La familia Izeta, cantera de piedras
Ubicado en los montes que separan Zarauz y Aia, el caserío familiar es parte de la historia reciente de los herri kirolak, del que han surgido cuatro camadas de grandes competidores del deporte rural
Lukas Otaegui
San Sebastián
Lunes, 4 de agosto 2025, 00:03
A lo largo de la historia se ha visto cómo algunas familias han tenido facilidad para desarrollarse en diferentes ámbitos artísticos, creativos o deportivos, dejando ... la sensación general de que nacer con un determinado apellido supone ser exitoso dentro de esa rama. Sin embargo, se desconoce a ciencia cierta si realmente el talento natural es algo hereditario. Lo que es evidente es que las tradiciones que se heredan de generación en generación se convierten en un puente entre el pasado y el presente, que conecta a las familias a través de costumbres, recuerdos y pasiones compartidas. Es el caso de la familia Izeta, conocida en todas las plazas de Euskal Herria por su trayectoria ligada a los herri kirolak, sobre todo, en el levantamiento de piedras.
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Son cuatro generaciones de esta familia las que han participado en las diferentes modalidades del deporte rural vasco. Manuel fue el primero, compitiendo en el arrastre de bueyes y con la guadaña. Si bien es cierto que su padre había levantado piedra con anterioridad, nunca llegó a competir, aunque «una vez estuvo cerca de hacer una apuesta» que finalmente no se llevó a cabo. «Gracias a mi padre empezamos mis dos hermanos y yo. Ahora estamos en la cuarta generación con mi nieto y mi sobrino», explica Joxerramon (Izeta II), hijo de Manuel. De ahí surgieron Agustín (Izeta I), Jexux Mari (Izeta III) e Izeta II. Este último se convirtió en uno de los harrijasotzailes más laureados de principios del presente siglo, con nueve 'Igeldoko Harria' consecutivas, cuatro 'Euskal Herriko Harri Txikien Txapelketa' y dos 'Zarautzko Bi Harriak' en su palmarés.
«Mis hermanos y yo empezamos por mi padre. Estoy muy orgulloso de que mi nieto y mi sobrino sigan con la tradición»
Joxerramon Iruretagoiena (Izeta II)
Segunda generación
En 2017, con 50 años, dejó de levantar piedras para enseñar a otros a hacerlo, algo que llevaba tiempo haciendo con su hijo Hodei 'Izeta IV'. «Toda la vida hemos mamado esta disciplina. Cuando yo era pequeño mi padre ya estaba levantando piedras y compitiendo, eso hizo que a mí también me entrara el gusanillo desde muy joven», recuerda Hodei. Se siente «muy orgulloso» de que su hijo Jakes pertenezca a la cuarta generación de los Izeta, que al igual que su padre, comenzó desde muy pequeño a aprender el oficio. «Empecé cuando tenía tres años. Intentaba copiarles levantando cajas de leche. Luego mi tío me hizo piedras de madera y empecé a aprender la técnica», cuenta Jakes. Y es que, ejecutar correctamente una buena técnica supone «ahorrar trabajo» en un futuro. «Mucha gente ve este deporte y piensa que solamente requiere de fuerza bruta, pero tener una buena técnica es clave. De críos aprendemos mucho más rápido que de adultos, por eso, el mejor momento para empezar en el oficio es de pequeño».
La unión hace la fuerza
«En las plazas siempre se ha escuchado el nombre Izeta, porque siempre estábamos alguno cortando o levantando. Y el que no lo hacía, estaba animando y apoyando desde fuera», afirma Izeta II. Si algo caracteriza a esta familia es que siempre está unida, por lo que ir juntos a ver las competiciones de sus hermanos, sobrinos, hijos, tíos o nietos es algo innegociable para ellos.
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No obstante, hubo una ocasión en la que no cumplieron con esta costumbre. Fue en la 'Igeldoko Harria' disputada en la Semana Grande donostiarra de 2013. En dicha competición no había ningún Izeta animando desde la grada porque estaban todos con la faja y el chaleco puesto. «Coincidió que de la generación de mi padre estaban los tres hermanos y conmigo cuatro, y ahí que fuimos. Siempre vamos juntos a las competiciones para animar y apoyar al Izeta que le toque participar, pero el reunirnos casi todos en una misma competición fue muy bonito», confiesa Hodei.
El último de la saga
A pesar de que Jakes sea el más joven de la casa, no ha sido el último en apuntarse a la larga lista de los Izeta que han participado en las diferentes ramas de los herri kirolak. Esa etiqueta recae en Andoni 'Izeta VI'. «Siempre me habían dicho que era el Izeta con menos fuerza por no practicar este deporte. Sin embargo, un día vi como entrenaban para el pentatlón vasco y me gustó. Entonces le dije a mi tío Izeta II que al año siguiente me iba a apuntar y que le iba a ganar», recuerda. A pesar de que en su debut no consiguiera el objetivo de clasificarse para la final, a día de hoy acumula cuatro años invicto en los que ha logrado ser campeón en tres pentatlones vascos en parejas y cuatro individuales.
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Ahora es considerado uno de los deportistas más en forma en su disciplina, incluso Jakes ha cambiado la piedra por el hacha para «parecerme al primo Andoni». Sin embargo, no siempre fue así. «Siempre he sido muy activo y he practicado muchos deportes diferentes, pero en esta familia lo que realmente importaba era competir en herri Kirolak», apunta Andoni.
«Empecé con tres años. Intentaba imitarles levantando las cajas de leche que traíamos a casa del supermercado»
Jakes Iruretagoiena (Izeta V)
Cuarta generación
Algo similar le ocurría a su primo Urko Izeta. El delantero del Athletic estuvo cedido la temporada pasada en el Mirandés y fue una de las estrellas del equipo revelación de la Segunda División, anotando quince goles en la lucha de los jabatos por el ascenso. «No es fácil pertenecer a esta familia y no practicar este tipo de deportes, pero él se ha labrado su propio camino y ha luchado por estar ahí, que eso sí que nos caracteriza a los Izeta», comenta Andoni.
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Ya ha nacido la posible quinta generación familiar. El hijo de Andoni «cogía madera y levantaba piedra» desde que tenía un año, pero su padre está convencido de que «elija o no los herri kirolak, voy a apoyarle en todo lo que haga», aunque esto suponga romper con la tradición familiar. «Lo que no quiero es que sea vago. Me gustaría que fuese deportista pero yo le voy a apoyar en todo lo que haga, como igual en otros momentos no lo ha hecho esta familia con la gente que competíamos en otros deportes».
«Aquí brindamos con sidra»
La familia es conocida por el sobrenombre Izeta, pero su verdadero apellido es Iruretagoiena. Izeta es el nombre del caserío y de la sidrería, que están ubicados entre los pueblos de Aia y Zarautz y desde los que se puede contemplar un impresionante paisaje que combina el mar y la montaña guipuzcoana.
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Aunque al inicio su elaboración estaba destinada para consumo propio, en 1983 abrió sus puertas al público y tres décadas después se ha convertido en uno de los restaurantes más cotizados del territorio. De hecho, este local atesora un Solete de la guía Repsol y un premio Travellers' Choice 2022 de TripAdvisor como reconocimiento a su deliciosa sidra y a su buen hacer en los fogones. Sin ir más lejos, el propio Karlos Argiñano confesó, en la presentación de su libro 'La cocina de tu vida', que esta sidrería era su «restaurante favorito» y que siempre pide «la txuleta».
«Siempre he sido bueno en otros deportes, pero en esta familia lo que cuenta de verdad es competiren los herri kirolak»
Andoni Iruretagoiena (Izeta VI)
Cuarta generación
Esto no quita que el negocio familiar siga siendo un punto de encuentro para los Izeta. «La sidrería tiene mucha historia porque todas las generaciones hemos pasado por aquí. Antes cada miércoles venían mis tíos después de acabar el entrenamiento y cenábamos todos juntos en la sidrería, cualquier excusa era buena para juntarnos la familia al completo», recuerda Andoni.
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Por eso la familia Iruretagoiena, más conocida como Izeta, siempre brinda con sidra en vez de con otras bebidas como el vino o el champán. Porque, según Andoni, «la sidra es y siempre será algo que une a nuestra familia. Por eso siempre seguiremos celebrando los campeonatos en la sidrería».
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