Ibon Urgoiti y Joseba Madariaga presentaron ayer el informe de Laboral Kutxa sobre la economía vasca. i. pérez

La economía vasca necesitará al menos dos años para recuperar el nivel pre-Covid

Laboral Kutxa cree que «en dos meses hemos perdido dos años», y sugiere la oportunidad de ventajas fiscales para los sectores más dañados

Julio Díaz de Alda

San Sebastián

Jueves, 9 de julio 2020, 10:59

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Sombrío panorama el que presentó ayer Laboral Kutxa, cuyo Servicio de Estudios calcula que el Producto Interior Bruto (PIB) de Euskadi caerá un 8,9% ... este año, arrastrado por el impacto de la crisis global desatada por el Covid, que hará también que el empleo ceda un 7,3% y el paro se dispare al 14,2%. Un golpe que no podrá compensarse en 2021, en el que el PIB crecería un 7%, con un alza en el mercado laboral del 5,6% y una reducción del desempleo de un punto y medio, para dejar la tasa en el 12,7%. Eso, siempre que no se desaten nuevos brotes ni haya que volver a 'cerrar' la economía.

En esa tesitura, «haran falta dos años para recuperar los niveles precrisis», según destacaron ayer el director de Desarrollo de Negocio de Laboral Kutxa, Ibon Urgoiti, y el responsable del Servicio de Estudios de la entidad, Joseba Madariaga, en la presentación del tradicional Informe sobre la Economía Vasca de la cooperativa de crédito. «En 2023 volveremos a donde estábamos antes de todo esto», sentenció el segundo.

Ambos pusieron de relieve la crudeza de una crisis que, aseguraron, «en dos meses nos ha hecho perder dos años de crecimiento». La razón de semejante lastre, apuntó Madariaga, es que Euskadi, España y el resto del mundo se enfrentan a un «doble 'shock'», pues la pandemia ha afectado tanto a la demanda (el consumo y la inversión) como a la oferta (el desempeño de las empresas y, por ende, del empleo).

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El dato 'bueno' es que Europa actúa ahora más unida y dispuesta a movilizar mucho dinero

unión europea

«Se ha dejado de consumir, producir e invertir, y además continúa el elevado nivel de incertidumbre sobre lo que pueda pasar en el corto plazo», afirmó Madariaga, quien recordó que «en anteriores crisis, las previsiones se movían en horquillas de décimas, y ahora los márgenes sobre los que trabajamos son incluso de varios puntos».

Dependencia

A eso se une el handicap de que nuestra economía, muy internacionalizada, depende de que terminen de arrancar otras latitudes, lo que al menos en el caso del continente americano, en lo peor de la pandemia hasta ahora, no tiene visos de suceder en el corto plazo. La vuelta a la velocidad de crucero, aseguraron, «no es tan sencilla y va a requerir de más tiempo».

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Madariaga y Urgoiti, que aplaudieron medidas como las relativas a los ERTE o al Ingreso Mínimo Vital, alertaron sobre la que a esta hora aparece como irremediable destrucción de puestos de trabajo en Euskadi.

«Es previsible que a partir de ahora se produzcan cierres de empresas, lo que repercutirá negativamente en el empleo», lamentaron. Así, Madariaga, mucho más preocupado por el impacto a la oferta que por el de la demanda, recordó que el obligado confinamiento y las medidas de distancia establecidas han hecho también mucho daño –más allá de a la industria— al sector servicios y, en especial, a ramas de actividad como el comercio, la hostelería o la hotelería, «con gran peso en el empleo y en el PIB de la comunidad autónoma». «No es broma», añadió.

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Laboral Kutxa subraya que el escenario planteado se basa en que no haya rebrotes de importancia

prudencia

Madariaga y Urgoiti expresaron su confianza en una Europa que ahora sí parece unida y dispuesta a echar el resto, y confiaron en que el plan de reactivación de la economía que se negocia en el seno de las instituciones comunitarias sea suficiente y efectivo. «Saldremos con más Europa», advirtieron los dos.

«Van a desaparecer empresas y, en cierto modo, esa unidad que vemos ahora en Europa es una buena noticia; habrá que aprovechar esos fondos para ayudar a recomponer el tejido productivo», dijo el analista, quien recordó que, con los niveles de deuda y déficit a los que se enfrenta España, «sin el BCE detrás sería muy complicado que nadie financiara hoy al Estado».

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Impuestos

Cuestionados, precisamente, por esa deuda, Madariaga dejó claro que ahora toca apoyar a la economía real: «Es el momento del gasto público». Es más, cuestionado por lo que se pudiera hacer en Euskadi para apoyar a esas empresas que lo van a pasar mal, se mostró partidario de instaurar estímulos fiscales. «Hay que apoyar a los sectores estratégicos que lo están pasando mal con medidas limitada en el tiempo; esa puerta la tienes abierta», recalcó el experto.

Así, y tras señalar que ahora no parece conveniente elevar la presión fiscal, sí consideró que «parece sensato» pensar que, a medio plazo, habría que «tocar al alza» algunos tributos. ¿Cuáles? «Los de mayor capacidad recaudatoria, como el IRPF, el IVA o el de Sociedades», resumió.

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Persisten amenazas como el Brexit o la guerra comercial

El informe presentado ayer por Laboral Kutxa ofrecía también un repaso sobre el comportamiento de la economía vasca en 2019, un ejercicio en el que el PIB creció un 2,2% interanual, que hoy se nos antoja un sueño, pero en el que también hubo algunos factores desestabilizantes. Circunstancias como el Brexit o la llamada guerra comercial entre China y Estados Unidos que, recordó Joseba Madariaga, «siguen ahí». «No nos podemos olvidar de condicionantes importantes como esos para los que, a esta hora, no se ha encontrado solución», añadió. El responsable de los análisis macroeconómicos de la cooperativa de crédito apuntó también la importancia de la «responsabilidad» ciudadana a la hora de evitar nuevos brotes.

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