Altuna III también sabe sufrir cuando toca

La pelota circuló a una velocidad alta en un partido con ritmo y altibajos. Faltó la pasión del pelotazale. Sin alcanzar cotas altas de exquisitez con la zurda, sin que el gancho le funcionara a la hora de acabar el tanto, Altuna III tiró de derecha y de capacidad de trabajo para sacar adelante un compromiso en el que había mucho en juego. Se notó. También sabe sufrir cuando toca y ha adquirido una capacidad física que le permite jugar de tú a tú con prodigios de la naturaleza como Ezkurdia.

«Hace unos años no aguantaba como ahora partidos que empezaban con esta dureza», reconoce un Altuna III consciente de lo que exige ser un pelotari de primerísimo nivel. No basta con florituras. No basta con refugiarse en tus virtudes. Hay que evolucionar en lugar de quedarse estancado. Este Jokin Altuna ha abastecido su figura con entrenamiento, temple, paciencia, buena lectura de las situaciones...

Este domingo ante Ezkurdia pegó tres o cuatro grandes pelotazos de derecha, verdadero termómetro de Jokin Altuna. La dejada le funcionó con la destreza de siempre. Su zurda de aire le permitió defenderse de los ataques atrás del rival, lo mismo que la volea. Y consciente de que los errores pesarían en el desenlace, cerró posibles vías de agua. Apenas regaló.

Lo contrario de Ezkurdia, quien reconoció que «se me ha ido el partido en detalles. Tres o cuatro fallos claros y otras tantas pelotas en la que me he vendido. Contra otro pelotari lo puedes arreglar, no contra Jokin». El amezketarra indicó que «el principio ha sido tan duro que eso nos ha llevado a precipitarnos luego en varias ocasiones».

Altuna no necesita obsequios como el que le brindó el juez con el 14-18, en una estorbada involuntaria suya. Era vuelta. No la dieron. Con público, las protestas se habrían oído desde Ermua.

Darío es el siguiente escollo para Altuna III en un camino que se despeja semana a semana.