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Iraia (Txuri Urdin) y Marina conservan la amistad desde los 10 años.
«He dormido en casa de mi rival y ahora es mi amiga»
Kirolean errespetuz

«He dormido en casa de mi rival y ahora es mi amiga»

Es frecuente que los jugadores de hockey hielo pasen días en casa de sus rivales y luego se convierte en una amistad duradera

Jueves, 6 de marzo 2025, 01:00

Estamos acostumbrados a percibir el hockey hielo como un deporte duro. Rudo. Donde el pan nuestro de cada día son acciones de alto voltaje físico. Ciertamente las imágenes de peleas, por ejemplo en la NHL –liga profesional estadounidense– suelen salpicar informativos en televisiones que ni tan siquiera informan de quién es campeón de liga o de Copa. «Es algo con lo que no podemos hacer nada», dice la entrenadora del Txuri Irene Senac. «Se resalta eso muchas veces y sí, indudablemente que suele haber imágenes de peleas, pero hay muchas más cosas».

Y es que Irene se refiere a la camaradería, amistad y compañerismo que existe entre quienes comienzan a practicar el deporte del puck. «Es posible que la gente lo desconozca pero es muy usual que cuando hay un partido en categorías inferiores, nuestros jugadores duerman en casa de los rivales y cuando, por ejemplo vienen a jugar a Donostia chicas y chicos de Puigcerdá o Jaca, se quedan aquí».

Es llamativo que dos disciplinas tan aparentemente bruscas como el rugby o el hockey hielo, tengan grandes dosis de compañerismo que luego termina en amistad, como por ejemplo los chicos y chicas que empiezan en el deporte de los patines. Es el caso de la donostiarra Iraia Ayestaran Segurola y la jugadora del Majadahonda Marina González Sancho, quienes se conocieron por primera vez hace 10 años «y hoy son amigas íntimas», como reconoce Judith Segurola, amatxo de Iraia. Otra cosa será en el hielo, donde ambos equipos se disputan en estos momentos el título de Liga. El sábado se jugará en el Palacio del Hielo el tercer partido de la final al mejor de cinco por el momento con empate a uno.

Durmiendo con su 'enemigo'

Senac explica que lo de pernoctar en el domicilio de jugadores del equipo rival «es una práctica muy común en el hockey porque al ser una disciplina minoritaria donde hay una falta de recursos generalizada, los viajes cuestan mucho y no hay muchas pistas de hielo». En el mundillo del hockey se le llama 'comunidad' y comenta Senac que «desde que eres muy pequeño tu rival es tu amigo o tu compañero».

El tercer tiempo se destila en el rugby, un encuentro después del partido donde se deja al lado el furor de lo que ha pasado en el verde, y que también existe en el hockey. «Si hay viaje y el chófer del autocar no te mete prisa, siempre hay tiempo para comer el bocadillo con el que ha sido tu rival, y ya cuando son mayores de edad, incluso compartir una caña», dice la entrenadora donostiarra.

El deporte da paso a una amistad más allá de los patines, el hielo o las protecciones. «Es que se forja un lazo de amistad que perdura durante años», reconoce Joseba Aizaguirre, jugador del Txuri Urdin. «No es que los jugadores seamos colegas, es que ya los padres entre ellos también establecen una relación. Igual nos visitan amigos en verano o nosotros vamos a pasar un fin de semana fuera y coincidimos con jugadores de otros equipos y sus familias», apunta Joseba.

Muchas de estas amistades se intensificaban en convocatorias de selecciones donde coincidían las distintas generaciones. «Hoy es el día que me voy de vacaciones con amigos que han sido mis rivales». Todo un ejemplo, la frialdad del hielo con el calor de la amistad.

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