«Me costó mucho reengancharme con 49 años y ahora vuelta a lo mismo»

Quedan diez minutos para que la oficina de Lanbide en Lasart-Oriae abra sus puertas. No hay colas. Solamente los que están citados a las nueve en punto. Cada cuarto de hora solo entran diez personas. Son las normas de la pandemia del Covid-19, esa que ha ido destruyendo buena parte de los puestos de trabajo que tanto cuesta recuperar. Septiembre se portó bien en Euskadi y octubre ha vuelto a dejar entrever otro pequeño rayo de luz. En Gipuzkoa, los parados han descendido en 2.561 en el último mes, lo que sitúa la cifra de desempleados en 36.761. Los datos dicen una cosa. Las historias que hay detrás de esas casi 37.000 personas, otra muy diferente.

Loli Sanz, de 60 años, es administrativa y natural de Andoain. La empresa de cría y venta de pollos en la que ha estado más de diez años cerró. Y lleva diez meses en el paro. «La última vez me costó muchísimo reengancharme con 49 años. Casi dos años. Y ahora, vuelta a lo mismo», explica Loli, para quien la edad es el mayor hándicap para encontrar trabajo, «más que el Covid». «Siendo mujer y con 60 años, me parece que la perspectiva de volver al mercado laboral es limpiar», zanja.