Las bicicletas son para el verano… y para todo el año

Históricamente las bicicletas han sido un recurso más bien veraniego o primaveral, es decir, unido a un buen clima, de modo que verlas como un negocio de cierto potencial resultaba complicado, al menos a ojos de los economistas de la vieja escuela. Pero aquí, como en todo, los tiempos han cambiado y en solo dos años este sector se ha consolidado como milmillonario al haber crecido su facturación más de un 15% en España. Todavía estamos lejos del nivel de otros países europeos donde este popular vehículo de dos ruedas es de uso frecuente, como Holanda, Dinamarca y Holanda, si bien las diferencias se van estrechando poco a poco.

Esta actividad genera hoy en día 18.838 puestos de trabajo directos, con un crecimiento medio anual del 12,7%, muy por encima del dato medio de aumento del empleo a nivel nacional (3%). Dentro de esa bolsa se incluyen tanto las ocupaciones que proporcionan las 337 empresas del sector (6.930 personas) como las creadas en los distintos puntos de ventas especializados o en los comercios minoristas. La importancia de este nicho laboral es tal que uno de cuatro empleados (24,7%) que trabajan en el ámbito de los artículos deportivos se dedica al mundo de las bicis.

Y a cinco años vista, la previsión que este negocio de las dos ruedas permita crear 36.600 empleos, aprovechando además el tirón de las franquicias dentro de este ámbito. Montar una aquí, según los expertos, cuesta un mínimo de 5.000 euros aunque, según los detalles con los que cuente para potenciar su actividad puede llegar a los 38.000 euros. A principios de este año se contabilizaban 3.048 tiendas especializadas en bicicletas, un 8,7% más que a comienzos de 2015.

Hablamos, además, de un sector con mucho potencial de crecimiento puesto que, según una encuesta interna, poco más de la mitad de los españoles (53%) usa con cierta frecuencia (una vez a la semana, al menos) una bicicleta; del resto, solo un 15% se muestra en general contrario a ello por distintas razones mientras que el resto alude más bien a factores más modificables como falta de tiempo, pereza, etcétera.

La crisis, un revulsivo

A diferencia de otros sectores, aquí la reciente crisis económica sí supuso un revulsivo para su actividad, en buena medida porque un número estimable de personas optó por dejar el coche en casa y coger la bicicleta para ahorrar en carburante y, con ello, dar un pequeño respiro a su bolsillo. Gracias a ello, en 2011 se logró superar la barrera psicológica de los 1.000 millones de euros facturación anual en la actividad relativa a las ventas de bicicletas y complementos, además de reparaciones.

En solo dos años (2013) se alcanzaron los 1.270 millones de ingresos anuales. Al ejercicio siguiente se incrementaron otro 6,6% hasta los 1.354 millones, y el año pasado aumentaron un 8,6% para alcanzar los 1.471 millones, su récord hasta ahora. En consonancia con ello, el sector también logró superar hace cuatro años la frontera del millón de bicis vendidas anualmente, con 1,10 millones de unidades comercializadas en 2015 según el último informe publicado por la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE).

Resulta llamativo que la mejor evolución en este sentido se diera en las tiendas especializadas (un 12,6% más), que concentran tres de cada cuatro ventas, mientras que las cadenas multideporte y las grandes superficies bajaron sus cifras en este segmento (un 6,3% y un 2,9% menos, respectivamente). El negocio de las bicis ha crecido tanto que ya supone casi una cuarta parte (23,6%) de la facturación total del sector de los artículos deportivos en España, que el año pasado ascendió a 6.234 millones tras aumentar un 5,9%.

Claro que las bicicletas son el negocio principal de este sector, aunque no el único. Concentran el 42,4% de las ventas, seguidos de los componentes (por ejemplo, ruedas o manillares vendidos por separado), con casi el 36%. A mucha mayor distancia se sitúan el material textil (6,5% del total de las operaciones), el calzado especializado (4,3%), los cascos (4,1%) y las herramientas (1%).

Carrusel de precios

Pero, ¿cuánto cuesta tener una bicicleta? Pues lo cierto es que cada año un poco más, fruto por un lado de la demanda creciente y, de otro, también de la mayor especialización (y tecnificación) en este tipo de vehículos que, en general, poco tienen que ver ya con la imagen tradicional que se tenía de ellos a finales del siglo pasado. A finales de 2015, según los datos de la patronal AMBE, adquirir una bici nueva costaba de media 451 euros, un 6% más que el año anterior.

Las que resultaban más onerosas para el bolsillo, no obstante, eran también las mejor dotadas para rodar en carretera (1.526 euros, un 5% más) y las que contaban con un motor eléctrico (1.461 euros). Estas últimas, sin embargo, bajaron con fuerza su precio (-19%) en 2015, justo el mismo abaratamiento que se registró en las bicicletas para niños (130 euros de media) y las de ciudad (220 euros). Por el contrario, las bicis de montaña se encarecieron un 4% (613 euros).