El fiasco de Corrugados deriva en una polémica política sobre si el proyecto era consistente

Mientras la consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, acusaba al Ayuntamiento de Azpeitia, gobernado por EH Bildu, de haber dejado pasar una oportunidad para crear empleo, comportándose como un «nuevo rico», la alcaldesa de la localidad, Nagore Alkorta, insistía en una rueda de prensa en que «en ningún momento ha habido un proyecto para Corrugados y que no había intención de crear puestos de trabajo».

Tapia mostró su «malestar, tristeza y bochorno por las personas desempleadas en Gipuzkoa que no habrán entendido nada de lo sucedido», y expresó su vergüenza por el «cinismo que se está empleando, la tergiversación de lo ocurrido y por las falsas acusaciones». A su juicio, se trata de una estrategia de «tinta de calamar, de búsqueda de culpables y de no querer asumir las responsabilidades propias».

Y es que, según la consejera, en esta cuestión la realidad y lo que se ha contado es distinto. Tapia recordó que tras la reunión mantenidad el 11 de marzo entre los promotores del proyecto, el Gobierno Vasco, la Diputación y el Ayuntamiento de Azpeitia, la empresa envió seis días después una solicitud formal al consistorio en la que mostraba su «interés en reabrir la factoría y mostraban su opinión de que no existía ningún impedimento jurídico para poner en marcha la planta, una posición que se veía refrendada por el informe jurídico que adjuntaban».

Tapia acusa al Ayuntamiento de dar entonces la «callada por respuesta» y de ocultar el informe durante 40 días. Añade que el 31 de marzo se produjo la última reunión entre las tres instituciones y que finalmente el Ayuntamiento comunicó el pasado 12 de abril a la empresa por teléfono de que no era posible la autorización para reabrir la empresa apoyándose en sus propios informes jurídicos.

Sin embargo, la alcaldesa de la localidad, Nagore Alkorta, volvió a insistir ayer en que Cristian Lay no ha presentado ningún proyecto, ni un plan de viabilidad para reabrir Corrugados. Emplazó a la empresa como al resto de administraciones implicadas a que, «en caso de que exista un proyecto que cumpla todas las condiciones legales y medioambientales, que lo presenten y le daríamos trámite».

La alcaldesa quiso dejar claro que la promoción económica es uno de los pilares fundamentales del Ayuntamiento y para ello la de Azpeitia es una de las «pocas instituciones municipales que cuenta con una línea propia de ayudas para incentivar la economía local». De ahí, dijo, que se hayan esforzado en poner en marcha la factoría pero «no nos han dejado». «Tanto Jaurlaritza, comola Diputación Foral como la propia CL han declinado analizar la opción de la puesta en marcha de la factoría en Trukutxo», zanjó, para añadir que «ha quedado bastante claro que la intención no era la de la creación de puestos de trabajo».

Alkorta remarcó que continuarán trabajando en la opción de activar la siderurgia en la zona de Trukutxo. «Porque Azpeitia nunca ha dado la espalda a la industria y tanto la comarca como Gipuzkoa tienen un área acondicionada para ello».

La alcaldesa volvió a pedir «respeto» para con el pueblo de Azpeitia y su institución subrayando que la del Urola es una localidad «emprendedora y trabajadora» que mira al futuro con «objetividad» y «responsabilidad» y «los azpeitiarras no se merecen el daño que se está causando a la localidad».

Mientras tanto, confirmó que Metales Vela S.L, propietaria de la maquinaria de la empresa Corrugados Azpeitia, ha comenzado ya con los trabajos de desmantelamiento de la factoría, con lo que se entra en una «nueva fase» y que después de 10 años se encuentra en la situación de poder «recuperar esos terrenos, que habrá que descontaminar», por lo que los azpeitiarras pueden mirar al futuro «con ilusión».

La secretaria general de CC OO de Euskadi, Loli García, también terció en el asunto. Mostró su preocupación por la «pérdida de tejido industrial» en Euskadi y afirmó que habrá que determinar «dónde están las responsabilidades».