Confebask apuesta por un «gran acuerdo de país» para evitar la pérdida de 45.000 empleos

Esta es la receta que puso ayer sobre la mesa el presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre, en el transcurso del Consejo General de la asociación empresarial. El cónclave tuvo lugar en el Palacio Euskalduna de Bilbao y sirvió para reiterar que la crisis es profunda y que será difícil salir de ella. Un aviso que adquiere toda su dimensión en una semana en la que se han dado a conocer los despidos en empresas punteras vascas, como Tubacex e ITP, y a las que seguirán otras, como ha augurado la consejera Arantxa Tapia.

Las previsiones de Confebask son malas sin paliativos: caída del PIB de un 9%, tasa de paro a final de año cercano al 15% y pérdida de 45.000 empleos. También se presentaron los datos de la encuesta realizada a 900 empresas durante la última semana de junio y la primera de julio, con el resultado de que el 90% de las compañías ve su mercado en recesión o estancado.

Zubiaurre no estuvo por la labor de poner paños calientes. Señaló que, aunque los analistas y los indicadores económicos prevén un importante repunte para 2021 «no será suficiente para compensar la caída de empleo y actividad de este año. El próximo ejercicio será, en el mejor de los casos, muy complicado».

Ante esta situación, Zubiaurre propuso que las Administraciones no reparen en gastos. «La prioridad para Euskadi de cara a los próximos meses deberían pasar por políticas de gasto público y endeudamiento extraordinario». El objetivo es «resistir este año para reactivarse el que viene. Deberíamos aprovechar esta situación para acometer una renovación y transformación competitiva de Euskadi, tal y como se hizo cuando se produjeron las inundaciones de 1983».

Este reto se alcanzaría, según Zubiaurre, mediante la dotación de fondos extraordinarios enfocados a promover la industria 4.0, la digitalización y la transformación energética. Confebask propuso en mayo que estos fondos se nutrieran de un recargo fiscal sobre el IRPF y el Impuesto de Sociedades. Aquella iniciativa generó discrepancias en el seno de la propia asociación, al tiempo que no encontró eco ni en el Gobierno Vasco ni en las diputaciones. Ayer Zubiaurre, cuando fue preguntado por esta cuestión, no quiso pisar este jardín y se limitó a señalar que ese debate «llegará cuando corresponda», es decir, una vez lograda la normalidad económica «se verá cómo se puede ir recuperando la salud» de las finanzas públicas.

Por otra parte, la llamada a abrir el grifo del gasto se enfrenta al hecho de que la capacidad de endeudamiento del Gobierno Vasco está a expensas de que se reúna la Comisión Mixta del Concierto Económico. En ese foro radica la llave para paliar el déficit recaudatorio de la Hacienda vasca, que se elevará a 3.000 millones de euros.

Zubiaurre incidió en que la salida de la crisis requiere «un gran acuerdo de país» que también debería incluir a los sindicatos. «Siempre es mejor llegar a acuerdos de ajustes internos, a través de la concertación y el diálogo social, que verse obligado por la falta de ese diálogo a tener que tomar medidas traumáticas que si no, van a ser inevitables». En este sentido, el presidente de Confebask espera que los ERTE por la pandemia se prolonguen hasta fin de año para aquellos sectores y empresas más afectadas.

En opinión de Zubiaurre en estos momentos, y pese a tan negros nubarrones, se dispone del escenario adecuado para lograr ese acuerdo a múltiples bandas. Así destacó que Euskadi muestra unas finanzas públicas saneadas que, junto a disponer de una herramienta como el Concierto Económico, permitiría el citado endeudamiento extraordinario. Además, en el 'haber' vasco Zubiaurre destaca la estabilidad institucional.

El presidente de Confebask también destacó el acuerdo alcanzado en el Consejo Europeo y que dotará a España de 140.000 millones de euros para combatir la crisis. «Ahora sí -resaltó Zubiaurre- la UE está la altura de las circunstancias. Es una oportunidad sin precedentes para salir reforzados en la línea que estamos planteando».