Euskadi pagará 1.680 millones de Cupo al Estado el próximo año, casi un 20% más que en 2022

Esa cantidad recogida en el documento de Presupuesto es el denominado 'Cupo bruto', que luego está sometido a un ajuste de doble sentido. De un lado, se descuentan partidas por anticipos económicos que realiza la administración vasca -es el caso por ejemplo de una parte de las obras del tren de alta velocidad en la comunidad autónoma-, al tiempo que se aplican también trasvases de fondos del Estado por transferencias especiales, como ocurrió con los gastos derivados de la pandemia.

El documento en el que el Gobierno explica los detalles del Presupuesto advierte que ese cálculo se ha hecho con una metodología «prorrogada». La última Ley de Cupo se aprobó para el periodo de cinco años de 2017 a 2021, de ahí que incluso las cifras referidas a 2022 se han establecido con esa misma metodología. Por el momento, ni el Ejecutivo central ni el vasco han puesto de manifiesto su voluntad de negociar una nueva ley quinquenal, que siempre supone un punto delicado en su vertiente política y en el equilibrio de la financiación regional. La última renovación de este ley, sellado en 2017 por los Gobierno central y vasco, desató numerosas críticas al considerar que las negociaciones habían permitido a Euskadi obtener una mayor ventaja financiera.

La evolución del Cupo más allá del año base -con la actual ley sería 2017- tiene como principal índice de actualización la evolución del ingreso por impuestos que experimente la caja de la Hacienda central.