Aimar Olaizola: «En el Atano III me han tratado muy bien»

Dieciocho años después de aquel duelo en el que el ya campeón del Cuatro y Medio empezó a mostrar lo que podía dar de sí mano a mano en toda la cancha, Aimar Olaizola visita de nuevo el Atano III hoy para anudarse por última vez el gerriko en «uno de los dos o tres frontones más importantes de mi carrera».

Como aquel 3 de mayo, este 2 de octubre el Atano III se llenará a partir de las 17.15 horas con 1.200 pelotazales, el máximo permitido por las restricciones vigentes de momento. Ayer apenas quedaban a la venta tres canchas y 56 localidades de rebote. Olaizola II juega con Zabaleta frente a Altuna III y Ander Imaz en esta gira de despedida que seguirá en Eibar (domingo 10), Bilbao (domingo 17), Pamplona (sábado 23) y Vitoria (domingo 31) antes de terminar en su pueblo, Goizueta, el sábado 13 de noviembre.

«Mi despedida oficial será en Goizueta, pero es mi último encuentro en Donostia y será bonito», apunta el pelotari que ha ganado cuatro txapelas en el frontón Atano III: dos del Manomanista (2005 y 2007) y dos del Cuatro y Medio (2005 y 2008). «Se reunirá mucha gente de mi entorno, amigos y familiares».

«He jugado partidos muy importantes en el Atano III», rebobina Olaizola II. «Y siempre digo que mi primera txapala manomanista que gané allí a Irujo en 2005 fue muy especial».

Destaca Aimar que «en cuanto a ambiente, ha sido un fronton muy bonito. La gente de Goizueta ha tirado más a Donostia. Nunca he tenido ningún problema en otros frontones, pero en el Atano me han tratado muy bien. Los pelotazales guipuzcoanos se han portado conmigo».

Como es natural en la vida de los pelotaris y de los deportistas, Aimar Olaizola ha alternado en San Sebastián alegrías y decepciones. No solo ha ganado partidos y títulos, también los ha perdido.

Totaliza nueve finales en el Atano III, escenario de buena parte de las grandes citas del calendario manista hasta la construcción en 2011 del frontón Bizkaia en Bilbao. Cuatro de ellas, dos del Manomanista, una del Parejas y otra del Cuatro y Medio, fueron además frente a Martínez de Irujo, su gran oponente.

La primera de las nueve correspondió al Campeonato de Parejas de 2003, donde cayó con Pascual ante Koka y Beloki. «Una pena. Me sentía muy bien. Pascual tuvo mala suerte porque se fastidió la derecha».

Ese mismo año repitió en el Manomanista, contra Patxi Ruiz. Venía de deslumbrar. También de lesionarse en el dorsal. «Siempre se ha dicho que estaba lesionado, pero no es así. Guardo muy mal recuerdo. Me había lesionado contra Beloki y la gente decía que llegaba a la final con molestias. Pero no es así. Aplazamos la final. La prueba que hice cinco días antes fue bien, me sentía bien. Parece mentira, pero hasta la final todo fue bien, incluido el calentamiento. Llegó el primer saque y sentí el crack».

Tardó Aimar dos años en volver al Atano III para disputar una final, la del Manomanista de 2005, la de la remontada ante Irujo, que ganaba 15-6. Unos meses después se proclamaba vencedor del Campeonato del Cuatro y Medio tras derrotar a Xala.

«Me he encontrado siempre cómodo en este frontón», confiesa Olaizola II. Cedió la txapela manomanista a Irujo en 2006, pero la recuperó contra Barriola en 2007, antes de que el de Ibero se la arrebatara de nuevo en 2009, en la última gran final disputada por el de Goizueta sobre la cancha donostiarra.

En ese periodo de tiempo, ganó en el Atano III la final del Cuatro y Medio de 2007 a Barriola. Y perdió otra, la del Parejas de 2009 en compañía de Oier Mendizabal, por un ajustado 22-21 a manos de Irujo y Goñi III. Una escapada del zaguero de Zubiri rompió el 21 iguales. «Duele más perder así», reconoce. Me dio todavía más pena que la de 2003 porque jugaba con Oier Mendizabal, con quien mantenía una gran relación. Veníamos de ganar el año anterior».

Añadan a este balance las cuatro veces que ha pisado el escalón más alto del podio en el Donostia Hiria: con Zearra (2005), con Albisu (2013 y 2019) y con Zabaleta (2018).

Aimar Olaizola manda un mensaje en referencia al Atano III: «Creo que no solo tiene que acoger finales. Sería bonito que, como en otros frontones, se programaran partidos muchos fines de semana. Es un frontón muy bonito y esta afición lo merece».