«¿Campeona de Europa? Todavía no me lo creo»
Helene Alberdi se colgó el sábado el oro en la prueba de media distancia disputada en Bilbao y el eibarrés Pello Osoro, el bronce en la modalidad de cross
Bilbao fue el epicentro del triatlón la semana pasada y allí triunfaron una vizcaína a la que se puede considerar ya zumaiarra y un eibarrés. Helene Alberdi (Bilbao, 4 de mayo de 1991) y Pello Osoro (Eibar, 29 de noviembre de 1992) se han colgado respectivamente una medalla de oro y otra de bronce en los Campeonatos de Europa y todavía recuperándose del cansancio y, en el caso del segundo, de una caída, tratan de asimilar el éxito logrado muy cerca de casa.
Nunca mejor dicho, la victoria de Alberdi en el triatlón de media distancia es el broche de oro a la sensacional temporada que está completando. Afincada en Zumaia desde hace años y médica de familia en el ambulatorio de Zarautz, ha conseguido en el mismo año triunfar en el duatlón de Eibar en marzo, ganar los campeonatos de España de media y larga distancia en mayo, llevarse la victoria en el triatlón de Zarautz y en el Memorial Onditz en junio y ser la reina de Europa en septiembre. «Si me lo dicen hace un año, no me lo creo. Diría que estáis locos, pero últimamente me está yendo bien y a medida que se acercaba la cita veía que iba a tener mis opciones si me encontraba bien».
Todas esas victorias han provocado que Alberdi haya experimentado por primera vez la presión de sentirse una de las favoritas para la victoria final. «La semana anterior la viví con mucha tensión y, francamente, es mejor no ser favorita. Me quito un peso de encima y... ¿campeona de Europa? Estoy que todavía no me lo creo». De todos modos, cree que ese factor también es necesario «para no presentarse en la salida con cierta apatía. Hay momentos en los que piensas que no merece la pena intentar soportar la presión; y en otros que sí. Es difícil encontrar el equilibrio».
La carrera, disputada el sábado, contaba de un esfuerzo de 1.900 metros a nado, 82,5 kilómetros en bicicleta y 21 kilómetros en carrera. «Del agua salí con una ventaja de treinta segundos respecto a la segunda y de otros treinta con la tercera, pero en la bicicleta, entre que es lo que peor se me da y que el circuito estaba peligroso por la lluvia, fui alcanzada en el quinto kilómetro por la segunda y en el décimo por la tercera. Hicimos el resto del trayecto juntas y mi objetivo era que no se marcharan, porque sabía que corriendo podía ser capaz de abrir diferencias». Y así fue. «Impuse un ritmo fuerte desde el principio, abrí hueco y luego todo se resumía a aguantar».
La renta la consiguió estabilizar en los cuarenta segundos y tuvo tiempo para celebrarlo con sus familiares y amigos que le esperaban en el Parque del Arenal de Bilbao, donde tuvo lugar la fotografía que acompaña esta pieza y una intrahistoria. «Sabiendo que ese momento iba a llegar siendo la carrera en Bilbao, les avisé desde el día anterior de que no me lanzaran la ikurriña, porque si llegaba con ella a la línea de meta iba a ser descalificaba porque estaba prohibido coger cualquier bandera. Alguien me la pasó y no pude cogerla, aunque por lo menos la fotografía queda muy bonita».
Con este prestigioso triunfo, Alberdi no tiene dudas en que «este es mi mejor año, he dado un salto. En 2019 también estuve muy bien con el Campeonato de España, pero este de Europa es otro nivel. El objetivo ahora es mantenerme en ese nivel y competir más en carreras internacionales». Preguntada por si estará en la Zumaia Flysch Trail de este domingo, responde que sí, pero como aficionada. «Toca descansar», concluye.
«Un regalo terrible»
La peligrosidad del circuito de bicicleta mencionada por Alberdi la sufrió en sus propias carnes Pello Osoro, que se dio un buen trompazo a la salida de una rotonda y nos atiende después de conocer los resultados de las pruebas médicas. «Me duelen mucho las costillas, pero en la radiografía no se ve nada roto. Un golpe fuerte y a seguir», transmite este eibarrés que se colgó el bronce el jueves en el campeonato de Europa de triatlón cross y quedó octavo el sábado en la prueba de media distancia, día en el que se cayó.
Acostumbrado a esfuerzos que rondan las cuatro horas, el de alrededor de dos horas era una modalidad poco habitual para él. «Iba con ganas porque era un Europeo y en casa, pero no sabía realmente a lo que me enfrentaba porque corro muy pocas carreras de triatlón cross. Tenía plaza porque gané el Campeonato de España el año pasado, pero no estoy nada metido en ese mundo y no conocía nada, es un regalo terrible».
Se describe como «un mal nadador», y a pesar de todo expresa que el tramo de nado «fue mejor de lo esperado. Salí del agua detrás de los diez primeros, pero perdí menos tiempo de lo pensado. El circuito de bicicleta era muy duro pero nada técnico, lo que me benefició para remontar bastante y terminar en un grupo de cuatro con el tercero, cuarto, quinto y sexto. Corriendo me coloqué tercero junto a otro rival y dimos la primera vuelta juntos. En la segunda apreté, me fui y tuve margen para relajarme un poco los dos últimos kilómetros». Con este resultado, a la vez de inesperado como bienvenido, Osoro espera que las costillas le respeten para poder terminar la temporada en Cascais e Ibiza.
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