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Atorrasagasti, durante la final de la Copa del Rey entre el VRAC y el Salvador.
Iñigo Atorrasagasti, árbitro internacional de Rugby

«En el tercer tiempo es donde más aprendes hablando con el jugador»

El donostiarra, considerado el mejor colegiado de España, deja la élite tras quince temporadas aunque seguirá ligado al arbitraje

Domingo, 8 de junio 2025, 02:00

Un árbitro internacional de rugby es la quintaesencia de los valores que se deben tener en una competición deportiva. Iñigo Atorrasagasti relata cómo es su labor en el campo. Respetado por los jugadores, que acatan siempre su decisión y, si ha habido algún problema, se resuelve después con una bebida en la mano.

– Arbitró el mes pasado la final de Copa en Valladolid. ¿Cómo le fue?

– Sin sobresaltos. Como solemos decir entre nosotros, no hemos roto nada, o sea que muy bien. Y al acabar el partido, lo más importante, no se ha hablado del árbitro, así que ya está.

– ¿Es cierto que ese partido ha sido el último que ha dirigido?

– Sí, ha sido mi última final. Colgar el silbato no lo voy a colgar porque voy a seguir arbitrando en la Liga Vasca y seguramente en Segunda división, en la zona norte. Pero lo que es el arbitraje de alto nivel, lo dejo. Con esta final dejo la División de Honor y también el internacional, que también llevo 15 años como árbitro internacional.

– ¿Cuáles han sido las razones?

– Tengo familia, tengo dos niños y tengo mi trabajo también porque los árbitros de rugby no somos profesionales, aunque sí que hacemos casi, casi un trabajo profesional. Al final son muchas horas durante la semana, que compaginado con un trabajo de ocho horas diarias, más la familia, más todo, pues pesa.

– Es de alabarle su decisión de seguir arbitrando pero no en la élite.

– Es así. Como si todo lo que he recibido durante estos años me gustaría devolverlo, ¿no? También voy a estar como profesor a nivel nacional para los árbitros que vienen por detrás. Trasladar y devolver todo eso que me ha dado el rugby.

– ¿Llegan a ver todo lo que sucede, sobre todo cuando hay un balón al suelo?

– (Ríe) Procuramos ver todo, pero todo, todo, ya te digo yo que no se ve, hay muchas cosas que nos perdemos, incluso los mismos jugadores que están metidos en la melé.

– ¿Impone tener que sancionar a alguien, por ejemplo de casi dos metros y 130 kilos?

– Hay que estar firme con tu decisión y tirar para adelante y si a alguno le tienes que llamar la atención, se le llama. Sí que es verdad que lo hacemos desde el respeto.

– ¿Y es así siempre? Sea sincero...

– Es así, de verdad. En el rugby nos tratamos de usted, tanto el árbitro como los jugadores al árbitro. El único que habla con el árbitro es el capitán. Todas las dudas se canalizan a través del capitán. Y es algo que se mantiene y que existe ese respeto desde siempre, entonces es algo que nos facilita mucho.

– ¿Y por qué el rugby se aprende con esos valores?

– Esa cultura viene de todo el contacto que tiene. La gente dice que se pegan pero no es así. Hay contacto y de hecho los jugadores no van a hacer daño. Yo creo que de ahí viene todo ese respeto porque en un deporte de tanto contacto, si no existiese ese respeto podría llegar a ser un caos y peligroso, no sé como decirlo. Esa cultura va desde el Seis Naciones hasta un partido regional.

– Nada que ver con otros deportes...

– Yo soy socio de la Real y la gente que está a mi alrededor sabe que soy árbitro. Y cuando hay alguna acción polémica se giran y la comentamos. Y lo único que les digo es que todos somos humanos y todos nos equivocamos. El árbitro también, como el delantero que falla a puerta vacía o el portero al que se le escapa el balón. Pero bueno, que se discute mucho más, se protesta mucho más y, por supuesto, a nivel fútbol profesional se oyen unas cosas que habría que hacérselo mirar y tendríamos que mejorar en eso.

– ¿Que se podría hacer, por ejemplo, en el fútbol para mejorar?

– Parece que el rugby es un deporte poco seguido, pero el Mundial de Rugby fue el tercer evento deportivo más visto por televisión del mundo. Están los Juegos Olímpicos, los mundiales de Fútbol y el de Rugby. Entonces, el rugby sí que tiene, no en nuestro país, pero a nivel mundial tiene mucho seguimiento y el respeto existe. Y sí, cuando un árbitro se equivoca, se le protesta, pero no se le falta el respeto.

– Desde fuera por lo menos cuando se sanciona a un jugador, lo que es nítido es que su decisión se acata sin protestas...

– Es así. Yo tomo una decisión y es tal y como lo has dicho. El capitán igual no está de acuerdo y te lo dice, pero lo acata. Y luego es muy importante el tercer tiempo. La gente asocia el tercer tiempo a ir a tomar cervezas, que también. Pero el tercer tiempo nos sirve para que todas esas rencillas que puedan quedar, las comentamos.

– ¿Acuden ustedes también?

– Sí, sí. Un compañero mío cuando empezaba me dijo, 'coge una cerveza, vete al jugador con el que has tenido ese pequeño rifirrafe o ese desacuerdo y lo comentas tranquilamente'.

– ¿Y cómo es?

– Por ejemplo, yo muchas veces le he dado la razón a un jugador. Le he dicho que me he equivocado. Y al revés también. Y eso luego hace que en el siguiente partido esa relación sea más sana y no dejes nada suelto y podamos seguir con ese respeto.

– Y eso, ¿desde el Seis Naciones hasta regional?

– Bueno, sí. Aunque tras un Inglaterra-Francia se van a un hotel cinco estrellas a hacer el tercer tiempo... (ríe).

– ¿Un partido que recuerde especialmente?

– Arbitré un Escocia-Irlanda que me salió muy bien en un campeonato de Europa sub-18. Ese sí que sí, ahí hice un gran partido.

– ¿Y uno que le hubiese gustado?

– La verdad es que cualquiera del Seis Naciones. Pero estoy contento con lo que he conseguido en el arbitraje.

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