Candy reitera que el cierre de la fábrica de lavadoras de Bergara es «inevitable»

La dirección de Candy Hoover se reafirmó ayer en que el cierre de su factoría de Bergara es «inevitable» y en que la decisión de trasladar a China la producción de lavadoras de carga superior está fundamentada en «razones objetivas de naturaleza económica, productiva y organizativa» después de haber realizado un «análisis exhaustivo de la situación de la fábrica» y de que no hayan tenido éxito las diversas actuaciones llevadas a cabo en los últimos años para hacer rentable la producción e «intentar mantener la actividad».

En un comunicado remitido a los medios, alega que las pérdidas acumuladas en los últimos años -que en su momento cifró ante los trabajadores en 8,8 millones de euros desde 2011- han llevado a la planta a una situación «insostenible» que además «está incidiendo en la generación de pérdidas en el conjunto de la empresa y del grupo».

«Avanzar en la negociación»

La corporación italiana remarca que su «obligación» ante esta situación es «avanzar en el proceso de negociación, ofreciendo propuestas razonables a los trabajadores afectados que favorezcan un salida lo menos traumática posible». Entre esas medidas destaca «un plan de recolocaciones para todos los trabajadores incluidos en el expediente de despido colectivo, realizado por una empresa especializada con experiencia en el País Vasco», así como su «compromiso de intentar alcanzar un acuerdo con la parte social sobre una indemnización superior a lo establecido por la ley, dentro de lo razonable».

La nota de la compañía se produjo tras la celebración del segundo encuentro de la mesa negociadora del ERE, en la que no se produjeron avances, y después de que el Gobierno Vasco haya criticado la decisión de la empresa y haya mostrado su opinión de que con esfuerzo la planta puede ser viable.

Los trabajadores, entretanto, lamentan que el grupo italiano «no quiera ni oir hablar de un plan de viabilidad» y se «cierre en banda en que la única alternativa es el cierre». El comité de empresa insiste en considerar «incompleta» la información que presenta la compañía, y sospechan en especial de los balances del grupo, «una maraña de sociedades y balances que están sin auditar». En concreto, de «las cuentas de una sociedad con sede en Luxemburgo».