¿Vuelve la cesta de Navidad?

Hay muchos indicadores -macroeconómicos, de consumo, etc...- que sirven para constatar una cierta reactivación económica o, al menos, crear la ilusión de que las cosas van un poco mejor. Uno de ellos bien podría ser el de la cesta de Navidad, ese producto con el que muchas empresas obsequiaban a sus empleados al final de año, y que la crisis parecía haber enterrado en el cementerio de los viejos y entrañables recuerdos. Compañías del sector que operan en Euskadi confirman que, aunque de forma moderada, muchas empresas -también particulares- parecen dispuestos a retomar esta costumbre, que según se cuenta tiene su origen en la época del Imperio Romano.

La 'sportula' era una cesta llena de comida que el patrón regalaba a sus subordinados en el momento en que éstos realizaban la 'salutatio matutina', una especie de acto reverencial al que los miembros de las capas más bajas de la sociedad estaban 'obligados' a realizar casi a diario. La entrega de la cesta comenzó a popularizarse en España a finales del siglo XIX, aunque sólo se beneficiaban de ella los trabajadores de las empresas públicas, hasta que a mediados del pasado siglo se extendió también al sector privado. A medida que esta tradición navideña se asentaba en la sociedad fueron surgiendo empresas especializadas en la confección de estos lotes de regalo, y después se sumarían a la moda las empresas de alimentación y supermercados.

Ajuste de empresas en el sector

Tras la llegada de la última crisis económica y la necesidad por parte de casi todas las empresas de recortar gastos, la cesta navideña pasó a ser casi un vestigio de tiempos mejores reservado a unos pocos privilegiados. Pero poco a poco la situación parece empezar a revertirse. Este año hemos recuperado a clientes que durante la crisis habían dejado de regalar cestas navideñas. Es el caso de Metro Bilbao, por citar una grande, dice Pedro Gómez, director comercial de Ablasa. Después de dos años en los que la cifra de negocio se había mantenido "más o menos estable", esta veterana empresa del sector -lleva 46 años confeccionando lotes de Navidad-, confía en elevar su facturación "aproximadamente un 4%" en la campaña que ahora comienza. En parte por el citado repunte de la actividad comercial, pero también "por el ajuste que se ha producido en el sector. Muchas otras empresas que se dedicaban a esto tuvieron que echar la persiana estos años atrás", explica Gómez.

El director comercial de Ablasa constata que en el caso de su empresa "muchos de los clientes que durante estos años no han dejado de regalar cesta han reducido, o como mucho mantenido, el presupuesto que destinaban a ellas". También ha evolucionado la manera de configurar el aguinaldo. "Quitando los lotes básicos, ahora se suele tirar bastante a productos un poco más selectos", añade. Es decir, menos cantidad, pero de más calidad.

También triunfan los productos ecológicos, temáticos -cestas dedicadas casi en exclusiva a, por ejemplo, la ginebra-, o 'de la tierra'. Es la filosofía de Dastatu, joven empresa guipuzcoana que vende género vasco a través de Internet, y que hace cuatro años decidió entrar en el mercado de las cestas de Navidad. "Nos gusta trabajar con productores pequeños, artesanos y de delicatessen. Tal vez nuestras cestas no lleven excesiva cantidad, pero la idea es que sea de mayor calidad. Y todo de Euskal Herria", remarca Josean Zubiaurre, gerente de la firma.

Cestas temáticas

La necesidad de diferenciarse de la competencia les ha empujado también a configurar lotes con características muy particulares. Así, el año pasado triunfaron con la cesta llamada 'Ocho apellidos vascos', conformada por otros tantos productos selectos de la tierra. Y para esta campaña han lanzado la denominada 'Gabarra' (con género exclusivamente vizcaíno, bufanda del Athletic incluida) o 'Atotxa', su equivalente guipuzcoano (y de la Real).

El gerente de Dastatu también señala que este año "se está reactivando el consumo, y desde luego esperamos mejorar nuestras ventas de 2014, cuando sí que notamos un bajón respecto al año anterior". Un diagnóstico compartido por Serafín Losada, jefe de Supermercado y Club del Gourmet de El Corte Inglés de Bilbao. "Aunque sólo llevamos dos semanas de campaña, notamos un incremento de pedidos, y de empresas que han vuelto a regalar", asegura. Sobre todo en lo que se refiere al producto gourmet y delicatessen. En este segmento del mercado, los grandes almacenes han conseguido fidelizar a la clientela -compuesto en su mayor parte por empresas- "manteniendo la calidad, pero a un precio un poco más bajo".