«La previsión es superar con creces los niveles precovid»

Desde esa atalaya, recuerda que la primera noticia sobre el coronavirus le pilló en China, donde la empresa de Azkoitia tiene otra planta productiva. «Era enero de 2020 y a los pocos días de volver tuve que repatriar a varios técnicos y a dos expatriados junto con sus familias».

El cierre industrial que tuvo lugar al inicio de la pandemia no les obligó a parar porque «nuestros equipos se utilizan en sectores productivos esenciales, aunque sí tuvimos que adecuar protocolos sanitarios, impulsar el teletrabajo...». En esos momentos recuerda que lo peor era la incertidumbre, «no saber cuánto podía durar la pandemia y su expansión geográfica». Cualquier previsión se quedó corta «y lo que en principio apuntaba a que acabaría para el final del verano... ha durado dos años».

Arandia subraya que en lo que respecta a los bienes de equipo, el contacto y el factor confianza son fundamentales a la hora de decidirse a una inversión tan fuerte. «Todo está basado en relaciones personales, pero las visitas se cancelaron y nos obligó a trabajar en un entorno muy virtual».

En esa fase inicial su empresa, al igual que la mayoría del sector, aguantó el tirón porque contaban con una cartera de pedidos que venía de 2019», con lo que los primeros meses resistimos con eso». Pero la nueva contratación se vio seriamente afectada. «El impacto lo notamos en la segunda parte de 2020 y en el arranque de 2021. En nuestro caso fue muy serio, con una reducción del 50% en la captación de pedidos».

Ibarmia trabaja para seis mercados, y su presidente explica que en ese momento salvo el chino, que remontó enseguida por los fuertes incentivos económicos, en el resto –España, Francia, Alemania, Italia y EE UU– la actividad se redujo a mínimos». Recuerda que se vieron obligados a aplicar un ERTE, como la inmensa mayoría de las firmas.

Y el 2021, apunta, ha sido el año de la recuperación, aunque con diferencias en los distintos mercados. «En nuestro caso cerramos el año con niveles de captación de pedidos récord, previos a la pandemia. Al final el comportamiento ha sido muy bueno, mejor de lo que podíamos esperar a inicios de ese ejercicio, cuando había todavía mucha incertidumbre».

Señala que algunos mercados, como es el caso del italiano, están siendo extraordinarios. De hecho es el primero en el subsector de arranque a nivel de todo el sector. Una reactivación que achaca a las medidas incentivadoras implantadas, sobre todo, a nivel de fiscalidad.

Un tirón del que se ha beneficiado Euskadi, que mantiene un liderazgo absoluto en el subsector de arranque de viruta, y más en concreto, en la fabricación de máquinas fresadoras, ya que concentra todas las empresas del sector, salvo una que está en Burgos. «Es un liderazgo tecnológico y de mercados a nivel mundial».

Sin embargo, apunta que el subsector de deformación –chapas para carrocerías, sobre todo– está más rezagado. No hay que olvidar que las empresas de automoción se han visto lastradas por la falta de microchips y las dificultades de suministro de otras materias primas.

Y esta es una de las incertidumbres que acecha al sector de la Máquina-Herramienta y a la industria en su conjunto de cara a este año, que a priori se presenta como el de la consolidación de esa recuperación iniciada el año pasado. La subida de los costes energéticos, de las materias primas, la alta inflación y los problemas de suministros son otros factores añadidos que podrían empañar, dice, las buenas perspectivas. En todo caso, apunta que «nuestro plan de ventas y de producción prevé una subida importante sobre los niveles prepandemia».