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Los arrantzales encienden la alarma por el precio de la anchoa en su primera descarga
La cotización de la especie se derrumba por debajo del euro en las subastas de las dos jornadas de arranque de la costera
Corren malos tiempos para la pesca. Para la pesca y para prácticamente todos los sectores de la economía, perjudicados de una manera o de otra por el coronavirus, que ha paralizado la sociedad y la producción de las empresas. En lo que respecta a los arrantzales, que volvieron el lunes a trabajar después de un mes de parón provocado por la pandemia, la preocupación se centra en los bajos precios de la anchoa. La flota vasca de bajura lleva dos jornadas en la mar y, por el momento, la cotización de la especie está por debajo del euro –50 céntimos–, lo que amenaza seriamente la rentabilidad de la campaña.
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El primer día de la semana en las lonjas de Laredo, Santoña y Bermeo –la flota salió a faenar al oeste– se llegó a pagar la anchoa a 0,40, 0,38 y hasta 0,20 euros el kilo, una baja cifra que «no tiene precedentes», según manifiesta Emeterio Urrezti, presidente de la Cofradía de Pescadores de Getaria. «Es preocupante ver que después de estar parados un mes, el mercado esté en estas condiciones. Nos da miedo porque vemos que todo el esfuerzo que estamos haciendo, incluyendo las medidas de seguridad para evitar contagios, no está teniendo recompensa. Tenemos una sensación agridulce», agrega.
Cifras
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0,50 euros ha sido la cotización media de la anchoa en la lonja de Hondarribia.
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160 toneladas ha descargado la flota del territorio en los dos primeros días de la campaña.
Esa cotización por los suelos está relacionada también con el tamaño pequeño de los primeros ejemplares capturados en aguas cántabras, que alcanzaron una media de 60 granos o piezas en el kilo y que no atraen a las conserveras. En cambio, en la jornada de ayer los arrantzales se dirigieron al este, concretamente a aguas francesas del entorno de Arcachón, donde capturaron anchoa de mayor tamaño –40 granos–, que se vendió a un precio más elevado. Por ejemplo, el pescado perteneciente al primer barco que descargó ayer en Getaria se abonó a 2,65 euros.
Por el contrario, los últimos barcos que arribaron por la tarde-noche a Hondarribia trajeron ejemplares pequeños y el precio volvió a registrar un descenso en la subasta que rebajó la media.
Las cuarenta embarcaciones de cerco con base en puertos de Gipuzkoa –Getaria, Pasaia y Hondarribia– han descargado 160 toneladas de anchoa en dos días. La captura total disponible para toda la flota del Cantábrico asciende a 29.500 toneladas, de las cuales 8.000 corresponden a embarcaciones guipuzcoanas.
Los arrantzales saben que están ante un año complicado porque han partido con retraso y el actual contexto de incertidumbre provoca que desconozcan cómo responderá el mercado. Por este motivo, han decidido reducir los cupos de captura de los barcos de cara a no saturar el mercado y tirar los precios por un exceso de oferta. En base a las acuerdos pactados por la flota, los pesqueros más grandes tendrán la posibilidad de comercializar 6.000 kilos al día frente a los 10.000 de la costera anterior, mientras que las capturas de los más pequeños no deberán superar los 4.400 kilos frente a los 8.000 de la campaña pasada.
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Ayudas del Gobierno Vasco
Por otra parte, el Gobierno Vasco ha destinado una partida de dos millones de euros a ayudas extraordinarias a fondo perdido dirigidas a aliviar la situación económica de empresas y autónomos de los sectores agrario, alimentario y pesquero de Euskadi afectados por la crisis sanitaria. La subvención se establece por unidad de volumen de producto a congelar y conservar y se fija en 300 euros por tonelada de pesca. Las ayudas no superarán los 120.000 euros por empresa o autónomo activo en los sectores de la pesca y la acuicultura.
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