Apple: 48.000 millones de beneficios y sólo 2,3 de impuestos en España
La tecnológica, que ha batido el récord histórico de ganancias de una empresa, utiliza toda la ingeniería fiscal a su alcance para minimizar los tributos que paga en muchos países
Jorge Murcia
Jueves, 29 de octubre 2015, 18:20
Apple acaba de confirmarse como el gran gigante no sólo tecnológico, sino empresarial del mundo. La firma californiana ha batido el récord de beneficios jamás obtenido por una empresa, sea del sector que sea, en toda la historia: 53.840 millones de dólares. Traducido a euros, 48.800 millones en su último ejercicio fiscal, cerrado en septiembre. Supone un crecimiento del 36% respecto al beneficio logrado el año anterior, y la caída de la marca que hasta el momento ostentaba la petrolera Exxon Mobil con 45.220 millones.
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Gran parte de este logro se debe a la progresión del mercado chino, que ya supera incluso al conjunto de Europa, al punto de que casi una tercera parte de las ventas se generaron en el Gran Dragón asiático. Pese a que la firma de Cupertino ha lanzado grandes apuestas con productos rompedores como el Apple Watch, o versiones especializadas de otros más consolidados como el iPad Pro (destinado a un uso más profesional), la fórmula infalible sigue siendo la del iPhone. Su smartphone representa el 60% de los ingresos de la compañía, y eso que en las últimas cuentas no se ha computado el impacto del 6S, modelo de la gama estrenado hace apenas un mes.
Acuerdos bilaterales
Pero, amén de la excelencia de sus productos y del insuperable grado de fidelización que obtiene de sus clientes, hay más factores que contribuyen a elevar hasta cotas inalcanzables la rentabilidad de Apple. Por ejemplo, su capacidad para pagar menos impuestos que otras compañías. ¿Cómo? Con una mezcla de trabajada ingeniería fiscal y acuerdos bilaterales con determinados países, en los que tributan en cantidades irrisorias.
Apple, igual que otras compañías emblemáticas del sector como Twitter, Amazon, Google o Microsoft, reduce sus beneficios declarados a través de sofisticadas redes societarias y las más diversas técnicas de contabilidad con las que traslada parte de los beneficios que obtiene en determinados países a otros con una fiscalidad más ventajosa.
Por ejemplo, el pasado ejercicio fiscal (el que terminó en septiembre de 2014), Apple pagó en España 2,3 millones de euros en concepto de impuesto sobre sociedades. ¿Por qué? Porque, a pesar de su gran volumen de negocio, sólo registró un beneficio de 5,3 millones. El secreto está en la estructura societaria de la firma en España, que está formada por Apple Retail Spain (gestora de las tiendas) y Apple Marketing (la comisionista). Y las dos facturan a otras empresas filiales de la marca establecidas en Irlanda, que tiene uno de los impuestos de sociedades más reducidos de Europa.
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"El ideólogo fue Steve Jobs (uno de los fundadores de la compañía) para radicar todo su sistema en Irlanda, país que cree que es beneficioso tener allí a todos los empleados de la compañía. Ahora mismo (Apple) va a abrir un centro de I+D, y a Irlanda le compensa porque saca muchos beneficios de otro tipo, por ejemplo de empleo", afirma Mercedes Serraller, periodista económica autora del libro '¿Por qué pagas más impuestos que Apple?'. La propia compañía de Cupertino reconoció ante el Senado estadounidense pagar un irrisorio 0,06% en Irlanda por el impuesto de sociedades.
Sanciones a Starbucks y Fiat
La Comisión Europea ultima la apertura de expedientes a Apple y a otras compañías como Amazon por haber diseñado 'trajes fiscales' a medida con determinados países: además de Irlanda, en la lista figuran Holanda o Luxemburgo. Bruselas considera que estos acuerdos no son ilegales 'per se'. Pero sí lo son en la medida en que suponen una desventaja competitiva con otras empresas que se ven obligadas a pagar más impuestos en esos países que el gigante tecnológico. Sin embargo, se da la paradoja de que a estos 'paraísos societarios' les puede salir a cuenta su estrategia, ya que serían los encargados de cobrar las hipotéticas multas impuestas a las empresas beneficiarias.
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Bruselas, por su parte, ha reclamado recientemente a Starbucks y Fiat la devolución de entre 20 y 30 millones por las ventajas fiscales obtenidas en Holanda y Luxemburgo respectivamente ya que las considera ayudas públicas ilegales que atentan contra la competencia.
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