El empleo de las sociedades laborales vascas crece un 1,8% hasta junio

El empleo en las sociedades laborales vascas creció un 1,8% durante el primer semestre de este año en relación con la segunda parte del ejercicio anterior, un aumento que se traduce en la creación de 124 nuevos puestos de trabajo, por lo que el empleo en las firmas cuya capital está en manos de su plantilla ha pasado de 6.925 trabajadores a cierre de 2017 a los 7.049 en julio de este año, según los datos de la Seguridad Social recogidos por la Agrupación de Sociedades Laborales de Euskadi, ASLE.

Aunque aún no se han alcanzado los datos de empleo de la situación pre-crisis, ya que entonces contaba con cerca de 10.000 trabajadores, las sociedades laborales vascas, tanto anónimas (SAL) como limitadas (SLL) confirman la tendencia de crecimiento laboral que se viene registrando desde 2014, cuando se dio por finalizado el periodo de desaceleración económica, según destacó ASLE.

Los datos de facturación registrados en los últimos meses, además, confirman esta tendencia y las empresas asociadas a ASLE obtuvieron en 2017 la cifra récord de 657,2 millones de euros, un 6% más que el año anterior.

Además, este crecimiento del empleo pone de relieve el mayor tamaño de las sociedades laborales de Euskadi. Así, por término medio, las firmas vascas cuentan con algo más de 12 trabajadores de media, casi el doble que en el conjunto del Estado, que es de 6,9 empleados. El total de sociedades laborales españolas cuenta en la actualidad con 62.420 trabajadores.

El crecimiento del empleo refleja, a juicio del gerente de ASLE, Josetxo Hernández, «el repunte económico que vive la empresa vasca, gracias, principalmente, al aumento de las exportaciones en el sector industrial».

Hernández también señala que el aumento en la tasa laboral también se traduce en la «calidad» del empleo, dadas las características de este modelo empresarial, en el que los trabajadores son, en su inmensa mayoría, indefinidos y dueños al mismo tiempo de sus propias empresas. Una cuestión que no es baladí, cuando el mercado laboral es cada vez más precarizado.