Gipuzkoa enfila hacia el reto del pleno empleo, pero a costa de una precariedad en máximos

Hace tres años y medio Gipuzkoa contaba con casi 50.000 desempleados. Se cerraba 2014 con una cifra récord de personas sin empleo y una tasa de paro del 14,3%. El viento de la economía comenzaba a rolar y a pegar de cola y se auguraba una mejoría inminente de la situación. Así fue, y tras encadenar trimestre tras trimestre de evolución favorable, la primera mitad de este 2018 ha concluido, según el Eustat, con 26.000 desempleados en el territorio y una tasa del 7,7%. Ello supone que se ha limado a la mitad aquel socavón y se registran una tasa desconocida desde 2010. Y lo que es más importante, se avista ya en el horizonte el denominado paro técnico o estructural, esto es, un porcentaje de personas sin empleo por debajo del 5% de la población activa total.

Evidementemente, el camino hacia ese paisaje paradisíaco todavía requiere de un constante empujón que pueda posibiltar reducir las cifras de paro en el territorio hasta una horquilla comprendida entre los 15.000 y los 18.000 desempleados, una circunstancia que no sucede desde finales de 2008. «Seguimos en el camino correcto de la recuperación del mercado de empleo», recordaba ayer la consejera Beatriz Artolazabal, apuntando que esa es la senda a seguir. Y es que según la Encuesta trimestral de Población en Relación con la Actividad (PRA) publicada ayer por el Eustat, en el segundo trimestre del año el paro bajó en 3.000 personas en Gipuzkoa, en 5.000 en Bizkaia y en 2.300 en Álava. Una reducción en 1,2 puntos en el conjunto de Euskadi que sitúa la tasa de desempleo en el 10,1%, apenas a una décima del objetivo que se marcó el Gobierno Vasco para el cierre de esta legislatura. Gipuzkoa, sigue siendo la única que presenta un porcentaje por debajo de los dos dígitos.

Sin embargo, los retos no concluyen con la comprobación de que el colectivo de desempleados sigue adelgazando al calor de la actividad económica. La propia consejera Artolazabal insistió en «la necesidad de que sociedad, instituciones y empresas posibiliten más calidad en los empleos». A la luz de los datos no queda otra que apuntar que la contratación de baja calidad sigue engordando trimestre tras trimestre. En una descripción gráfica podríamos concluir que la precariedad se ha convertido en la almohada en la que descansa, en gran medida, la recuperación del mercado de trabajo.

Si ya la semana pasada el CRL alertaba de la pérdida de calidad del empleo -tanto del indefinido como del temporal- y esta semana tanto sindicatos como expertos en Economía refrendaban a preguntas de DV esta tendencia, la estadística del Eustat no deja lugar a dudas y sigue reflejando un crecimiento más pronunciado de los acuerdos laborales más precarios. Si el informe del CRL alertaba de que a cierre de 2017 el peso de los asalariados vascos con contrato temporal se aproximaba al 30% del total, tras concluir la primera mitad de 2018, esa proporción ha aumentado hasta el 31,3%.

De los 756.700 ocupados asalariados con los que cuenta Euskadi, 237.300 de ellos tiene un contrato con fecha de caducidad. Esa cifra, simplemente, es la más alta registrada en toda la serie histórica del Eustat, y ha aumentado en 19.800 personas solo en el segundo trimestre de este año.

Casi 20.000 nuevos contratados de forma temporal que representan cerca del 85% del incremento de ocupación de 23.400 personas que ha registrado el País Vasco entre abril y junio.

En estos momentos, Euskadi cuenta con un total de 940.300 ocupados, la cifra más alta desde 2010, pero la contratación indefinida todavía se encuentra a años luz de la de aquellas fechas. «Las empresas se han convertido en adictas al trabajo temporal», explicaba esta semana a este medio la reponsable de Negociación Colectiva de UGT Euskadi, Maribel Ballesteros. Sin entrar en adicciones, la estadística muestra que en Euskadi hay 60.300 trabajadores más con contrato temporal que hace diez años, y por contra, hay 115.600 indefinidos menos. Curiosamente, desde finales de 2014 a esta fecha, el número de parados en el País Vasco ha descendido en 60.500 personas.

De entre los 237.300 asalariados vascos con contrato temporal, 75.500 de ellos son guipuzcoanos. En comparación con el primer trimestre del año, el número ha aumentado en 4.100 trabajadores, y comparativamente con hace un año, el repunte ha sido de 7.500 personas. Actualmente hay 17.900 empleos temporales más en Gipuzkoa que antes de la crisis, mientras que la cifra de indefinidos ha descendido en 31.100 empleados.

Por sectores, la ocupación en el segundo trimestre del año en Euskadi ha aumentado principalmente en servicios (19.300 personas), por delante de la industria (3.400) y del sector primario (800), mientras que en la construcción el número de trabajadores se redujo en 200 personas. La tasa de ocupación, calculada como el porcentaje de personas empleadas de 16 a 64 años sobre el total de estas edades, subió 1,9 puntos con respecto al trimestre anterior, situándose en el 68,3%.

Esta tasa alcanza el 72% entre los hombres, mientras que supone el 64,7% para las mujeres. El colectivo femenino fue el que mayor aumento de ocupación registró entre abril y junio, al sumar 15.200 trabajadoras en el sistema, por 8.200 hombres.

En cuanto a las familias, en el segundo trimestre del año se estima que hay unos 885.000 hogares en el País Vasco, de los cuales una tercera parte no tiene ninguna persona activa. En algo más de la mitad de ellos, todas las personas activas están ocupadas, 9.500 familias más que en el trimestre anterior; además, los hogares cuyas personas activas están todas en paro son 35.500, 4.400 menos que el trimestre anterior.