nivel prepandemia. Esta es una rama de actividad que está sufriendo en carne viva los efectos del Covid, ya que las limitaciones constantes de aforos están lastrando su recuperación. Se podría decir que éste es un capítulo aparte por lo específico de su situación.

Así que nos centramos en tres pilares de la economía para abordar con sus portavoces un análisis más pormenorizado y también hablar de las expectativas de recuperación del empleo.

Confebask cree que hasta finales del próximo año no se alcanzarán los niveles precrisis.

Pablo Martín detalla que en la industria ha habido unos sectores más castigados que otros, como es el caso del de bienes de equipo, con una caída de la afiliación del 13,5%, o el de la energía, con un descenso del 11%. Explica que todo lo ligado a la movilidad se ha resentido de forma especial, como la industria aeronáutica, o lo relacionado conel oil & gas, como los tubos.

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Previsiones

Esa sería la fotografía que ha dejado el Covid. Pero cuáles son las previsiones de cara a este año y a los siguientes. ¿Para cuándo se prevé recuperar todo ese empleo perdido? El responsable de Economía de Confebask recuerda que la patronal vasca hizo unas estimaciones a finales del año pasado, apuntando una horquilla que iba del 5,5 al 9,5%, siempre supeditado a la evolución del Covid y a los ritmos de vacunación. Apunta que al ser ésta más lenta de lo esperado está retrasando unos meses la recuperación económica y también del empleo. «Por eso ahora estamos más en la banda baja que en la alta, en torno al 6% de crecimiento. Y esperamos que no haya más retrasos».

«La recuperación se está retrasando unos meses por el parón de las vacunas»

Pablo Martín (Confebask)

Martín apunta que mientra el año pasado el empleo cayó menos que el PIB, para este ejercicio se espera que ocurra a la inversa, es decir, que la recuperación económica sea más intensa que la de los puestos de trabajo. «La cuestión es a qué velocidad se va a producir esa reactivación del empleo, porque los planes de empleo llevan también cierto retraso, con lo que sus efectos en este ejercicio serán colaterales y más intensos el año que viene».

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Para Martín es fundamental que aguanten el mayor número de empresas para que la posición de salida sea mejor. A partir de ahí, apunta que es muy difícil estimar cuándo se recuperará todo el empleo perdido. «Siendo prudentes, quizás para finales de 2022 estemos en un nivel similar al de la prepandemia».

«El primero o segundo trimestre de 2022 estaremos en niveles prepandemia»

Txema Muñoz (Ascongi)

En lo que respecta a la construcción, otro de los sectores clásicos, Txema Muñoz, presidente de Ascongi, confirma que se está produciendo una recuperación paulatina y que marzo marca una tendencia alcista que casa con las expectativas. Así, aludiendo a datos guipuzcoanos, indica que en marzo la afiliación creció un 1,1% en relación al mismo mes del año pasado, cuando ya se había decretado el estado de alarma. Con todo, señala que que si se compara con marzo de 2019, el aumento es del 1,8%. Una subida que se explica porque 2019 era un año de recuperación del sector tanto en lo que respecta a a contratación como a la afiliación. Incide en que el comportamiento es similar en lo que respecta a los autónomos.

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Muóz añade que poco a poco se va recuperando la actividad y el empleo, «aunque todavía no estamos en niveles prepandemia, pero hay que recordar que nuestro sector fue de los menos penalizados», remarca.

Txema Muñoz asegura que tras este primer trimestre la percepción es buena en los tres sectores: construcción pública y privada, promociones y rehabilitación. Recalca que las ayudas previstas para la rehabilitación, con subvenciones contempladas en las ayudas del 'Next Generation' supondrán un nuevo revulsivo, lo que unido a las facilidades de los bancos por prestar dinero y a las tasas de ahorro familiares que han crecido con la pandemia servirán también de empuje al sector residencial.

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Asimismo, apunta que en lo que respecta a la obra pública, las Administraciones van a mantener las políticas de inversiones, que quedó paralizada hasta noviembre, lo que también supondrá un impulso.

«Estamos muy esperanzados por todo esto, aunque dependerá todo de la evolución de la pandemia y de los ritmos de vacunación. Pero la bajada de empleo no ha sido tan fuerte como en la anterior crisis –tampoco hay muchos trabajadores en ERTE, recalca–, ni tampoco la destrucción de las empresas. Entonces se cerraron la mitad».

En este contexto cree que la construcción recuperará los niveles prepandemia entre el primer y el segundo trimestre del próximo año.

«Estamos casi en situación precovid y en los próximos meses hará falta mano de obra»

Mario Palacios (Guitrans)

Desde Guitrans, Mario Palacios, también apunta que en el sector del transporte las perspectivas son buenas. Tras encajar el primer golpe del Covid en el primer semestre del año pasado con unas caídas de facturación que rondaron de media el 53%, aunque hubo subsectores que llegaron al 80% como es el caso del relacionado con la automoción, la segunda parte del ejercicio se fue recuperando la mayoría de la actividad.

El responsable de Guitrans señala que en estos momentos se está funcionando bien, aunque hay algún subsector, como el de la última milla –distribución dentro de las ciudades–, algo más renqueante. Es más, indica que en general «estamos casi en situación de prepandemia».

De cara al futuro más inmediato, las perspectivas son halagüeñas, señala, «a expensas, eso sí, del virus y de las vacunas». De hecho, considera que en los próximos meses si continúa la misma tendencia hará falta contratar más mano de obra.

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El gran hándicap del sector son la competencia de empresas foráneas, «con costes muy inferiores a los nuestros». Un problema que llevan arrastando desde la anterior crisis, que dejó por el camino a 30.000 empresas del sector en todo el Estado, recuerda.

Solo el 5,3% de los empleos destruidos en 2020 eran de alta cualificación

La pérdida de puestos de trabajo afectó el año pasado en Euskadi prácticamente en su totalidad a los empleos con cualificación media o baja y de forma muy residual a los trabajadores que ocupan puestos que requieren de una formación elevada. De hecho, de los 13.200 ocupados que se quedaron por el camino en el año del Covid, tan solo 700 eran de alta cualificación, mientras que 12.500 correspondían al resto de categorías.

Así lo corrobora un informe de Adecco Group que toma como referencia los datos de la Encuesta de Población Activa que elabora el INE, cuyos últimos registros datan del cuarto trimestre de 2020. Un estudio que deja en evidencia que la destrucción de empleo entre los que tienen una formación más elevada fue tan solo del 0,2%, una décima más que en el conjunto del Estado, mientras que en el resto llegó al 2,2% del colectivo.

Esto ha hecho que la proporción de trabajadores con mayor capacitación haya crecido en el País Vasco hasta situarse en el 38,8% del total. De este modo, Euskadi se sitúa en el segundo puesto con mayor proporción de empleados de alta cualificación, por detrás, aunque a mucha distancia, de Madrid, que cuenta con el 45,7%. Le sigue Cataluña con el el 37,3% y Navarra con el 36,4%.

El informe también detalla que un 7% de los ocupados vascos quiere trabajar más horas y no encuentra dónde. Se trata fundamentalmente de personas con contratos parciales. Es la tercera más baja del Estado y el año pasado descendió una décima, debido a que se han perdido más empleos parciales.

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