Los efectos de la huelga del sector público en Euskadi: colas en el transporte, citas anuladas en ambulatorios y coles sin profesores

Largas colas en estaciones, paradas de autobús y marquesinas a primera hora en los principales nudos de conexión del transporte en Gipuzkoa por la huelga en el sector público de Euskadi. La reducción de frecuencias por los paros se está notando, sobre todo, en Donostia, donde en algunas de las líneas de DBUS que más pasajeros aglutinan, como la 28, algunos pasajeros no pueden acceder a los autobuses al estar llenos y deben esperar al siguiente que hoy, circula con una frecuencia menor que de forma habitual.

Los autobuses circulan además, como sucedió el pasado 25 de octubre, con el cartel de aviso en sus lunas delanteras de 'Servicios Mínimos', para alertar a los usuarios de que el servicio se encuentra hoy bajo mínimos.

Situación similar la que se vive también en las estaciones del Topo de Euskotren, donde los usuarios tratan de coger el servicio que sale o llega cada hora, como sucede en la estación de Easo. Además, algunos usuarios, como en el caso de Miren, no se acordaban de la jornada de paros prevista para este martes. «He mirado al horario y pensaba que estaba mal y que se había quedado congelado en un horario de fin de semana. Pero no, es por la huelga», señalaba con cierto punto de mal humor. Esta usuaria ha tenido que esperar veinte minutos para coger el siguiente tren hacia Lasarte-Oria.

Tatiana Moreno llevaba media hora esperando al tren para coger el tren destino Irun. «Es una faena, no me arcordaba que había huelga. Es una faena para los que tenemos que ir a trabajar», confiesa. Eva Fernández, por su parte, llegaba desde Usurbil a Donostia como cada día para incorporarse a su puesto de trabajo. «Siempre cojo este tren y normalmente viene la mitad de lleno que hoy. Conocía que había huelga pero no pensaba que los servicios iban a ser tan reducidos», explica.

Otros, como Ramón Hernández, han tomado otra solución al no disponer del horario de tren que utiliza habitualmente. «Voy a ir en bici hasta Loiola, no me merece la pena esperar una hora al siguiente tren», apuntaba tras consultar el horario en la estación.

En el sector de la Educación la huelga también ha tenido su impacto. En el exterior del colegio Amara Berri se encontraba Álex Arrieta con sus dos hijas a las que ha llevado al colegio a pesar de la falta de profesorado en las aulas. «Las he traído porque tengo que ir a trabajar y porque nos garantizaban el servicio de comedor. Aunque lo que sí que noto es que hay muy pocos niños. Mis hijas han venido porque están más a gusto aquí que en casa porque ven a las amigas y juegan con ellas. Al final este es un día lúdico para ellas porque no reciben clase», confesaba este vecino del barrio de Amara, que también admitía que en esta ocasión no había recibido ninguna notificación por parte del centro. «Suelen enviarnos una circular con el porcentaje de profesores que van a hacer huelga y esta vez no lo han hecho», añadía.

A poca distancia, en el ambulatorio del mismo barrio, pacientes afectados por la huelga salían bastante descontentos y protestaban porque no habían sido atendidos y les habían dicho que volvieran otro día. «Yo tenía una ecografía programada para hoy. He tenido que pedir permiso en la empresa para venir y no me la han podido realizar. Como no me la han hecho he tenido que pedir un justificante», decía Isabel Tolaretxipi, quien admitía que «no tenía ni idea de que había huelga en todos lados».

El donostiarra Ramón González tenía programada una consulta y se encontraba sorprendido porque no había sido atendido. «No me han dado ninguna explicación, no me han hecho lo que tenían que hacerme y dicen que luego me llamarán. Es una absoluta vergüenza», comentaba en un tono de enfado. María Jesús, sin embargo, ha corrido con más suerte y ha podido ser atendida. «Tenía cita con mi médico y me han atendido muy bien, no ha habido ningún problema», explicaba esta vecina de Astigarraga.

Los sindicatos se muestran satisfechos con el seguimiento de la segunda huelga general de funcionarios públicos aunque admiten que «el seguimiento es algo menor al del pasado 25 de octubre», en palabras del responsable de ELA Igor Eizagirre. Los sindicatos han cifrado en un 60% el seguimiento en educación y menos impacto en Sanidad.

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