Eduardo Arechaga: «Se necesita con urgencia que el Gobierno amplíe los ERTE e incluya a la industria»

Director general de Confebask ·

A una semana vista del regreso masivo al trabajo destaca que los rebrotes no se han dado en el mundo laboral, sino en el ámbito social y de ocio

Carmen larrakoetxea

Domingo, 23 de agosto 2020, 07:36

El director general de la patronal vasca Confebask, Eduardo Arechaga, no oculta la preocupación y la gran incertidumbre que está causando en el mundo económico ... y empresarial los rebrotes del Covid-19. Al igual que expresase hace unos días la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, estima que la economía vasca no puede permitirse un nuevo confinamiento. Aboga por la responsabilidad individual para prevenir los contagios y reclama que la cobertura de los Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) abarque también a sectores tan relevantes para la industria vasca como la aeronáutica o la automoción.

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-¿Cuál podría ser la radiografía a una semana vista de la llegada de septiembre?

-Sabíamos que la posible mejora económica no iba a ser ni rápida ni fácil. Pero durante el verano todas las expectativas, tanto las sanitarias como las económicas, están en escenarios peores de los previstos.

«Para salvar empleos, se podrían rebajar sueldos»

lo importante es resistir

-Los temidos rebrotes se esperaban en otoño, con el frío, pero han llegado mucho antes, en verano. ¿Cómo se vive esto en el mundo empresarial?

-Los rebrotes preocupan mucho y generan gran incertidumbre. Sin una sensación de seguridad sanitaria difícilmente se puede reactivar la economía. Por eso es tan importante restablecer el control sanitario de la epidemia, tanto por la necesidad de salvaguardar la salud, como por salvaguardar la economía, las empresas y los empleos.

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-¿Estamos a tiempo para poder contener la expansión?

-Espero que sí. Hace falta un ejercicio de responsabilidad individual y también colectiva para conseguir un bien superior. Cada uno de nosotros debemos priorizar lo que más vale que es la salud, pero también el porvenir económico y vital. Si para ello durante un tiempo tenemos que sacrificar determinados comportamientos y actividades sociales, creo que el resultado merece la pena. Espero que eso vaya calando en la sociedad, es vital.

«Agosto sigue siendo un mes hábil para la toma de decisiones»

acelerar los erte

-Con los rebrotes llegan las medidas restrictivas a los sectores de turismo, ocio y consumo y las peticiones de planes de ayuda. ¿Qué es los más urgente?

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-Se necesita urgentemente que la Administración central, de una vez por todas, apruebe una ampliación de los ERTE para aquellos sectores más castigados. No podemos esperar hasta el 30 de septiembre para saber si se prorrogan o no. Creo que agosto sigue siendo un mes hábil para tomar decisiones. Esto debería estar despejado cuanto antes para generar seguridad jurídica. Se están aprobando nuevas medidas restrictivas y también se tendrían que aprobar medidas de apoyo. Pero hay más sectores, también tienen que extenderse los ERTE a la industria, siempre y cuando se comprometan a mantener el empleo.

-¿En qué sentido?

-Los sectores más castigados no son sólo son el turismo y hostelería, también está la movilidad. En Euskadi una gran parte de la industria más especializada y tecnológicamente más avanzada está ligada a la movilidad. Fabricamos aviones, coches, autobuses, barcos, trenes... Lo que también afecta a los bienes de equipo, al acero... Si cae una empresa es muy difícil recuperar la actividad y si es industrial, mucho más. Hay que apoyar a estos sectores siempre que se comprometan a mantener el empleo.

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-Grandes empresas como ITP Aero, Aernnova o Tubacex anuncian posibles ERE de suspensión y desde el Gobierno vasco y el CRL se aboga por reducir salarios para mantener empleo. ¿Comparte esa vía la patronal?

-Estoy convencido de que todas las empresas antes de un despido están abiertas a cualquier otra posibilidad que sea menos dañinas. Por tanto, en aquellos casos que se pueda, la empresa tratará de salvaguardar y aceptar medidas alternativas al despido. Pueden ser reducciones salariales, de jornada, de acomodación del conjunto de la plantilla... Para ello, hay que buscar acuerdos con la representación sindical, con la parte social. Todos tenemos que ser imaginativos y hasta generosos en estas circunstancias. Ahora toca, sobre todo, resistir. Hasta que no tengamos seguridad sanitaria, vacunas y fármacos efectivos, continuará la incertidumbre.

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-En Alemania se ha abierto el debate sobre la semana de cuatro días. ¿Sería una alternativa?

-La reducción de la jornada a cuatro días no es un planteamiento novedoso, en algunos sitios ya se está haciendo. Lo novedoso es que el principal sindicato alemán, en un ejercicio de responsabilidad y respeto a su propia industria, esté dispuesto a hablar de reducción salarial equivalente. Cosa que aquí, cuando en los años noventa se planteo la reducción de jornada a 30 horas, no se admitían rebajas salariales, lo que es absolutamente quijotesco. Si trabajo menos, también tendré que cobrar menos.

«Hace falta responsabilidad individual»

frenar los contagios

-Faltan ocho días para septiembre ¿Cómo se plantea el regreso masivo al trabajo en un escenario de rebrotes?

-Al principio del verano la vuelta al trabajo se pensaba que iba a ser en parámetros de cierta normalidad. Cosa diferente es como vienen las cosas. Todo esto ha puesto de manifiesto que los rebrotes han llegado por la actividad individual y social, en el tiempo de ocio, no por la actividad laboral. Se ha visto cómo los centros de trabajo son centros sanitariamente seguros, por cuanto se mantienen a rajatabla todos los requisitos y protocolos que dictan las autoridades sanitarias. Ahí tenemos que reconocer que empresas y trabajadores hemos estado de nota.

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«Las empresas y los trabajadores hemos estado de nota»

prevención efectiva

-¿Cree que las empresas optarán por mantener el teletrabajo como medida preventiva?

-El teletrabajo es algo que ha venido para quedarse, lo mismo que las videoconferencias... Creo que habrá un modelo mixto. Pero no todo puede hacerse a distancia, el empleo manufacturero tiene que ser presencial, el servicio de cara al público... Como en los peores momentos de la pandemia, vamos a ser absolutamente cumplidores con las máximas precauciones y siguiendo todas las normativas sanitarias. Dicho esto, hace falta una regulación sobre el teletrabajo, pero la propuesta que se ha presentado hasta ahora a la Mesa de Diálogo Social es absolutamente restrictiva y no facilitadora de esta nueva forma de trabajo. Esta regulación ha de ser fruto del acuerdo entre empresas y trabajadores.

«Debemos aprovechar el apoyo de Europa para dar un salto cualitativo»

Además de lo dramática que es la crisis sanitaria, están las consecuencias económicas en las que ha sumido a todos los países, pero que en Europa a quien más está castigando es a España. Arechaga prefiere ver el vaso medio lleno o la luz al final del túnel, antes que dejarse llevar por las tinieblas. Este optimismo consciente y racional está vinculado con la rápida reacción que ha demostrado la Unión Europea en esta crisis, inyectando liquidez, permitiendo temporalmente incrementar el endeudamiento de los Estados y, sobre todo, por el Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros para ayudar a los países más afectados por la pandemia. España recibirá 140.000 millones en seis años, lo que equivale a más del 11% de su PIB. De esta gran partida, alrededor de 67.300 millones irán destinados a la puesta en marcha de proyectos de excelencia e innovación que permitan sostener las bases de la nueva economía y de la industria europea.

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- Siendo conscientes de que vivimos en un momento de gran incertidumbre, de muchas turbulencias, también se puede decir que nos ha pillado en un buen momento para abordar las cuestiones de fondo.

-¿En qué sentido?

-Tenemos frente a nosotros unos años con Gobiernos estables en todas las instituciones y también un respaldo europeo que nos va a facilitar recursos para hacer una transformación competitiva del país, cosa que es muy importante. Una parte importante de esos recursos que nos van a llegar no van a ir a déficit público; deberá invertirse en transformar el país. Es un dinero que nos va a llegar no para gastar, sino para ser mucho mejores. Por lo tanto, creo que hay que tener la visión en doble plano. El corto plazo es un plazo exigente, incierto, pero a medio y largo plazo si hacemos bien, nos tiene que servir para dar un salto cualitativo en términos de prosperidad y bienestar.

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