Peio Etxeberria cobra otra pieza en la centrifugadora

Peio Etxeberria impone un ritmo tan alto dentro de la jaula que convierte sus partidos en centrifugadoras. Jon Ander Peña aceptó el reto. Físico y mental. «Si tú juegas rápido, yo meto otra marcha», debieron pensar ambos.

El resultado de la estrategia compartida fue un inicio vertiginoso. El propio Peio Etxeberria se vio obligado a solicitar el primer descanso después del agotador 3-1, de 27 pelotazos y culminado por Peña II con su segundo dos paredes de zurda. De vuelta a la cancha, nada cambió. Más velocidad, más madera.

Avanzó la semifinal con ventajas cortas tanto de un protagonista como de otro. La de tres de Peio Etxeberria en el 5-8 era la mayor de todas, contrarrestada por Jon Ander Peña de inmediato. El tolosarra se adelantó 10-9.

Habían cubierto media hora de juego para el 8-9. Sumaban ya 266 pelotazos. En el 10-11, en el ecuador del choque, eran 197. Esa cadencia conducía a rozar los 400 a la conclusión. Una barbaridad cuando se va a mil por hora.

Peña II pidió en el 8-9 el segundo de los tres descansos que permite el reglamento a cada pelotari. Pronto porque quedaba mucha tela por cortar. Hasta ese momento no había parones tácticos. Servían para recuperar la respiración, las piernas y los brazos.

De repente cambió el decorado. Etxeberria firmó su segundo tanto de saque en el 10-12 y los tantos extenuantes dejaron paso a acciones resueltas a la primera, a la segunda o a la tercera. Todas favorables al de Zenotz.

Reconoció Jon Ander Peña que «he sufrido un bajón. Estoy bien preparado físicamente. Y no digamos él. En ese momento, dentro del cansancio de ambos, Peio ha respondido mejor. Luego he dado la vuelta al cuerpo». Ya era tarde.

Si en los diecisiete primeros tantos acumularon 166 pelotazos, los diecisiete siguientes requirieron solo 96. Peio Etxeberria se fue del 10-9 en contra al 10-15, renta ampliada pocos minutos después al 12-18.

Aunque pudiera parecer una diferencia corta en una disciplina dada a las rachas, ayer en el Ogueta supuso un obstáculo insalvable porque sobre la cancha había un restador de saques formidable. Peio Etxeberria no solo devolvió todos los saques de Peña menos uno, sino que bien los abrió de zurda al ancho para evitar que el rival entrara de zurda o les dio altura en el frontis para disminuir el posible porcentaje de éxito del remate consiguiente. Agotó Peña sus descansos en el 10-15. Este si fue estratégico.

Las dos rachas más largas del delantero tolosarra fueron de tres tantos, del 0-1 al 3-1 y del 7-9 al 10-9. Con el saque en su poder produjo un máximo de dos seguidos. Pocos para un especialista que basa su estilo en el saque y el saque-remate, cuyo conjunto le dio esta vez solo dos tantos.

Peio Etxeberria, el pelotari que mejor impresión ha causado desde el inicio de la presente edición, estará el domingo 19 en el Bizkaia de Bilbao. Espera rival. Peña II debe conformarse con jugar el partido por el tercer puesto el domingo 12 en Zumarraga y, mejor aún, será cabeza de serie en 2024.