Darío desnuda a Irribarria

El bote salvavidas no le funcionó a Iker Irribarria anoche en el Uranzu de Irun, donde dijo adiós al Manomanista antes de lo previsto al inclinarse 13-22 ante Darío. En medio del silencio sepulcral que acompaña a los frontones tras la decisión empresarial de jugar a puerta cerrada, la tabla a la que debía asirse el de Arama para salvar una temporada pobre se le resquebrajó por tres razones: el excelente saque del rival, la incapacidad para aprovechar su mayor pegada y los numerosos errores, nueve, que le condenaron a la derrota.

Tres fases marcaron el devenir de un mal partido de Irribarria. En la primera no encontró la manera de trasladar al marcador el dominio ejercido en el peloteo. Ni insistió lo suficiente en sus zurdazos, ni sus remates tuvieron la puntería suficiente para descolocar a un Darío concienciado de que sus opciones de victoria también pasaban por la defensa. El descanso solicitado por el de Arama en el 5-8, posiblemente para reordenarse, precedió a tres tantos de saque consecutivos del rival, crecido en moral y confianza con el 5-12.

De vuelta a la cancha tras el primer reposo obligatorio en el tanto doce, Irribarria protagonizó su momento más convincente. Insistió atrás y hasta firmó un gancho después de tres zambombazos marca de la casa. Aparecieron los primeros síntomas de cansancio de Darío, obligado a sufrir desde un esperanzador para él 5-12 hasta un prometedor 9-12 para Irribarria, cuyo juego parecía recuperar el norte.

Sin embargo, el siguiente tanto cambió el desarrollo de los acontecimientos. Lo jugó Irribarria de igual manera que los anteriores. Dominó con autoridad y castigó atrás. Sin embargo, cuando el 10-12 se acercaba más que el 9-13, envió su último pelotazo al colchón de arriba.

Nada volvió a ser igual a partir de ese momento. Darío vio la luz y recuperó el aliento. Las puertas de la victoria se le abrieron de nuevo ante un Irribarria sin temple suficiente para devolver el juego a un cauce de sosiego y peloteo favorable para sus intereses. Desordenado de nuevo, amenazado en todo momento por la variedad en el saque del delantero de Ezcaray, que también buscó el ancho, el bicampeón guipuzcoano se diluyó como un azucarillo para caer a las primeras de cambio, de manera inesperada, sin una estrategia clara y sin recursos suficientes para aprovechar esa izquierda prodigiosa y esa derecha tan potente para tratarse de un zurdo. Darío desnudó a un pelotari que también pagó su lentitud de movimientos cuando le tocó defender.

El 9-16 reconfortó a Darío. Mientras, Irribarria tampoco fue capaz de aprovechar su saque –no le funcionó durante toda la noche– las ocasiones en las que lo recuperó en esa recta final. La inercia positiva adquirida anteriormente, unida a la negativa del contrario, le bastó al riojano para dirigirse al 22. La victoria sitúa en semifinales al campeón Promoción de 2019, que venía de eliminar a Peio Etxeberria en las previas de Aspe y a Zubizarreta en primera ronda. Ahora espera con los deberes hechos al ganador del Ezkurdia-Altuna III de mañana. Palabras mayores.

Irribarria, quien los días previos a su debut aseguraba llegar al Manomanista con buenas sensaciones, necesita un periodo de reflexión para reencontrarse y redirigir su carrera.