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Vecinos de Oñati, este pasado viernes en una de las calles céntricas de la localidad. jose mari lópez
El futuro de Mondragon

Un intenso debate en apenas 11 kilómetros

Arrasate y Oñati ·

La previsible salida de la oñatiarra Ulma, junto a Orona, de la Corporación Mondragon se cuela en las conversaciones de los habitantes de estos dos municipios vecinos y cercanos

Domingo, 11 de diciembre 2022

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Tan solo once kilómetros separan Arrasate y Oñati, en la comarca del Alto Deba. Dos localidades vecinas que en este final de año se hallan inmersas en un inhabitual debate empresarial, y también social, debido a la intención de la oñatiarra Ulma, junto a la hernaniarra Orona, de abandonar el gran barco del Grupo Mondragon, la bandera del cooperativismo vasco. Un debate lleno de respeto y argumentos que se ha instalado estos días en los dos municipios, donde pocos vecinos existen que no tengan algún familiar o amigo en alguna de las dos partes implicadas.

El viernes, en un día desapacible, el silencio reinaba en el cuartel general de Ulma en Oñati, a donde se desplazó este periódico. Insisten en que no hablarán antes de la asamblea de socios del viernes, que cristalizará, salvo giro de 180 grados, su separación definitiva de Mondragon Corporación. Eso es lo único que se escucha desde allí. Sin embargo, fuera, en las calles de Arrasate y Oñati, el divorcio entre el Grupo y las dos firmas industriales es un tema que sale a la palestra continuamente. Eso sí, muchos, a la hora de comentar su opinión a este diario, prefieren guardar un escrupuloso anonimato.

Es el caso de un oñatiarra, socio y trabajador jubilado de Ulma, que depositará su voto en la asamblea del viernes. Él votará que 'sí' a la separación. A su juicio, y tras haber vivido un proceso similar en 1993, año en el que Ulma salió de la órbita de la entonces MCC para volver a la misma en 2002, el Grupo ha sido «mandón». «Yo he escuchado –continúa este hombre que durante sus 40 años en la firma también estuvo en el Consejo Rector y Social– cosas por parte de Mondragon del estilo de 'esto no se va a aprobar ni ahora ni nunca y vosotros veréis lo que hacéis'. Cuando tensas tanto la cuerda…», añade.

«Votaré sí a la salida porque el Grupo ha sido mandón, pero ojalá en el futuro se vuelvan a juntar nuestros caminos»

Socio y extrabajador de Ulma

«Punto y aparte, no final»

Pero el oñatiarra espera que este capítulo no sea un punto y final, sino un punto y aparte en la relación entre Ulma, Orona y la Corporación Mondragon. «Si me dejaran votar al sí, pero con la condición de que en el futuro volviéramos a juntar nuestros caminos, elegiría ciegamente esa opción. No está mal dar un toque de atención al Grupo para que sepan que sí queremos estar dentro, pero en una MCC entendida como la casa de todos. No de unos pocos», puntualiza el hombre.

El Grupo Mondragon emplea a más de 80.000 personas en las más de ochenta empresas de su órbita. Pero cabe recordar que Orona y Ulma representan gran parte del poderío industrial de la Corporación. Más de 10.000 personas trabajan en estas dos firmas guipuzcoanas. Por eso, no es de extrañar que en Oñati y Arrasate el cisma preocupe directa o indirectamente. Muchos trabajan o han trabajado en algunas de estas compañías o tienen allegados que lo han hecho.

Los once kilómetros de distancia entre ambas localidades se recorren en apenas quince minutos en coche. Pero en Arrasate, los argumentos son diferentes, aunque también desde un clima de respeto. El arrasatearra Juan José Lizarralde pasó por una de las empresas del Grupo y su padre y hermano llevan años dentro de la Cooperativa. «Es un tema de conversación habitual, pero no sabemos cómo va a terminar», apunta Lizarralde. «Cada uno tiene su punto de vista y lo respeto. Pero yo pienso que cuando Ulma y Orona eran más débiles no criticaban un posible 'centralismo' por parte del Grupo. Hoy son empresas fuertes y están en una posición en la que se pueden permitir separarse. No creo que esté bien porque no es la mejor noticia para el cooperativismo», lamenta resignado.

«Respeto todos los puntos de vista, pero cuando Ulma y Orona eran débiles no criticaban un posible 'centralismo' del Grupo»

Juan José Lizarralde (arrasate)

«Saldrá el 'sí'»

Santi, un trabajador oñatiarra de Fagor Industrial ya jubilado, está convencido, por lo que ha hablado con el entorno de los directivos de Ulma, que en la asamblea del viernes saldrá el 'sí'. «A mí me tocó vivir los malos momentos en Fagor», explica este hombre en referencia a la quiebra que sufrió la empresa de electrodomésticos en 2013. Para Santi, con «evidentes diferencias» eso sí, ese episodio traumático que vivió la cooperativa hace nueve años guarda ciertas similitudes con este divorcio. «Ulma saldrá adelante porque tiene capacidad de hacerlo, pero el Grupo deberá llevar a cabo una reflexión. El tiempo dirá cómo termina el cuento», lanza al aire sin saber la respuesta.

A partir del viernes, efectivamente, se verá por dónde discurre el futuro de este modelo de economía social impulsado por el padre Arizmendiarreta en los años cincuenta y que ha sido seña de identidad de toda una comarca que mira con interés a lo que deparen las urnas este viernes.

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