Orona y Ulma mantienen su plan y votarán el abandono de Mondragon el 16 de diciembre

Ambas cooperativas, que siguen guardando un sepulcral silencio hacia el exterior (y en cierto modo también hacia el interior) respecto a sus planes, hacen de este modo coincidir sus respectivas asambleas. Algo lógico, en cierto modo, pues ante semejante desafío resulta más práctico concentrar las reuniones en un solo día. Incluso para evitar que el sentido de la votación en una empresa pudiera condicionar el escrutinio en la otra.

En el caso de Orona (que ese día suele fletar dos o tres vuelos charter que elevan de manera notable la intensidad de trabajo del aeropuerto de Hondarribia), la cooperativa dulcificó el pasado 8 de abril las mayorías necesarias para sacar adelante una votación como la que se plantea ahora.

Y es que, para quórums elevados (como el que se prevé en esta ocasión, dada la trascendencia de la decisión), superiores a un 75% de los socios convocados, bastará una mayoría simple (la mitad más una papeletas válidamente emitidas, sin contar los votos en blanco ni los nulos) para sacar adelante la decisión que someta a votación. Un margen que antes de esos cambios era más restrictivo (de dos tercios de los sufragios), más apretado de lo que establece la legislación aplicable a las cooperativas.

Según los testimonios prestados –siempre desde el más estricto anonimato– por algunos de los trabajadores de Ulma y Orona, las reuniones informativas celebradas en sus respectivos centros de trabajo habrían resultado muy poco clarificadoras respecto al porqué, al cómo y al para qué del proceso de separación de la Corporación.

Esas voces, a falta de mensajes oficiales que detallen el proyecto de cara a la opinión pública (que es previsible que se produzcan en breve), aseguran que los responsables cooperativos no terminan de aclarar demasiado sus planes ni las dudas de los socios, algunos de los cuales plantean qué ha sucedido para que la relación con Mondragon estallara o por dónde caminarán las dos empresas el día después.

Esas inquietudes han llevado, en un movimiento inédito en la cooperativa, a un grupo de socios de Orona a reunir más de un centenar de firmas para plantear mediante una carta a la empresa la necesidad de abordar el proceso con más sosiego. Como desveló este periódico, esos cooperativistas (trabajadores tanto del taller como de las oficinas) recuerdan a los responsables de la empresa que sus socios se enfrentan «a la tesitura de romper con casi 60 años de historia conjunta» con la Corporación Mondragon.

«No puede haber precipitación en la toma de semejante decisión», subraya la misiva, entregada en la tarde de este miércoles. «La posible salida de Mondragon es un tema que, por su trascendencia, requiere ser tratado con mucha delicadeza», aseguran los socios, que recuerdan que en el pasado Orona consensuó decisiones estratégicas que determinaron el futuro de la firma mediante «dinámicas de meses y participativas» con muchísimas personas.

Una forma de hacer que ahora «como mínimo», añaden los socios, se debiera repetir. El texto de la carta recuerda también que Orona S Coop. nació en 1964 «gracias a que personas que tenían una idea de negocio fueron soportados empresarial y económicamente por las estructuras que ahora llamamos Mondragon».