El éxito conseguido por Ioritz Mendizabal durante su trayectoria profesional, le coloca como uno de los mejores deportistas guipuzcoanos de todos los tiempos. Sin embargo, ... uno siente que el reconocimiento que ha recibido nunca ha estado a la altura de sus méritos. Y no solo en la sociedad en general sino en el propio sector. Siento que durante todos estos años hemos desaprovechado la oportunidad de usar la figura de Ioritz como un referente.
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Estamos ante un joven de Oiartzun que ha alcanzado unos números extraordinarios como profesional, con el mérito añadido de haberlo logrado en el extranjero. Solo con toneladas de talento, sacrificio y profesionalidad puede hacerse camino en un turf como el francés, donde siempre han mirado con cierto desdén a todo lo que cruza desde Irun.
Sus compromisos laborales lo han mantenido casi siempre alejado de casa, pero creo que no se ha hecho el esfuerzo suficiente para convertirlo en un estandarte. Empezando por el hipódromo de San Sebastián, que debería encontrar a un inmejorable embajador en su figura. Su sola presencia en nuestras carreras serviría como reclamo para aficionados y curiosos, además de poder convertirse en referente para los más jóvenes.
No es de recibo que Mendizabal no haya montado en la Copa de Oro. Desde el hipódromo donostiarra se debería hacer un esfuerzo para contar más asiduamente con su presencia en nuestras carreras, apoyando a propietarios que quieran contratarle. No podemos lamentarnos de tener poco atractivo para el público no experto, mientras desaprovechamos una figura como la de Ioritz.
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El mejor preparador del estado es Guillermo Arizkorreta, de Donostia, que para llegar a la cima tuvo que instalarse en Madrid. El mejor jockey español de todos los tiempos es de Oiartzun, obligado a marcharse a Francia con 14 años. Con propietarios históricos dispuestos a apoyar a nuestros profesionales, resulta desolador comprobar el deterioro de un hipódromo que se sostiene con alfileres, lo que seguirá provocando la fuga de talento.
Recién presentado el programa de primavera, con unas dotaciones que no se ajustan a la realidad económica que vivimos, el sentir general es de desánimo. Mismo pesar que ha generado el concurso presentado por el Ayuntamiento, con una concesión de solo tres años para gestionar el hipódromo y donde no se contempla una imprescindible reforma de la pista. Sin profesionales no hay carreras, y tal como sucedió con Guillermo e Ioritz, los jóvenes talentos guipuzcoanos como Ion Elarre o Miguel Alonso se verán obligados a marcharse si no encuentran una apuesta firme por el turf en Donostia. Solo con pasión no basta.
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